12: "¡No estaba borracha!"

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Abrí mis ojos.

La luz de un domingo soleado me alumbraba toda la cara. Frunci mi ceño y me arrastre al ventanal que había frente a mi cama.

En la habitación hacia frío, el suelo estaba helado y yo seguia somnolienta.

Entrecerré mis ojos cuando cai en la cuenta que la cortina de la ventana estaba corrida y los vidrios habian sido abiertos de par en par. Junte mis cejas y cerré las cortinas en un rápido movimiento, para luego volver a arrastrarme a mi cama y pasar el resto del día dormida.

Lamentablemente, para cuando logre obtener una posición cómoda, ya había perdido el sueño por completo. Refunfuñe frustrada por no poder volver a dormirme y me levante.

Hice la enorme sabana a un lado y frote mis ojos. Camine hasta el baño y prendí la ducha. Mientras dejaba que el agua se calentara, observe mi reflejo.

Si es que no estuviera acostumbrada a mi rostro por las mañanas, juro que gritaría del horror e intentaría exorcizar lo que para mi se veía como un engendro del infierno.

Estire mi mano para comprobar si el agua estaba caliente, las gotas caían sobre la palma de mi mano, invitándome a entrar. Gustosa acepte la invitación y empecé a quitarme el pijam...

¿Pero que...?

Me sorprendí al darme cuenta que aun llevaba puesto el vestido de noche, aunque ahora estaba un tanto arrugado. Recordé la noche anterior, los mareos, el baño... el idiota de mi ex con el pervertido de su amigo.

El baile... una sonrisa boba apareció en mi reflejo, una que tuve que borrar porque luego se me vino a la mente el recuerdo de la azotea.

Oh cielo santo... no era posible.

El nombre de Isaac sonó en mi cabeza, así como el de Jared. Diego había llamado a Zack Isaac, y el le había respondido con...

No, ¿seria siquiera pensable?

Que yo supiera, no había tomado nada raro durante la fiesta... o comido algo que tuviera un aspecto sospechoso. Lo mas peculiar era que no recordaba como había llegado a casa, no recordaba nada mas que el encuentro entre los dos.

Necesitaba respuestas... y juraba que si era una broma por parte de esos dos zarrapastrosos, los castraría a ambos.

Ay Dios, ya sueno como Julie...

Pero si era una broma, ¿porque escogerían justamente esos dos nombres? ¿Como podrían ellos saber de los chicos de mis sueños?

Y ahora que lo pensaba... ay carajo...

¡Diego había mencionado el baile de mascaras! Okey, esto se estaba tornando extraño y mi cabeza no hacia mas que enredar las ideas. Tenia que hablar con Diego... y Zack.

Sali corriendo del baño en busca de mi celular, lo encontré botado en el suelo y cuando lo revise, llegaron las notificaciones de las quince llamadas perdidas de Julie. Todas hechas la noche anterior.

Rápidamente la llame, y después del sexto tono, ella contesto con una voz aburrida y totalmente cansada.

-¿Quien mierda habla?- tuve que reír... seguramente hubiera respondido lo mismo incluso si no estuviera cansada.

-Como siempre empezando el día con buena onda...

-¡Carajo Kate! ¡Te estuve llamando como una loca desde ayer! ¡¿Donde estuviste?!- Mi tímpano casi reventó con todos los gritos chillones que Julie daba desde el otro lado de la línea.

-Julie, cálmate...

-No, no me calmo. Te fuiste sin siquiera despedirte.

-¿Me creerías si te dijera que ni siquiera recuerdo haberme ido del lugar?

-¿Tan borracha estabas?- solté un grito indignado.

-¡No me emborrache Julie! ...al menos eso creo- no podía verla, pero me la imaginaba cruzarse de brazos y golpetear el piso con su pie derecho.

Suspire frustrada y me dedique a explicarle todo lo que había pasado, todo... incluido el encuentro con Isaac, ósea Zack. Ella respiro pensativamente.

-Pues a mi me suena a que estabas borracha- rode mis ojos.- Llegar a escuchar a tu novio llamar a tu mejor amigo Isaac, un momento... ¿ese no era el chico de aquel sueño extraño?

-Si exacto, ¿entiendes ahora?

-Claro que entiendo, las migrañas fueron una pre-resaca y las alucinaciones de Jared y Isaac fueron la bomba que continuo- deje caer el brazo con el que sujetaba el celular y solté un gritillo desesperado.

-¡QUE NO ESTABA BORRACHA JULIE!

-Ya, pero yo no encuentro ninguna otra respuesta para lo que paso.

-Ni yo, pero en eso estoy. Te llamo luego- colgué antes de recibir alguna queja suya y marque con rapidez el numero de Diego.

Apreté el botón que iniciaría la llamada y espere...

-Hola...- su voz grave me saludo.

-Hola Diego, yo...

-Si estas escuchando esto, significa que voy algo ocupado o no me encuentro a disposición, deja tu mensaje y te llamare en cuanto pueda...- deje que la contestadora terminara antes de colgar.

Probe con el numero de Zack, pero tampoco obtuve respuesta.

Agotada y rendida, deje el celular a un lado e intente pensar con claridad. En eso estaba cuando tocaron la puerta y Paul entro.

-Paul, ¿Qué sucede?- los lentes de sol oscuros me resultaron intimidantes, pero la mueca que llevaba me hacia sentir curiosidad.

-Tiene visita, esta abajo en la sala, esperándola- iba a preguntarle de quien se trataba pero el solo pidió permiso y volvió a salir.

Le eche un vistazo a la puerta del baño, corrí dentro y me di una ducha corta. Me vestí lo mas rápido que pude y trate lo mejor posible de desenredar mi melena, la cual por las mañanas, podía ser confundida con un erizo rabioso.

Si... una comparación absurda, pero eso parecía.

Corrí escaleras abajo y pare en seco al llegar a la sala.

Diego se rascaba la nuca y miraba al piso, evidentemente incomodo.

-Hola...- susurre llamando su atención. El levanto la mirada y asintió levemente con la cabeza a modo de saludo.- ¿Te encuentras bien? Intente llamarte...

Sus ojos brillaron y las comisuras de sus labios se elevaron, mostrando una pequeña sonrisa triste.

-Lo se- lo mire expectante.

-¿Solo eso dirás?- el suspiro y miro al techo.

-Katherine, tenemos que hablar. No puedo mas- soltó el sin verme a los ojos.








Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora