25: "¿Trato?"

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Axel... Axel... el nombre sonaba a gritos en mi mente mientras observaba al hombre parado frente a mí. Recordaba perfectamente su rostro en mis sueños, lo cual significaba que era parte de mi pasado, pero había olvidado si era bueno o malo; aunque, dado el hecho de que había disfrutado ver a Isaac ser golpeado, podría apostar a que no era un santo.

Son momentos como este, en los que me arrepentía de no haber preguntado más acerca de mi anterior vida a Diego, o a Isaac. De haberlo hecho, era probable que supiera quien era este sujeto en realidad y que intenciones tenia. No podía ser un vampiro. De serlo, sus ojos se habrían tornado negros mientras actuaba mágicamente, lo cual no había sucedido; pero también estaba más que claro que no era un humano.

-Veo que aún no recordaste todo, ¿es que acaso este par de inútiles no te lo contaron todo ya? -hablaba de Isaac y Diego. Mis puños se cerraron instintivamente-. Bueno, agradezco que me dejaran a mí la diversión de arruinar tu vida un poco mas- soltó una risa socarrona. Bien, ya me quedo claro que no era de los buenos, o que al menos no tenía modales.

- ¿Quién eres? ¿Y qué quieres de mí? - su risa se interrumpió bruscamente, tornando su semblante sombrío y serio nuevamente.

- ¿Qué yo quiero algo de ti? - pregunto, luciendo sorprendido-. Bueno también, pero, de hecho, eres tu quien quiere algo de mí- las muchas preguntas se agolparon en mi cerebro en cuestión de milisegundos, ansiosas por ser respondidas. Intente apaciguar mis ganas de saber quién era para poder concentrarme en Isaac y Nico, uno inconsciente sobre el suelo y el otro embobado mirando un árbol.

-Axel- las comisuras de sus labios se elevaron mientras un gesto complacido se plantaba en su rostro- ¿Qué le hiciste a mi hermano? - no sabía porque mi voz tenia tanto odio en ella.

- ¿Yo? Le hice muchas cosas, pero, al fin y al cabo, te lo traje de vuelta, Katherine, ¿no era eso lo que tu deseabas?

- ¿Fuiste tú? ¿Tu... lo despertaste? - ni se molestó en responder. Sentí como recuperaba el control sobre mis pies y me apresuré a ver qué tan mal estaban los golpes que Isaac había recibido mientras me inclinaba sobre él. Su cuerpo estaba de costado, así que tome su mentón y lo gire para ver mejor su rostro. No se veía tan mal, por suerte... Una mejilla había comenzado a tornarse oscura mientras unas leves cortaduras casi imperceptibles llamaban mi intención.

-Descuida, no se despertará hasta que yo lo diga, y cuando lo haga, no recordará nada de esto. Ni el, ni tu hermano, así que por favor no te molestes en intentar convencerlos porque no lograras nada bueno- advirtió el con un tono suave.

Me puse de pie e intenté encararlo. Pero al verlo, me sentí indefensa, sola y a manos de un tipo del cual no tenía ni la más mínima idea. El sentimiento no me estaba gustando absolutamente nada.

- ¿Por qué? - pregunte con voz baja.

-Porque ellos son un estorbo para mi ahora, así que prefiero mantenerlos fuera, al menos por ahora- se quedó un rato en silencio-. Volviendo al tema, quiero ofrecerte un trato.

-Ni siquiera sé exactamente quién eres- sisee.

-Eso no importa, importa lo que puedo hacer por ti.

- ¿Y eso que sería? - Axel comenzó a caminar lentamente hacia mí y Isaac. Mi corazón latió más rápido de lo normal cuando me percaté de que no podía levantarme. De pronto lo tuve frente a mí, observándome desde arriba con una mirada arrogante.

-Puedo traer a Jared de vuelta- un vacío se originó en mi estómago y sentí algo parecido al vértigo-. Y puedo devolverle el control de su cuerpo a tu querido amiguito.

- ¿Zack?

-Sí, ese- no pude hablar. Todo lo que quería en este momento, estaba siéndome ofrecido por un extraño.

- ¿Un trato? ¿Eso significa que quieres algo a cambio? - su gesto se tornó en uno más suave y amable.

-Pues claro, si no, no sería un trato.

- ¿Cuánto dinero quieres? - el sujeto soltó una pequeña risa, limpiando con su dedo índice una lagrima invisible.

-Dinero... oh vaya, que ocurrente. ¿Sabes? He de confesar que me siento sorprendido. Después de pasar por todo lo que pasaste, aun piensas que puedes pagar con dinero. ¿No aprendiste de la lección con Jared? - ¡que maldito! -. Te devolveré a tu protector, al chico que amas y traeré a tu mejor amigo de vuelta... todo eso, a cambio de un favor tuyo.

- ¿Solo un favor? - no lo malentiendan, no soy estúpida, y créanme... hasta ahora, en todas las películas, series y libros que vi y leí en toda mi vida, jamás sucede nada bueno cuando una cierra un trato a cambio de un favor. ¡Jamás! Pero a pesar de que mi conciencia me decía a gritos que me levantara y corriera por mi vida, la curiosidad que me invadía era incontrolable.

-Bueno, un favor tuyo... y el alma de Isaac Dunne- mis ojos se abrieron de golpe-. El maldito me traiciono, y tendría que pagar- expreso el extraño ser encogiéndose de hombros.

-No- titubee. No iba a entregarle a Isaac. Él había sido un idiota, sí, pero ese idiota se había convertido en una persona a la que, por alguna extraña razón, confiaba, y eso no era fácil. El ceño de Axel se frunció.

- ¿No? - pregunto manteniendo la calma de una manera extraña. La vena de su cuello comenzó a notarse mientras el apretaba su mandíbula.

-No- dije más segura esta vez. Entonces, la cara entera de Axel se arrugo mientras este abría su boca y unos horribles colmillos amarillos aparecían por segundos para luego volver a ocultarse tras su dentadura normal. Sus ojos se tornaron en una mezcla de rojo y negro y la vena de su cuello se volvió oscura.

El impulso de correr se hizo más fuerte, pero yo seguía sin poder moverme. ¿Qué demonios era esa cosa? A los segundos, su rostro volvió a lucir normal, más la vena y sus ojos continuaron asustándome.

-Qué bueno que tengo un plan B- soltó el pasando de largo y encaminándose a mi hermano. Lo seguí con la cabeza, atemorizada por lo que podría ocurrir a continuación. Axel poso su mano sobre la espalda de Nicolás y me miro fríamente. Mi mandíbula cayó al piso cuando vi como sus uñas crecían y se clavaban en la espalda de mi hermano.

Nicolás se torció hacia atrás mientras un grito de dolor se ahogaba en su garganta.

- ¿Qué haces? - cuestione alarmada- ¡No le hagas daño! - Axel me ignoro y solo se detuvo cuando Nico termino de rodillas, aun con la mirada fija en el árbol. Entonces susurro algo por lo bajo y mi hermano se desplomo.

-Veras, Katherine, traje a tu hermano de vuelta, pero no habrás creído que te lo iba a dejar tan fácil, ¿o sí? - aguanté las ganas de llorar mientras veía a mi hermano-. ¡El me pertenece, yo lo reviví y su vida es de mi propiedad! ¡Así que si no quieres que mande al pobre Nicolás de vuelta al purgatorio vas a aceptar mi maldito trato! Tienes dos días para pensarlo- termino el desapareciendo sin más.

Me sentí libre de la fuerza magnética y volví a recuperar el control sobre mi cuerpo, pero apenas me pude poner de pie.

Con muchísimo esfuerzo caminé en zigzag hacia Nico y le di la vuelta a su cuerpo. Había empalidecido y tenía sus ojos cerrados.

Dos días... ¿Qué mierda se suponía que tenía que hacer?

Mi Ángel OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora