«¿Sabes cómo evitar el embarazo?» Me pregunto el chico cuyos ojos verdes me miraron fijamente después de haber comprendido que nuestras decisiones ya no tenían vuelta atrás.
Así que por ende, me vi en la necesidad de escucharle con atención, sintiendo algo de temor por la idea de quedar embarazada tras haber ido a la cama con él.
Por alguna razón Harry conocía el método que utilizaban las mujerzuelas o prostitutas, para evitar llenarse de hijos, y no quería suponer que el posiblemente había tenido varias aventuras amorosas con ese tipo de mujeres, así que opte por deshacerme de esa idea.
«Cuando llegues a casa, debes llenar una botella con vinagre y después debes verterla dentro de ti ¿De acuerdo?» advirtió y tal como lo dijo lo hice, estando plenamente segura de que podía confiar en él.
El recuerdo de esa tarde pronto se convirtió en una imagen permanente en mi interior y constantemente fantaseaba con poder vivirlo de nuevo, pero ahora estaba nerviosa.
Sabía que no podía recurrir a eso con tal frecuencia o hacerlo un hábito entre nosotros. Después de todo ambos sabíamos que no podíamos estar juntos. De una u otra forma, sabíamos que lo mejor sería lidiar con la realidad. Sin embargo, ninguno de los dos solía hacer eso.
Éramos demasiado testarudos e inmaduros para pensar en las consecuencias, y a pesar de decirnos que debíamos seguir con nuestras vidas, lo cierto es que cada ocasión en que volvíamos a vernos era aún más difícil que antes.
Y mucho más aun, después de que ese sujeto era quien me había despojado de mi virginidad. Yo sabía que eso era importante, y sabía que se lo había confiado porque lo amaba, así que era casi imposible no sentirme en las nubes cada vez que estaba cerca.
Como una tarde, varias semanas después de nuestro encuentro romántico en su hogar, permitimos que la poca discreción nos tiñera con su manto, como a un par de desvergonzados.
Continuábamos con nuestras vidas pero nos lanzábamos miradas seductoras en cada reunión en que nos encontrábamos.
Esa tarde de noviembre mis padres habían organizado una celebración meramente familiar. Con toda clase de integrantes de la familia que nos visitaban de distintas ciudades del mundo.
Pero entre los invitados de honor, como siempre, estaba Harry Styles y su sonrisa encantadora.
Claramente esa era una señal que me indicaba que Harry era considerado un miembro más de la familia y por ello era incorrecto que continuase viéndolo tan enamorada.
-Ven conmigo al estanque, mi amor— susurro al deslizar una mano discretamente en mi espalda baja, apegándome contra el como si se tratase de un amigable e inocente abrazo. Pero nosotros sabíamos que en nuestro interior la chispa romántica nos hacía estremecer y sentir en el paraíso a causa del mas mínimo toque o rose.
Acepte pronto porque no podía abstenerme nunca a sus encantos y terminamos en ese estanque, jugando como un par de niños mientras mis hermanas nos miraban en la orilla y gritaban a carcajadas, animándonos en nuestra amistosa competencia de remo.
Yo había tomado el bote pequeño y Harry el más grande, para ir de un lado a otro del estanque, remando con nada más que varas de madera que hallamos en la orilla.
-¡Alissa!— le escuche gritar a unos cuantos metros por detrás de mí y yo soltaba fuertes risotadas al volver la mirada y notar que su bote se había atascado con una roca, y eso se tornó contraproducente para él en nuestra competencia, por ver quien volvía más rápido a tierra firme.
-Perdiste— le dije con burla y a pesar de que yo no había llegado a la orilla, sabía que a él le resultaría imposible desatascar su bote y rebasarme.
Así que intente continuar remando los metros que me restaban, pero el grito de mis hermanas me anunciaron de nuevo que algo sucedía por detrás de mí.
Volví la vista en el justo instante en que Harry saltaba sin temor de su bote y nadaba velozmente en dirección a mí.
-¡Harry!— carcajee cuando, en tan solo unos segundos, ya lo tenía con las manos contra mi bote y empujaba con fuerza sin importarle un rayo derribarme— ¡No!— trate de mantener el equilibrio, pero fue inútil y caí precipitada al agua, donde fui atrapada por ese lunático.
Sus brazos me rodearon por debajo del agua y me aferro a su cuerpo riendo estruendosamente al capturarme como un cocodrilo a un indefenso conejillo.
En un parpadeo mi vestido estaba deshecho, empapado, y mi cabello arruinado. Pero eso no me interesaba mucho mientras Harry jugaba conmigo como un niño en el agua.
Me colgaba de su cuerpo y lo hundía sin piedad y este me abrazaba y me llevaba consigo al fondo, donde nos perdíamos por unos instantes, entre burbujas y la claridad del reflejo y destello de la luz atravesando el agua.
Nos mirábamos e incluso sentí sus labios por un momento, dejando un sutil beso en los míos antes de volver al flote.
Tome aire y reí, sosteniéndome de sus hombros cuando el chico tomo mi cintura y giraba conmigo lentamente mientras flotábamos justo en el mismo lugar, olvidando por un segundo que mis hermanas continuaban mirándonos a la orilla.
-Te amo— susurro tan suave que no pude moverme. Dudé en un principio y pensé que había escuchado mal sus palabras, así que me abstuve a corresponderle aun cuando él se apegó y dejo otro beso en mi frente, antes de que yo desviase el rostro y me apartase nerviosa.
-Mis hermanas— le recordé con el mismo tono bajo y mi plan era pretender inocencia, lo cual a ojos de ese para de chicas, quizás seria sencillo, pero a ojos de mi padre nada sería lo mismo.
-Alissa, querida... La comida ya se está sirviendo, ¿Qué hacen los dos metidos ahí?— pregunto desde distancia y pese a que el tono de su voz era tranquilo y nada enfadado, yo sentí pánico.
-Lo lamento, iré a cambiarme enseguida— jadee, nadando los últimos metros y mirando con vergüenza a mi padre, que se limitó tan solo a asentir con la cabeza, sonriendo sutilmente antes de que yo escapara sin saber lo que Harry haría.
Supuse que papá se encargaría de ordenarle a algún sirviente que le diera ropa seca, pero yo me abstuve a volver la vista a él. Tan solo corrí en dirección a la casa, ignorando la mirada sorprendida de mi madre al verme totalmente empapada.
En momentos como esos el corazón me latía frenéticamente y al encerrarme en mi habitación apenas lograba mantener la calma.
Trataba de deshacerme de la agitación, el nerviosismo y el temblor que se apropiaba de todo mi cuerpo mientras me cambiaba el vestido y luego salía a prisa por el corredor, intentando arreglar mi cabello que ya comenzaba a secarse, dándole un estilo más alborotado.
Acomode mi collar de oro en el cuello y respire profundamente, zapateando en cada paso en dirección a las escaleras, lugar donde no esperaba encontrarme con la persona causante de mi agonía.
Harry estaba de pie justo ahí y yo sabía que no sería propio seguir de largo, pero en ese instante no supe que hacer excepto tratar de ignorarlo.
Quizás él se daría cuenta de que éramos vulnerables ahora y necesitábamos controlarnos. O quizás no.
-No te atrevas a ignorarme, muñeca— me dijo cuándo camine cerca de él, manteniendo la vista lejos de sus ojos que me observaban fijamente, y al tomarme entre sus brazos note que ya no estaba empapado.
Se había cambiado la ropa y parecía listo para tratar de arruinarlo todo de nuevo.
-Espera, Harry...— trate de ser la coherente en esa situación, al ser jalada por el en dirección opuesta hasta un armario.
Era inútil. Me di por vencida. Harry era la clase de sujeto que no tenía el control de sus impulsos. Era la clase de sujeto que no pensaba, que hacía cuanto se le ocurriera. Eso se denomina locura, en el mundo de las personas racionales, pero en tal caso yo igual estaba loca por él.
~Isa-S~
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Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁
Fiksi PenggemarInspirada en la historia real tras el cuento de "Alicia en el país de las maravillas." ¿Quien fue la verdadera niña del vestido azul? [Novela ORIGINAL con Harry Styles] ~Isa-S~