Jongin está cansado.
Jongin está abrumado con todo a su alrededor, últimamente todo es tan gris para él. Los colores se fueron de su vida.
Recuerda vagamente algunos morados, verdes e incluso tuvo los rojos de un antiguo amor.
Pero ya no están, todos lo han dejado.
Desde que era un niño ha tenido problemas, sus padres se divorciaron cuando el tenía escasos siete años y fue duro para él, no la separación, él la deseaba. Lo duro fue ver como su padre dejaba el cuerpo de su madre con morados por todo su cuerpo, los gritos amarillos de sus progenitores al pelear en las noches, el terror en anaranjado que acogía todo su cuerpo por las noches, y sobretodo aquel negro al saber que su hermana estaba escuchando todo y también llorando en la oscuridad. Y él, simplemente no podía hacer nada.
Sus padres terminaron con esa etapa de su vida y se divorciaron como si nunca nada hubiera ocurrido, siguieron con sus vidas como si fuera algo normal, como si estuviera bien, como si no quedaran cicatrices. Lo dejaron pasar como río que se lleva los males.
Pero Jongin no pudo, ¡oh no! Claro que no pudo simplemente proteger su cuerpo de tantas explosiones en una mente y cuerpo tan inocentes. Maduró demasiado rápido a causa de eso.
Mientras sus compañeros de clase hablaban sobre los tímidos besos como si fueran lo mejor del mundo, él a sus 8 años sabía lo que era el sexo y la masturbación.
Nunca se dio cuenta pero estaba deprimido, roto y sin reparo. Algo como eso no puede vivirse sin consecuencias.
Al convertirse en adolescente llegó la baja autoestima. Odiaba su cuerpo, estaba tan gordo, feo, horrible, asqueroso. No pudo contenerlo y el auto-bullying llegó a su vida y con eso problemas alimenticios, podía comer polvo y él era feliz viendo como el aire parecía inflar sus huesos.
Fue feliz un tiempo manteniendo esa oscura dieta de galaxias, pero pronto se dio cuenta que había comido demasiadas, los cortes en el espacio no tardaron en liberar sus colores, emergiendo de nuevo una explosión intensa en un cuerpo tan joven con un alma más podrida que la de algunos ancianos.
Llegaron los dulces 16 más pronto que tarde y con ellos, el mundo real.
La escuela era su mayor tortura, recuerda levantarse temprano al sonar la alarma y llorar al abrir los ojos, todo el cuerpo le escocia de sus cortes de noches pasadas.Todo un semestre estuvo en silencio, no habló con nadie más de lo necesario y nadie insistió. Era un chico raro, según ellos.
Al segundo semestre conoció a Kyungsoo, un chico bastante alegre, listo, con muchos dones y talentos, belleza, actitud y todo lo que una persona como Jongin podía desear. Lo odió.
Primero pensó que era una persona horrible, mala e hipócrita, que sus actitudes eran fingidas. Todos aquellos pensamientos invadiendo su mente pero creados sin ningún fundamento veredicto más que la envidia.
Un día Kyungsoo habló con él, se sentó a su lado en la hora del almuerzo y le preguntó cómo le iba, que tal estaba, cómo se llamaba, el por qué no hablaba con nadie y Jongin lloró, toda la capa protectora que había creado a su alrededor explotó en pedazos. Se dio cuenta que no odiaba a ese chico, ¿cómo odiarlo si lo estaba abrazando tan dulcemente?
Kyungsoo lo envolvió como el objeto más preciado y delicado en sus brazos, susurró palabras de aliento e incluso limpió sus lagrimas, nada importo que fuera su primer encuentro.
Pasaron los meses y Jongin luchó contra sus males por su novio.
Su piel empezó a verse de un color uniforme, quedaron cicatrices sí, pero fueron cubiertas con besos.
Su peso aumentó y Jongin tuvo su primer ataque de pánico al subirse a la báscula y ver 5 kilos extra.De nuevo la depresión lo pintó de negro y se alejó de Kyungsoo, no fue intencional pero lo hizo.
Dejaron de contactarse y poco a poco el amor se extinguió. Su relación terminó con la llegada del nuevo amante de Kyungsoo, Kris. Un chico alto, atractivo y con una personalidad que derretiría el corazón del más fuerte.Kyungsoo y Kris hacían una hermosa pareja, se complementaban como ellos no pudieron y sus personalidades alegres encajaron a la perfección. Sus familias perfectas los aceptaron e incluso les compraron un departamento, se mudaron juntos y en unos años, estuvieron casados.
Mientras tanto, Jongin se hundía más y más, pensaba que sería imposible pero ahí estaba, ahogado en deudas. Debía tanto dinero y a tanta gente que ni recordaba qué mierda había comprado con tantos billetes.
Llegó a ser un adulto y no podía vivir como tal, su infancia robada atacaba su presente y no lo dejaba ver que necesitaba vivir como un ser humano, seguía atrapado en él mismo y no aceptaba la idea de tener que trabajar, de pagar la renta de su casa, de vivir.
Estaba tan acostumbrado a tantos problemas de los que se encargaba la gente a su alrededor, que ahora estando solo como un adulto, no sabía que hacer con ellos, él mismo no podía cargarlos y día a día, sólo esperaba que alguien llegara a salvarlo.
Así como sus padres lo habían hecho por un tiempo antes del divorcio, así como la capa protectora que construyo en su adolescencia, así como los colores que dejaban ir sus emociones o incluso como Kyungsoo lo hizo un tiempo.
Lo esperaba con tantas ansias que algunos días gritaba al cielo, implorando y llorando por ayuda.
Pero lo que él no sabía es que nadie tenía que estar ahí con él para vivir, nadie más que él podría alejar esas emociones grises y negativas.
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Polvo brillante (EXO).
FanfictionHistorias cortas, one-shots o drabbles de EXO, contenido homosexual.