Polvo brillante (EXO).

Uno. (KaiSoo)

Cuando los dos están juntos las palabras sobran, la comodidad que les proporciona el no hablar los hace inmensamente felices.

No son de muchas palabras, son más de acciones.

Un bailarín y un pintor pueden ser la combinación más exquisita y ellos lo son.

Jongin tan moreno como el café y Kyungsoo tan blanco como la leche, una mezcla deliciosa.

A su Dios le encanta verlos juntos. Cuando sus cuerpos se combinan, él bebe y se alimenta de la visión, degusta su café con leche y sonríe para ellos.

Bailando entre sábanas, gemidos aquí, toques allá, se convierten en uno, se encargan de volver a aquella época donde las almas gemelas vivían en un mismo cuerpo, donde se compartían a sí mismos, donde no se sabía donde terminaba una persona y donde comenzaba la otra.

Ellos luchan por volver a ser uno, se unen en todas las maneras posibles y a su Dios se le agranda el corazón en orgullo.

Duermen en los brazos del otro, respirando el mismo aire y cobijados bajo la misma calidez. Una acción tan simple como el descansar puede ser algo etéreo si es el uno al lado del otro.

Quisieran nunca despertar para compartir una eternidad, pero no lo hacen para seguir compartiendo lo no infinito. Llegará el día donde continuaran hasta el final sin final.

Jongin baila para siempre. Mientras duermen, él se pasea en los sueños de los dos, dando brincos por todas partes, asustando a los demonios amargados. Baila mientras come, paseando los alimentos por toda su boca, guiándolos con la lengua como en un ballet. También baila mientras ama, a veces suave, a veces fuerte, todo depende de que canción se reproduza en su vida.
Incluso baila para Kyungsoo, dejándose capturar para siempre en pinceladas.

Kyungsoo pinta en todo momento. Al dormir se encarga de dibujar los paisajes para sus sueños, dando escenarios perfectos para Jongin, haciéndolo deslumbrar. Al cocinar se encarga de pintar los sabores, todos ellos con diferentes movimientos que al llegar a la boca de su amado, el óleo explota danzando con la lengua de Jongin.

Tomados de la mano, acostados en una azotea se dirigen al espacio hasta perderse, flotando entre astros y estrellas. Se abrazan uniendo los vacíos en sus pechos con los latidos del contrario.

Son uno.