No necesitamos decir adiós

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               Una soleada tarde de verano, en la ciudad de Londres, un longevo matrimonio recibía a su familia, para celebrar una fiesta. Las nietas más pequeñas del matrimonio, cumplían once años, y en ese familia en particular, cumplir once años era algo muy importante.

El hijo menor del matrimonio, Hugo Weasley llegó acompañado de sus hijos, su mujer y su hermana, para organizar la casa de sus padres. Rose, iba también con su marido y con su hija, a celebrar el cumpleaños de las benjaminas de la casa. Sus padres, Ron y Hermione, descansaban en su sala de estar, como siempre. Esperaban con alegría a sus hijos y nietos, ya que, desde hacía varios años, eran su única alegría, y el único motivo para sonreír. Scarlett, la hija de Rose, adoraba las historias de sus abuelos. Se sabía todas y cada una de ellas, pero siempre quería escucharlas de nuevo. Ella en especial, estaba fascinada por cómo sus abuelitos, después de estar cerca de setenta años juntos, peleándose y queriéndose, seguían allí al pie del cañón. Porque, tanto el pelirrojo como la castaña, desde su tierna infancia hasta ese mismo momento, habían compartido toda su vida, con idas y venidas, discusiones y problemas, amor y mucho cariño, durante más de setenta años.

Todo empezó tras siete años de amistad, y el estallido de la Guerra mágica, cuando Ron Weasley y Hermione Granger, decidieron dejar de lado su orgullo, y confesar que se amaban. Algo que todos esperaban con paciencia que algún día ocurriese. Y aunque empezaron una relación como pareja, y se querían... no dejaron las discusiones, para nada. Pero Ron, amaba a Hermione por sobre todas las cosas, y en pocos años, le pidió que fuera su esposa, de una manera muy especial, y entregándole un regalo que la castaña llevaría con ella toda su vida, y no, no era un anillo. Se casaron, rodeados de amigos y familiares, en La Madriguera, en el mes de Enero, llenos de felicidad por cumplir uno de sus mayores sueños. Ambos, tras la Batalla de Hogwarts, consiguieron trabajo en el Ministerio, pero el pelirrojo, trabajaba a media jornada en la tienda de su hermano George. El matrimonio Weasley-Granger adoraba su vida de casados, pero sentían que les faltaba algo para hacerla más perfecta, asi que comenzaron a planificar su nueva familia, con la llegada de Rose, su primera hija.

Para Ron, Rose era su ojito derecho, su niña y su felicidad. La cuidaba, la mimaba y la consentía de todas maneras. Pero la pequeña no tardó mucho en recibir a su hermanito Hugo, para completar la familia: el pequeño pelirrojo que pasó a ser el preferido de su madre. Ron, les enseñaba a jugar al Quidditch y su pasión por los Chudley Cannons, mientras su madre, les enseñaba en casa todo lo que sabía. Durante esos primeros años, los pequeños compartían estancia cada mañana en La Madriguera, mientras los mayores trabajaban, y junto a todos sus demás primos, lo que hizo que sus lazos se fortalecieran desde muy pequeñitos. Hasta que dieron los primeros signos de magia, y recibieron sus cartas para ingresar en Hogwarts, uno por uno. Ron y Hermione veían crecer a sus hijos muy rápido, mientras ellos trabajaban y no podían disfrutarlos tanto como quisieran. Finalmente, tanto Rose como Hugo partieron a Hogwarts con los demás, dejando el nido vacío.

Esos años, fueron especialmente difíciles: la falta de los niños les llevó a pensar en tener otro hijo, demasiado trabajo que hacía complicada la vida de ambos para compartir estancia, sospechas de infidelidades por parte de los dos que se resolvieron tras una temporada de discusiones intensas... y la muerte de McGonagall y Hagrid. Esas dos muertes, fueron especialmente dolorosas, al ser las primeras después de tantos años, y de dos personas tan queridas por todos. Pero el tiempo, fue sanando todas esas pequeñas y grandes heridas. Aunque Ron quiso evitarlo, su hija mayor se convirtió en mujer, al lado del hombre que su padre siempre rechazó: Scorpius Malfoy. Hugo, consiguió a una buena chica, llamada Carolyn, que había sido su compañera en Hogwarts y que amaba profundamente desde sus primeros años en la escuela. Ambos hijos Weasley-Granger se casaron con los años: Hugo se casó en La Madriguera, como era tradición, y Rose, se casó en la mansión Malfoy, con los gastos de parte de la familia Malfoy, como símbolo de perdón a toda la familia Weasley.

Lemmon parade: Ron and Hermione's loves storiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora