26: "¡Lo haría!"

1.3K 112 5
                                    

No note que me había quedado dormida hasta que alguien me sacudió por los hombros y sentí el fresco de la noche golpear mi cara. Saque el cabello que obstruía mi vista y me asquee al percatarme de que mi mejilla estaba llena de baba.

- ¿Oye estas bien? - el pórtico de mi casa y la cara preocupada de Isaac fueron lo primero que vislumbre.

- ¿Qué? ¿Cómo llegamos aquí? ¿Y mi hermano? - Isaac ladeo su cabeza y apoyo una mano sobre la mejilla libre de baba.

-Eh, tranquila... estábamos caminando con tu hermano, ¿recuerdas? Luego te sentiste mal y volvimos a tu casa, pero antes que entráramos me pediste que nos sentáramos fuera y entonces te quedaste dormida, ¿Por qué tan alterada? - ¿De qué estaba hablando?

Me incorpore rápidamente, pero el movimiento brusco ocasiono que tropezara y cayera hacia un costado.

-Woow, tranquila- Isaac sonrió levemente al atraparme con sus brazos. Raramente no me incomode ante la cercanía entre nuestros rostros... casi podía sentir su aliento chocar sobre mi nariz. Sus ojos me miraban detenidamente, escrudiñando todo mi rostro.

- ¿No te acuerdas de nada? - cuestione atónita- Axel...- un mareo logro callarme antes de terminar de hablar. Me separé un poco de Isaac y me senté sujetando mi cabeza con ambas manos. No aguante más y libere todo mi malestar vomitando sobre las escaleras de la entrada y los zapatos Converse favoritos de Isaac.

-Oh, oh cielos...- no supe si estaba molesto o asustado, pero me relaje cuando el froto mi espalda de manera suave-. Shh... Shh, déjalo salir, es mejor que lo dejes salir...- susurro el apartando sus ya manchados zapatos tan pronto como pudo, pero sin dejar de tocar mi espalda.

Respire profundamente intentando recuperar el control mientras miraba el suelo. La cabeza me dolía como si alguien me hubiera golpeado con un bate de béisbol y el sabor amargo que había en mi boca se intensifico cuando volví a vomitar sin poder parar.

Sentí un rastro de saliva rodar por mi quijada, pero antes de que pudiera siquiera manchar mi blusa, lo limpié con el dorso de mi mano derecha.

-Ax...- no pude terminar de pronunciar el nombre; unas arcadas oprimieron mi estómago, pero sin embargo nada más salió.

Necesite dos minutos para calmarme. Isaac me miraba consternado mientras me tranquilizaba... comprendí que él no entendía que me pasaba y que eso lo inquietaba. Lo supe cuando vi sus ojos tornarse negros. Las últimas palabras de Axel sonaron como un eco lejano en mi cabeza.

"No intentes convencerlos porque no lograras nada bueno..."

No pude evitar pensar en que su advertencia tenía algo que ver con mi repentino malestar.

-Katherine- llamo Isaac tomando mi mano derecha con cuidado. La levanto de tal manera que ambos la tuviéramos a la altura de los ojos. Lo que vi me dejo petrificada-. Sangre...

No era mucha, pero si la suficiente como para hacerse notar. Mis dedos volaron hacia mis labios. Los roces una vez y me dispuse a verificar si también estaban manchados de sangre. Sobre la punta de mis dedos aparecieron gotitas rojas. Instintivamente relamí mis labios, limpiándolos.

- ¿Katherine?

"No lograras nada bueno..."

-Descuida, no es nada- lo tranquilice cambiando mi tono a uno seguro y formando una sonrisa bien fingida. Su cara me decía que él no me creía ni una sola palabra, y no lo culpaba: como actriz me moriría de hambre...

Pero antes que él pudiera reclamar o indagar más, me pare derecha e hice el ademan de ir a la puerta de entrada.

- ¿A dónde vas? - no me di la vuelta para verlo a la cara. Temía que, si lo hacía, el no dejaría que me fuera hasta que le dijera toda la verdad... y no quería arriesgarme.

Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora