Los gemidos eran audibles en toda la habitación, y gran parte de la casa, la pareja al fin se comportaba como tal, y eso hacia más que felices a los que habitaban allí, pues sabían que el matrimonio de la joven pareja se podía arruinar si el matrimonio no se consumaba con rapidez
--¿crees que pronto tengamos un nuevo bebe gustab?--pregunto Corinna al mayordomo
--pues como van, creo que en poco tiempo Susan tendrá con quien jugar
--o a quien servir
Todos rieron y empezaron a arreglar la mesa para la joven pareja, últimamente la casa lucía mucho más armoniosa y hermosa que antes, la alegría había vuelto a ella, y los pasillos antes oscuros y vacíos ahora se encontraban repletos de gente flores y alegría
(...)
--¿sabes?--pregunto el conde a su esposa
--dime
--me gusta tenerte así--comento tocando la sedosa piel blanca de Marianne
--me gusta que te gusté que estemos así
Respondió la pelirroja abrazando se al torso desnudo de su amante, este acaricio el cabello de la más joven y beso su frente
--nunca creí que estar en pareja fuera tan satisfactorio, contigo en mi vida todo es mejor, los besos, las carísimas, hasta las aburridas cenas en sociedad son mejores--murmuro--hacer te mía, oír te gemir, ver tus gestos a la hora de tener sexo me hacen increíblemente feliz
--por dios--se ruborizo la condesa--no digas eso, esos temas no se tratan de manera tan abierta
--¿por que no?--pregunto el conde sumamente divertido ante la reacción de su esposa--Marianne somos una pareja casada y joven, me gusta llamar a las cosas por sus nombres, y siento que contigo puedo hablar de frente y sin tapujos ¿o es acaso que no te gusta lo que te hago?
--no, claro que me gusta solo que una señorita...
--señora--corrigió el conde interrumpiendo la--tu eres ahora toda una señora
--si, pero no se debe hablar de ello
--claro que si, entre estas paredes mi amor, no hay títulos ni nombres ni nada, solo somos tu y yo una pareja dando se todo el amor que se merecen, ahora, aún no salimos de luna de miel ¿a donde quieres ir?
era cierto, la luna de miel se habia cancelado por cosas del trabajo de antony y ahora solo queria quedarse alli, pero viajar con su pareja no le molestaba. La pelirroja sonrió imaginando se que jamás en su vida le preguntaría tal cosa, ella realmente deseaba salir con el de luna de miel, pero sentía vergüenza en pedírselo, así que el que él diera ese "primer paso" la hizo muy feliz
--pues, siempre he querido conocer que hay más allá de Londres
--¿nunca has salido de Londres?--pregunto el duque algo impresionado
--no jamás--respondió ella algo avergonzada
--pues bien, mi padre poseía una casa en York, allí vive una de sus hermanas, a lo mejor y si le escribo desde ya, para en unos días podríamos estar allá, es un lugar precioso, supongo que te encantara
--me encantara cualquier cosa si tu estas a mi lado
(...)
--mi señora ya esta el almuerzo--informo Corinna viendo a su dulce patrona
Marianne asintió y se puso de pie, amaba las flores, y su ahora hogar poseía un hermoso e inmenso jardín lleno de toda clase de flores que hasta donde sabía Antony había mandado traer justamente para ella
--enseguida entrare--anuncio--por favor Corinna ve sacando un vestido, tan pronto acabar de almorzar pasare a bañar me, estoy terriblemente sucia
--como ordene mi señora
Y con ello se marchó, mientras Marianne miraba con alegría las flores que había terminado de arreglar, tras ello saco un cuchillo del delantal del vestido y cortó una buena cantidad de tulipanes naranjas los cuales envolvió en un paño y suspiro, estaba agotada
(...)
La noche estaba a punto de caer mientras corinna le leia un poco, marianne sabia hacerlo pero le fascinaba el tono calmado y la apacible voz de corinna haciendolo
--y vivieron felices para siempre jamas-sonrio mientras cerraba el libro
--gracias por leerme corinna
--para eso estoy mi señora ¿desea algo mas?--pregunto la criada a su señora
--que llegue mi marido, eso deseo--dijo risueña--pero que tu puedas darme, no, asi estoy muy bien muchas gracias, y corinna, ve a dormir, mañana saldremos un rato me llego esta carta
dijo y mostro el papel rosa, era una carta de su hermana, quien celebraba el cumpleaños de su primogenito
--si mi señora--y con ello se retiro
marianne sonrio y se retiro la bada rosada que tenia sobre su camizon blanco para dormir, estaba muy cansada y ya no le importaba mucho esperar a su esposo, solo queria dormir un poco, y no le molestaria hacerlo sola
--¿planeabas acostarte a dormir sin mi?--pregunto el duque entrando en la habitacion de su mujer
--antony, yo lo lamento mucho, es que estoy muy cansada
--te creo amor ¿que tal tu dia?
--muy bien, arregle un poco el jardin
--¿asi? me parece genial
la pelirroja asintio y miro incomoda hacia el piso, se habia acostumbrado a antony, sin embargo habian cosas que aun le eran muy dificiles de asimilar, el tener que pedirle dinero y permiso para salir de casa era una de ellas, sin embargo debia de hacerlo si deseaba de alguna manera salir al dia siguiente a casa de su hermana mayor
--¿sucede algo mi amor?
--antony es que mañana mi sobrino cumple un año ¿me permitirias ir siquiera un rato en la mañana a visitarlo? claro si no quieres yo te
--claro que puedes ir-respondio el interrumpiendola
--¿de verdad?
--claro que si, lo haremos los dos
--¿iras conmigo? ¿como una pareja formal?
--es lo que somos ¿no? ahora duerme un poco mañana sera un dia largo y te necesito vital y feliz ¿entendido?
--si señor--respondio y antony beso su frente con ternura mientras ella se acomodaba en su pecho--descanza antony, te amo
--y yo a ti mi mary
el suspiro y se sintio terriblemente mal, odiaba tener que mentirle así a su mujer, sin emabrgo era eso o aceptarle en la cara que lo hacia solamente para ver a isabel, su maldita concubina, y lo ultimo que deseaba era hacerle semejante mal a su mujer.
por su parte marianne muy encariñada juraba que su marido empezaba a ser mucho mas conciderado y de una u otra manera amaba como se estaba comportando el con ella, sin duda alguna estaba muy enamorada de su amado esposo
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My Lady: boda arreglada
Historical FictionLibro #01 de la trilogía my Lady Lo último que necesitaba Marianne BerryCloth condesa de Loughty era una boda arreglada a sus 21 años con un hombre del cual no conocía prácticamente nada salvo su nombre y título y que era un hombre ridículamente ri...