Los gritos y aplausos de los presentes lograron aturdir sin duda alguna a la hermosa novia, que apenas estaba entrando en el salón, no podía creer lo que estaba sucediendo. Hacia unas horas era justamente la condesa de Loughty y a hora era duquesa de Birdwhistle, y aquello sin duda alguna le alegraba en cantidad
Una vez dentro, decidió que saldría un minuto a el jardín, manteniéndose muy cerca de la casa, solo quería ir a saludar, debía ser una buena anfitriona, aún que saco también la excusa para poder salir a respirar un poco más tranquila
--my Lady--la llamaron desde atrás
--Dimitri--sonrió ella mientras se volteaba y le abrazaba con fuerza--como estas?
El conde sonrió mientras aceptaba el abrazo, Marianne le agradaba basta te y ella le tenía un gran apareció, pero no era más que una simple y pura amistad, ella no podía olvidar a su duque y aquel chico, tenía los ojos fijos en alguien más que no era ella precisamente
--se ve hermosa duquesa
--y usted muy bien conde
Los dos rieron ante las palabras de el otro mientras regresaban dentro, pero allí el paisaje no era realmente muy agradable para la ahora duquesa, quien si ya de por si se encontraba agotada, a hora estaba también aturdida, sonriente evadió a los invitados con la mayor amabilidad posible, solo quería estar sola unos segundos, para acoplar se a ver a tanta gente
Se se yo en una mesa algo aislada y se tomo un vaso de agua, esperando que este lograse calmar la, sabía que lo que en aquel momento se tía era causa de los nervios, los cuales ella no podía dejar le tomarán presa. Una vez terminado si vaso de agua, se sintió mucho mejor, pero aún había tanto que procesar en tampoco tiempo que sin duda alguna la mantenían inquieta
--Marianne que haces hay?--pregunto antonia mirando a su hija sentada en una silla, sola como si no fuese la novia en aquel momento--ve junto a tu esposo, vuestro baile está por iniciar
La más joven asintió mientras caminaba hacia su esposo, con una gran sonrisa dibujada en el rostro, si bien, no se sentía en el mejor estado, si que estaba muy feliz, después de todo ¡estaba casada! Y no con cualquier hombre, ¡no! con antoni Danwork duque de Birdwhistle y eso era motivo de celebración
--llego la hora de nuestro baile querida--aviso Antony mientras le tomaba por la cintura y la guiaba por la pista
Pero sus ojos no estaban en nadie más, que no fuera esa chica, y no era exactamente su esposa la dueña de las miradas furtivas de el duque, no, era Isabel, quien en aquella fiesta parecía brillar, aún que todos hablaban de la belleza exótica de la ahora duquesa que con su cabello rojizo y sus ojos azulinos, el hallaba aquella rubia de ojos ambarino sin duda alguna muy hermosas bien se podía decir que se había encaprichado con ella
--esta todo bien--pregunto la hermosa novia a su ahora esposo sacando lo de sus pensamientos
--si, esta todo en horde
--parecía distraído my Lord
--Marianne que te he dicho de ustearme--reprendió el duque mientras suspiraba--ahora soy tu esposo, ya no soy ningún desconocido
Pero en parte estaba equivocado, aquel castaño aún era un enigma para la inocente Marianne quien aún no conocía lo suficiente a su "esposo" cosa que sin duda lamento al recordar se a si misma aquella penosa situación, aún que aún tenía muchos años de vida para conocer le ¿no? Sin embargo aún quería platicar de alguna cosa con su madre o con su hermana, aún no se sentía de el todo segura
Unos minutos luego, el baile ya se había finalizado, izó caravana a su esposo y este a si misma, y con aquello se alejó de el se tiró de la sala, caminando a paso ligero y tan veloz como el vestido se lo permitía, se acercó a su hermana a quien fue la primera a la que pudo ver
--victoria--le llamo
--si Marianne?
--podríamos por favor platicar un segundo?
--claro que si sienta te por favor
La menor de las pelirrojas sonrió, con cierto nerviosismo, sabía que el tema por el que estaba a punto preguntar era un tema que no se trataba con hermanas o amigas, pero en cierta forma, victoria quien era 10 años mayor, era una madre para ella, a si que dejando de lado la vergüenza
--de que quieres que hablemos?
--victoria yo se que este tema es algo complicado, pero la verdad es que usted es lo más parecido a una madre que tengo
--cariño me asustas que sucede?
--que sucede en la noche de bodas?
--no hablaste antes con nuestra madre de eso?
--no, o bueno si, pero aún tengo muchas preguntas
--como cuales
La menor respiro hondo intentando reunir valor, si bien era cierto que aquel tema era un tabú, la verdad es que no era exactamente esa la razón, o no la única razón, por la que temía hablar de ello
--que sucede exactamente en esa noche?
--oh bueno--la mayor respiro hondo buscando las palabras para explicar le--se sella el matrimonio, la unión no solo debe ser espiritual, también debe de ser carnal, deben unirse en cuerpo y alma, lo que lleva a que se realice el coito
La menor asintió, estaba tan avergonzada, pero aún habían muchas preguntas por plantear le a la mayor, que por su parte no podía estar más incómoda, nunca había tratado con nadie ese tema, a excepción claro esta, de Alicia, la hija pequeña hija del hermanastro de su esposo cuya madre murió cuando ella era aún una bebe
--y eso duele?
--pues, no, es solo como si te cortaras, es un dolor que no duele tanto, es más bien una incomodidad
--no le mientas a tu hermana querida--sonrió llegando a un lado la esbelta rubia--dile que duele mucho
--aja y tu como lo sabes si no te has casado y hasta donde se aun sigues siendo una mujer pudorosa y virgen
--bueno lo soy, pero, pero mis amigas desposadas me lo han comentado
--enserio duele?
--no le hagas caso a Isabel, ¿tu crees que yo te mentiría?
--no--dudo--yo se que usted no sería capaz de mentir me victoria
--si no me crees estás en todo el derecho de preguntar a quien quieras
La menor de las hermanas miro con ciertos nervios a la mayor
Hola mis amores perdon por dejarlos tan en el olvido aquí capitulo nuevo
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My Lady: boda arreglada
Historical FictionLibro #01 de la trilogía my Lady Lo último que necesitaba Marianne BerryCloth condesa de Loughty era una boda arreglada a sus 21 años con un hombre del cual no conocía prácticamente nada salvo su nombre y título y que era un hombre ridículamente ri...