Capitulo 34

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Al observar a Andrew Watson volvía a pensar nuevamente en las palabras de Harry, aquellas que había escrito en una de sus cartas para mí.

"Encuéntrame en alguien más". Me había pedido, pero no fue hasta ahora que finalmente comprendía con exactitud lo que había intentado decirme con eso.

Claramente el aguardaba que yo hallase el amor que le tuve a él en alguna otra persona en esa ciudad o en cualquier parte del mundo entero, pero definitivamente pensaba que eso sería imposible, a no ser que existiera un ser clonado, totalmente idéntico a Harry Styles.

Y al pensar en eso me preguntaba a mí misma. ¿Qué era lo que amaba de Harry? Sabía que lo amaba, eso no estaba en duda, sabía que cada detalle de él me había enamorado.

Desde cosas tan superficiales como su indiscutible belleza, su físico, su sonrisa, sus ojos y su perfume, hasta lo que su alma escondía. Como su eterna personalidad infantil, sus bromas, su alegría y su ser tan positivo, alegre, dulce y romántico. Sin mencionar su carácter carismático, inteligente y genuino. Sabía que no había nadie en la faz de la tierra como él. Ni siquiera el tal Lord Watson podía asemejarse.

Aquel sujeto era apuesto, claro, y tenía consigo un gran título en su nombre. El joven era un archiduque de Europa, que solía pasar su tiempo viajando a lugares excéntricos como Nueva York y no podía evitar pensar que ese era el tipo de hombre que mi padre desearía para mí.

Y quizás era similar a Harry en algunos aspectos.

Lord Watson, tenía la simpatía atractiva, la sonrisa, el cabello, aun cuando este no fuera tan largo, y por otro lado el color de ojos tan verdes como los de Harry Styles. Sin embargo había ciertos detalles que nunca podría confundir y que eran característicos tan solo de Harry. Como por ejemplo los adorables hoyuelos en las mejillas, o la nariz refinada. También había notado que Watson lucia más joven. Su cuerpo era más parecido al de un adolescente, mientras que el de Harry era más como el de un hombre.

Aunque eso no convertía a Andrew Watson en ningún debilucho, podía notar que tenía los músculos bien guardados bajo ese traje de gala.

Vestían diferente, e incluso su porte era distinto. El estilo de Harry siempre era más excéntrico y único. Por su parte Andrew era meticuloso y predecible. Como todos los hombres de la época. Podía darme cuenta que ese joven era vanidoso y prepotente, pese a no haber compartido una gran conversación con él. No necesitaba hacerlo, en realidad era capaz de leerlo en sus ojos.

Pero aun así, no fue posible resistirme cuando le seguí los pasos hasta el jardín posterior, donde el chico abandono el salón sin percatarse de mi descortés forma de acecharlo.

El chico castaño se reposo de la barda de roca que se abría de par en par en una escalera camino al jardín.

Fumaba un cigarrillo y miraba la nada mientras yo lo observaba a sus espaldas, quizás demasiado cerca ahora.

Habíamos tenido un pequeño encuentro en la cena, un sutil jugueteo de miradas seductoras de su parte y algunas tímidas sonrisas que yo acepte concederle. Pero nada atrevido ni comprometedor que le diera el permiso o la iniciativa de darme la mano e invitarme a bailar una pieza.

Hasta entonces me limite a ser tan sutil como una dama lo seria, sin embargo la impaciencia me dominaba más pronto de lo que pensé y deseaba escucharle hablar de nuevo, a pesar de haber cerciorado de que su tono no era nada parecido al de Harry. La voz del chico que yo amaba era más profunda, más suave y aterciopelada como la de un ángel.

Solía hablarme despacio, lento, dulce. Tan encantador.

Y al pensar en todo eso me retractaba con temor, retrocediendo algunos pasos de donde Andrew Watson se encontraba dándome la espalda, pero mi andar fue obstruido por un par de caballeros a quienes les pisotee los pies, tras caminar a cuestas sin mirar atrás.

-Oh lo lamento tanto— me disculpe avergonzada de mi torpeza y los caballerosos hombres tan solo sonrieron educadamente.

-No se preocupe, señorita— aceptaron mis disculpas y siguieron si camino hacia el jardín mientras yo volvía mi atención al mencionado chico que ahora me miraba curioso sobre el hombro.

Nos miramos fijamente por un momento en el que no pude moverme a causa de la vergüenza y la desdicha de haber sido descubierta en ese penoso momento.

Pero Andrew solo sonrió.

-Ha estado mirándome mucho, señorita ¿Por qué no intenta acercarse? Prometo que no seré impertinente— me dijo con ese tono de voz diferente y yo trague con dureza el temor para obedecer a su atrevida petición.

-Lo lamento, no quise ser entrometida ni quise estropear su privacía, si le he mirado mucho, no ha sido mi intención, tan solo es porque tiene un asombroso parecido con alguien que conozco— le explique y el aún mantenía la misma sonrisa que me hacía vibrar por recordar a Harry.

Era esa singular forma de sonreír con los labios curvados a un lado, entreabiertos al centro, dejo salir una pequeña bocanada de humo del cigarro y luego raspo la colilla de este contra la barda de roca y la lanzo lejos de nosotros.

-Alguien apuesto, debo atreverme a pensar— bromeo y yo apreté los labios y baje la cabeza, reprimiéndome un suspiro.

-Si— musite tan torpe como siempre y el chico se echó a reír por mi última aceptación.

-Me halaga señorita y déjeme decirle, no cualquier dama me halaga con su belleza con frecuencia— alardeo de nuevo, implicando que no cualquier mujer solía ser digna para él, sin embargo parecía que yo tenía ese privilegio ganado desde ahora— Es hermosa— me dijo con un tono más suave y yo aún no me atrevía a mirarlo, sintiendo el rubor quemar mis mejillas.

Él era apuesto, no podía negarlo y comprendía porque no cualquier chica seria digna de recibir halagos de su parte. Ni siquiera yo. No comprendía que derecho tenía yo para ser esa chica, después de todo no me consideraba tan atractiva como el decía.

-Gracias— susurre y el elevó una mano en espera de la mía.

-Bailemos— exigió sin rodeos ni intenciones de hacer parecer aquello una invitación, era en realidad un mandato, pero yo no me opuse en absoluto.

Y en la mente, aun hablaba con Harry. No quería sustituirlo aun cuando él me lo había pedido muchas veces.



Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora