La puerta de el carruaje se abrió dejando le espacio para salir, lo primero que vio fue la mano de los dos cocheros que le brindaban un apoyo para lograr bajar, a quienes sin duda agradeció su ayuda una vez en tierra, y luego a su padre, quien le miraba con los ojos cristalizados y una sonrisa en la cara
--estas hermosa mi amor--hizo caravana y sonrió mientras tomaba la mano mano femenina para apoyarla posteriormente sobre su antebrazo
Marianne estaba respirando con dificultad, y sus manos sujetas del ramo temblaban un poco, su estómago estaba hecho un lío y a hora mismo temía por caer allí frente a todo el mundo justo en su día
--padre--llamo--siento que voy a caer
--no te preocupes mi cielo, yo estaré a tu lado
Y dicho esto entraron guiados por una hermosa tonada que había escuchado en algunas bodas ya, el cuarto mundo de los sueños, o mejor conocido como "la marcha nupcial" ella sin embargo solo se dedicaba a mirar hacia su bouquet el cual en un principio creyó innecesario, pero ahora no lo podía amar más, no solo por el color -el cual le parecía un total disparate- si no por los pequeños diamantes en el, aún que a hora sabía que si no lo hubiera llevado se sentirá casi desnuda
Ella mantenía sus ojos sobre el ramo de rosas rojas, y escuchaba con atención la tonada que le daba entrada en el salón. Pero aún no había mirado a su prometido en poco tiempo esposo, temía hacerlo temía mirarlo, y encontrar se con que no le amaba, o por el contrario que aquel era su amor platónico pero aquel no le correspondía le aterraba
Entonces ocurrió llegaron al frente, y por fin pudo admirar a su prometido, allí parado, justo a un costado suyo. Su padre entrego su mano a el duque quien la beso mientras ella subía con esta última de apoyo el escalón
La pequeña charla sobre el amor y la pareja y la familia de el sacerdote comenzó, pero ella no presto un mínimo de atención, estaba únicamente al pendiente de cada movimiento que ese hombre frente a si realizaba entonces llego el momento en el que el religioso llamo a sus nombres, estaba nerviosa no quería cometer errores
--acepta usted Antony a Marianne por esposa para amarla en salud y enfermedad el la riqueza y en la pobreza en el bien y en el mal en la adversidad y en la prosperidad hasta que la muerte los separe--si acepto
--y usted Marianne
--yo--estaba nerviosa, ¿y si no era feliz? Pero a hora que estaba allí no había vuelta atrás--si, yo acepto
--si alguien quiere intervenir en esta santa unión por alguna razón que hable a hora o que calle para siempre--
Ella se volteó a la mirada alrededor en busca de alguien se ponga de pie de su lugar o entré en la iglesia y diga "alto por favor ellos no se pueden casar" pero nadie lo hace no pasa nada y el tiempo se agota, a hora tenía tantas dudas y se estaba arrepintiendo de no haber postergado más esa unión, ¿y si no era feliz? ¿Si el no la amaba? ¿Si lo que ella sentía era simple cariño y no amor? ¿Qué haría entonces?
Marianne volteó a mirar a el hombre, sintiendo inminente lo que ya estaba frente a si, una vez puestas esas argollas su libertad abría desaparecido, pero eso no era cuanto le preocupaba, lo único que la tenía en vela, era saber si sería feliz
--los votos por favor--pidió el sacerdote mirando a ambos presentes
--yo Antony Danwork duque de Birdwhistle te tomo a ti Marianne Alice BerryCloth por esposa
--yo Marianne Alice BerryCloth condesa de Loughty te tomo a ti Antony Danwork por esposo
--para amarte
--respetar te
--honrar te
--apoyarte
--ser tu compañía
--tu fuerza
--prometo estar hay para ti siempre
--prometo cuidar de ti en todo momento
--por toda la eternidad--dijeron a el unísono
Las dos miradas se unieron, mirando se fijamente, todos los nervios y miedos de la a hora esposa de el duque desaparecieron por breves minutos en los que todo le importo más que poco nada, ¿qué más daba si el no la amaba? ella podría amar por los dos, aún que aún no estaba segura de lo que sentía, pero aquello la mantenía un poco más tranquila
--por el poder que me confiere la santa iglesia católica yo los declaro marido y mujer puede besar a la novia
Antoni tomo con tal delicadeza la cintura de Marianne su ahora esposa que y ella por poco y se convenció de que el sentía algo por ella, cierran los ojos, y solo rozan con total suavidad los labios de el otro, por ese breve instante, toda duda se calmó en ella, por solo ese cortó lapso de tiempo, sintió que no había nadie ni nada más, que ella y él eran los únicos seres sobre la faz de la tierra
--que lo que dios ha unido el hombre no lo separe, ante ustedes tengo el honor de presentar por primera vez a el señor y la señora Danwork
Los aplausos no se hicieron esperar y poco luego de ellos, la muchedumbre de personas se les acercó a paso ligero, las damas cercanas lloriqueaban diciendo lo felices que se encontraban, mientras los caballeros felicitaban a el duque por contraer matrimonio con tan hermosa mujer la cual el desfilaba como su mejor hallazgo, prontamente la novia logró encontrar con la mirada a su madre, que abrazaba a su padre y lloriqueaba
Pero Marianne no se sentía del todo cómoda, entre tantos abrazos y besos que las damas de alta alcurnia le dirigían se sentía completamente asfixiada, por no decir aturdida y horrorizada, sin embargo intentaba mantenerse tranquila, utilizando el brazo de su marido como soporte
--te encuentras bien?--pregunto este algo alarmado
--solo estoy un poco cansada
El asintió mientras se despedía de todos y tomaba a su esposa y la cargaba mientras entraban en el carruaje, gesto que ella agradeció aquel, suspiro antes de recostar su cabeza en el pecho ajeno. Estaba en realidad muy cansada, y lo que Kenia deseaba era ir a aquella fiesta en honor a su para nada planificada boda
Mis amores ¿me perdonan? Es que adivinen quien tuvo muchas cosas que hacer hoy, a si es yo, pero aquí otro capitulo. Los amo
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My Lady: boda arreglada
Historical FictionLibro #01 de la trilogía my Lady Lo último que necesitaba Marianne BerryCloth condesa de Loughty era una boda arreglada a sus 21 años con un hombre del cual no conocía prácticamente nada salvo su nombre y título y que era un hombre ridículamente ri...