Cubito de azúcar. (KaiSoo)

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Kyungsoo y Jongin viven en la cafetería Lovu Love Xiu to the Han de su dueños Xiumin y Luhan.

Jongin es un terrón de azúcar mascabado, dulce como un helado en tiempos de verano.

Kyungsoo es un terrón de azúcar fina y blanca, dulce como un chocolate caliente en tiempos de invierno.

Los dos esperan pacientemente en un almacén a ser consumidos, día a día sueñan con cumplir sus metas. Pero al parecer, Xiumin y Luhan se han olvidado de que ellos residen en una azucarera vieja y polvorienta muy alto en un estante.

Los dos se han hecho compañía desde que tienen memoria. Pero no siempre fue así, en los principios de su amistad Kyungsoo huía de Jongin por ser un terronsito café, no lo hacía sólo por el color, él recuerda entre risas que tenía miedo, pensaba que Jongin se estaba pudriendo o algo así.

Y Jongin siempre lo persiguió, desde que lo vio por primera vez deseó ser su amigo pero un tiempo desistió al ver que Kyungsoo le tenía, según él, asco.

Un día caluroso, hace ya unos años los dos terrones descansaban sus cuerpesitos dulces en la azucarera. Pensaban que se derretirían y tenían miedo, Kyungsoo nunca lo demostró pero Jongin sí, lloró y lloró por horas, llamando al terrón blanco y preguntando como es que hacía para no asustarse.

Kyungsoo nunca respondió, él sí se había derretido un poco y no quería hablar a Jongin por miedo a asustarlo más.

Desde ese día, Kyungsoo tuvo miedo a morir solo, aquel día por poco se derrite y nunca había tenido un amigo. Se sintió tan triste que cuando Jongin se durmió entre lágrimas, el lloró toda la noche.

A la mañana siguiente habló con Jongin, le contó todo lo que un terrón de azúcar puede contar. Y Jongin escuchó atentamente a todo, con un sentimiento nuevo naciendo en su centro azucarado.

Amor. Así le decían Xiumin y Luhan.

Poco a poco su relación progresó hasta que un día no pudieron con la dulzura en su pecho y la liberaron en dulces palabras, te amo, te quiero, eres mi vida, no me dejes.

Y así fue, nunca se separaron. Hasta que un día, el gato nuevo de sus queridos dueños, tiró la azucarera del estante, dejándolos caer y haciendo que se desmoronen.

En el trayecto al suelo, se miraron, sonrieron y supieron que a donde sea que fueran, seguirían juntos.

Como terrones de azúcar, o si el destino lo quería, a lo mejor y podrían ser humanos en su nueva y dulce vida.

Polvo brillante (EXO).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora