-NARRA HARRY-
Nada de eso era algo que yo hubiera planeado. Ciertamente yo también compartía las desilusiones de Alissa, sabia que de alguna forma ella estaba en lo correcto y también sabia lo que ella quería al confesarme que estaba triste por el rumbo que tomaba el inicio de nuestra vida juntos.
-No quiero esconderme— me dijo y yo sabia que era peligroso exponernos ahora.
Sabia que no podía complacerla sin correr el riesgo de perderla de nuevo.
-Tus padres deben estar muy preocupados— murmure seriamente al pensarlo y yo no quería ser el rufián que hubiera secuestrado a la chica para casarse por la fuerza.
Eso era algo escandaloso e incorrecto, pero estaba desesperado.
-Podríamos darles una nueva oportunidad— dijo la chica y yo baje la cabeza, meditando en las posibilidades.
-¿Y tu crees que ellos aceptarían?— le pregunte inseguro y ella se encogió de hombros.
-Esta vez no les preguntare su opinión, les diré que ya estoy comprometida contigo, les hablare acerca de los planes de boda y luego dejare que ellos mismos decidan si desean asistir ese día o no— explico y yo asentí, mirando por debajo de mi las aguas que corrían hacia una misma dirección.
Se iban hacia atrás mientras el barco en que nos encontrábamos avanzaba rumbo a Londres.
Reposado del borde de la cubierta, mientras la chica a mi lado permanecía aferrada a mi brazo y miraba con fascinación el enorme anillo de diamantes que yo le había entregado.
Sonrei al verla de esa forma y en un segundo podía ver todos esos años pasar frente a mis ojos.
Desde el primer momento en que la vi como tan solo una pequeña niña y hasta ahora, convertida en una preciosa mujer y mi futura esposa.
Y a pesar de que ni en mis mas locos sueños pensé que ella llegaría a ser mía, siempre desee poder verla como la vía justo ahora.
Cuando ella era solamente una niña, yo solía narrarle historias de príncipes encantadores que llegarían un día por ella, y en definitiva a mi me faltaba mucho para ser un encantador príncipe como el de las historias, pero tenía todo el amor de mi corazón para darle.
Me acerque un poco mas a ella, mis labios acariciaron su mejilla y le regale un beso y un suave susurro.
-Te amo— le dije y ella también sonreía.
-Yo igual, mi cielo— correspondió y dejé otro beso mas en sus labios, abrazándola y estrujándola entre mis brazos.
-¿Quieres bailar?— le propuse y ella asintió sonriente, acercándose conmigo hasta la zona central de la cubierta donde se servia un gran banquete al aire fresco, ambientado con algunos violinistas que invitaban a todos a bailar románticamente.
Tome su cintura entre uno de mis brazos para mantenerla cerca al detenernos entre aquellas personas que bailaban en pares.
Su mano fría tomó la mía y nuestros dedos se entrelazaban con ternura mientras la llevaba conmigo de un lado a otro y recordaba aquellas veces en que le enseñaba a bailar cuando ella era una niña.
Pasábamos largo rato en la biblioteca de su hogar donde su institutris tocaba el piano y yo le mostraba los pasos apropiados que una dama debía seguir.
-Te daré un chocolate si no me pisas los pies, princesita— le dije, tal como solía hacerlo muchos años atrás cuando acostumbraba premiarla por no pisotearme en sus ensayos.
Alice rió con gracia y me miro a los ojos dulcemente, reflejando toda la ternura que me tenía, como a un cachorro, y eso también me hacia sentir ternura a mi.
-¿Y jugaras al té?— me pregunto, recordando también lo que ella solía preguntarme al visitarla.
No podía negarlo, muchas veces me convirtió en su nana y ambos jugábamos al té en el gran comedor.
-Jugaré a todo lo que quieras, amor— susurre, acercando mis labios a los suyos y sus manos tan pequeñas acariciaban mi nuca, haciéndome sentir tan pleno y satisfecho por tenerla justo ahí, donde nunca pensé que la tendría.
-NARRA _______-
Sentí un escalofrío al llegar al lugar y el mayordomo nos hizo pasar sin presentación alguna, por supuesto.
-Lady Alissa, pase, pase— movió la mano ansioso y nos condujo hasta el comedor donde podría encontrar a mi familia.
Todos ellos estaban disfrutando de su merienda cuando yo hice mi inesperada aparición, notando que incluso la abuela estaba ahí.
-Hola— salude con voz baja y todos los presentes reaccionaron intempestivamente.
-¡Alissa!— exclamaron y mis hermanas se pusieron en pie como una bala para abalanzarse a mi.
Habían transcurrido casi 6 meses desde que me fugue de mi hogar y todos se mostraban consternados.
-Hija ¿Donde rayos habías estado?— sollozo mi madre al abrazarme y también la abuela me recibía con lagrimas mientras mi padre parecía algo inseguro.
-¿Donde estabas?— me pregunto adolorido y yo retuve un temblor en mi cuerpo.
Harry aguardaba por fuera del comedor para obtener una audiencia con mi padre y esta vez esperar su bendición para ser mi esposo.
-Me fui con Harry, papá— musité y el hombre frunció el ceño.
-Lo sabia, sabia que habías estado con ese rufián, ese canalla...— parloteo pero esta vez yo no espere para hacerme escuchar.
-No te permito hablar así de él— le advertí severamente y luego levante mi mano izquierda, para enseñar el anillo que se encontraba ahí—Estamos comprometidos, papá, nos vamos a casar, pero yo no quería hacerlo sin antes anunciártelo, porque ustedes son mi familia y no quiero dar este gran paso sin ustedes— murmure, y la abuela tomaba mi mano para ver ese enorme anillo.
-Vaya esto luce costoso, ¿No es eso lo único que te importa a ti, hijo?— lanzó una astuta pedrada para el hombre que se mostró indignado.
-Oh ¿Tu también pondrás a mi hija en mi contra?— le reprochó pero la anciana no era fácil de manipular.
-No cariño, la única persona que pone a tu hija en tu contra eres tu mismo, mírala, a vuelto aquí después de haber huido de ti, esta aquí para hablarte de nuevo y para darte otra oportunidad mas, ella ya no es una niña y tiene un maldito anillo en el dedo ¿Que es lo que vas a hacer al respecto?— le recriminó justamente como una madre a su hijo y el hombre finalmente cerró la boca para mirarme con dolor y temor.
-¿Tiraras todo mi esfuerzo a la basura? Todos estos años pensando en convertirte en una mujer repleta de riquezas, en una princesa— dijo y yo suspire.
-Oh papá, no solo las mujeres con riquezas son princesas, no quiero hacer a un lado tu esfuerzo, solo quiero quedarme con quien amo, Harry puede cuidarme bien, el me ama y tiene suficiente para hacerme feliz, sin importar si no tendré un titulo entre los nobles— insistí y el sujeto volvió la vista a mi madre quien prefirió no aportar nada. Esa decisión la tomaría papá, y ya no había más tiempos para rodeos.
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Mi Musa Rebelde ❁Harry Styles ❁
FanfictionInspirada en la historia real tras el cuento de "Alicia en el país de las maravillas." ¿Quien fue la verdadera niña del vestido azul? [Novela ORIGINAL con Harry Styles] ~Isa-S~