Hola mis amores, ¿como están? Espero que muy bien. Primero que todo debo pedirles una disculpa gigantesca ¡perdón! Pero como ustedes saber soy una adolescente que debe entregar muchos deberes, además también he estado muy delicada de salud. En segunda venía a daros una entrega más de esta historia, y por último pero no menos importante, decirles que pausaré esta historia hasta nuevo aviso, la precios de escribirla mi colegio etc... Me esta afectando de sobremanera, perdón de nuevo y disfrutad esta su historia
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--¿puedo pasar?--pregunto Marianne notando un leve temblor en sus piernas
--adelante pasa
Marianne asintió como si su esposo la estuviera viendo y se afirmo en la puerta, nervios la traían del revés, con sumo cuidado empujo la puerta y allí justo en un sillón estaba su esposo mirándola
--en que te puedo ayudar--pregunto con voz antipática
--Antony--murmuro ella caminando hacia su esposo
Marianne suspiro y camino hacia su esposo a pasos lentos y torpes, los nervios la carcomían, mientras que Antony solo podía admirar la trapera con la que su esposa se encaminaba en rumbo a él
La vista era estupenda, Antony ya sabía lo que su esposa deseaba, desde el momento,en que entro en la habitación con los ojos cargados de lujuria y deseo
--Marianne por favor hazte a un lado--hablo Antony mientras su esposa se acostaba prácticamente encima suyo
--Antony--susurro ella--por favor
El hombre volteó hacia su esposa y la miro, ella estaba vestida con una ropa para nada decente, se mordió el labio y suspiro
¡A la mierda la decencia! ¡A la mierda que fuera una primeriza! ¡A la mierda todo! Antony se olvidó por completo de su decencia y su caballerosidad y tomo a Marianne por el cuello fundiendo sus labios en un beso hambriento
Marianne jadeo de sorpresa dándole así la oportunidad para meter su lengua y explorar la húmeda cavidad bucal de ella
--estas segura de esto?--pregunto Antony con la voz entre cortada
--si estoy segura
--una vez inicie, querida, no seré capaz de parar
--no quiero que te detengas
Los ojos de Antony se abrieron con sorpresa mientras suspiraba con amargura, él -al igual que ella- sabía perfectamente que tan pronto arrebatar la virginidad de su esposa todo el interés que tenía en ella se perdería
¿Pero que más daba? En aquel momento nada le importaba, tenía todo el derecho de tomar allí mismo a su esposa ¡A la mierda todo lo demás? ¿No es así?
--quítate la ropa--exigió
--si señor
Marianne suspiro mientras se deshacía del camisón negro, apretó los labios y cerró los ojos, y reuniendo todo el valor que había en su cuerpo, término por desnudar se frente a su esposo
Jamás en su vida se había sentido tan vulnerable, se arrepentía de haber hecho tal idiotes, después de todo nadie le estaba obligando, y una vez llegado este punto sabía que no abría vuelta atrá
--relaja te Marianne--susurro Antony mientras besaba su cuello
La duquesa se estremeció y suspiro
Lo siguiente que sintió fue la mano de su esposo tocando su intimidad, el la estaba tocando, ¿como se atrevía? Aún que si bien era cierto, el tenía todo el derecho de hacer le eso, eso y mucho más, pero no sabía cuanto más hasta que sintió algo húmedo moviéndose allí abajo
--de detente--dijo a como pudo
La respiración la tenía entrecortada y se le hacia difícil respirara con normalidad
--¿sucede algo querida?
--no Lamas esa área--pidió avergonzada la duquesa--es un lugar sucio y te podrías enfermar
Antony río ante las ocurrencias, claro que el duque ya había hecho cosas como esas, y jamás se había enfermado
--se por experiencia propia cariño que no me enfermare por lamerte--susurro--además amo tu sabor
Un sonrojo se hizo presente en las mejillas de Marianne, nunca había hablado de tal manera con nadie, y le era sumamente extraño hacerlo
--¿ya te he dicho que te amo?--murmuro Marianne
Y antoni sonrió, se sentía sumamente culpable, ¿como decir le a su mujer lo que antes había sucedido con la que ve ética siendo su amante
*tres semanas despues*
--Señorita--susurro nuevamente el ama de llaves de la rubia mujer sentada en su cama--¿como le diga a su padre lo de su embarazo?
--cállate Cecilia--grito Isabel
No lo podía creer, estaba embarazda, embarazada del hombre de la hija de su madrina
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My Lady: boda arreglada
HistoryczneLibro #01 de la trilogía my Lady Lo último que necesitaba Marianne BerryCloth condesa de Loughty era una boda arreglada a sus 21 años con un hombre del cual no conocía prácticamente nada salvo su nombre y título y que era un hombre ridículamente ri...