27: "¿Nada?"

1.2K 117 17
                                    

Era difícil concentrarme. Veía como la profesora abría su boca y hablaba sin detenerse acerca de en qué podría beneficiarnos tener autos que funcionasen con energía solar... al menos eso parecía; no estaba segura del todo, pero los dibujos de carros con solecitos pintados en la pizarra me daban una pista.

Hoy era martes; habían pasado dos días desde que cerré el trato con Axel, pero nada había cambiado. Comenzaba a pensar en que todo era una farsa... un engaño. Quizás había vendido mi alma a cambio de nada. ¿Cómo saberlo? No había tenido tiempo de leer el trato, todo había sucedido tan deprisa...

Una bolita de papel arrugada golpeo mi frente. Respire profundamente antes de tomar la bolita y apilarla al bulto de papelitos arrugados que yacían sobre la esquina de mi mesa. No pasaron mas de treinta segundos antes que otra bola de papel aterrizara sobre mi libro abierto. Me le quede mirando hasta que me di por vencida y enfoque mi atención en Isaac, quien se había vuelto sobre su silla para poder verme mejor.

Era difícil no darse cuenta de lo impaciente que estaba. Cuando estuvo seguro de haber captado mi atención, hizo señas extrañas en dirección mía. Negué con la cabeza repetidas veces, intentando explicarle que no entendía que quería decirme. Él puso sus ojos en blanco y luego señalo el reloj que colgaba de la pared, faltaban tres minutos para que tocara el timbre.

Supuse que me lo contaría cuando terminara la lección, así que volví mi vista al frente y seguí fingiendo escuchar lo que la maestra decía.

Los tres minutos pasaron milagrosamente rápidos. Empaqué mis libros y salí del aula. Espere pacientemente a que Isaac saliera también, lo cual fue muy molesto, ya que él fue uno de los últimos en salir.

- ¿Qué te pasa? - fue la pregunta con la que el inicio nuestra conversación. Me esforcé en lucir confundida, aun sabiendo a que se refería.

- ¿De qué hablas? - pregunte inocentemente. Sin darme cuenta realmente, cubrí con mi manga un poco más la cicatriz de mi muñeca, la cual no había desaparecido, pero si se había hecho más pequeña.

- ¿Qué de que hablo? Estas extrañas desde el fin de semana. Ausente, taciturna, callada... No entiendo que pudo haber pasado- el no recordaba... Lo había intentado, el hacerle recordar... pero lo único que había conseguido fue vomitar toda mi cena. Tampoco es que fuera que tuviera pruebas confiables... el moretón que le había causado el "ataque" de Axel había desaparecido. Y no planeaba mostrarle mi cicatriz, ya me había dejado en claro a mí misma en que no quería meterlo más en esto.

-Perdona mi extraño comportamiento, pero... ¿adivina qué? ¡Mi vida es extraña Isaac! - ignore las miradas y los murmullos que la gente soltaba al pasar a nuestro lado-. No te olvides que acostumbrarme a todo lo que está pasando puede costarme un poco más de lo que crees, ¿sí? - me sentía mal al hacerle pensar que estaba siendo desconsiderado conmigo, pero era la única forma poco sospechosa que se me había ocurrido para distraerlo.

-No... Kate, perdóname tu a mí. Soy un idiota, es que... no sé, antes que tu hermano despertara estábamos llevándonos bien... y eso me gustaba. Pero desde este último fin de semana estas tan distante conmigo, es como al principio, cuando tu no podías tolerarme. Solo quiero que puedas confiar en mí.

Estaba mal, ya lo sabía... ¿pero que podía hacer? No lo pondría en riesgo pidiéndole ayuda o contándole de las nuevas estupideces que cometía recientemente.

-Gracias- supe que mi corta respuesta le decepciono, aun cuando el formo una sonrisa pequeña.

-Hay algo que quizás te interese saber... Tengo buenas noticias para ti- mi curiosidad despertó de golpe-. Escuche, por contactos, que nuestro hibrido favorito planea regresar prontamente.

Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora