XI

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Lunes...

Me había escapado de la escuela con un perfecto plan en mente, y todo gracias a nuestra nueva amiga Satoko, quien se informó por Saeko, al igual que el resto de mis amigos.
Jugaba con las llaves del departamento de soltero de Yuu, mientras buscaba con la mirada el número de la habitación en el edificio.

-D3- Dije cuando lo vi, caminé hacia él y abrí la puerta. -Wow...- Salió disparado de mi boca.

El departamento era bastante grande, los colores que predominaban eran el negro y el blanco. Aparentaba ser uno de esos departamentos de gente con dinero de más.

En el salón principal, un juego de sillones de color negro me indicaron que en ellos una violación se avecinaba en una hora y media.

En una pared cercana al sillón de cuatro cuerpos, yacía un mueble bibliotecario.

- vaya, vaya.- Dije al verla.

Tomé mi celular, con la cámara de vídeo encendida, y la escondí entre los libros del mueble, tratando de que la luz roja parpadeante no se pudiera ver fácilmente.

- Llegas temprano, Akira- Yuu había llegado. Rápidamente, me dí la vuelta con una sonrisa forzada.-¿Qué pasó? ¿Estabas ansioso por pasar una tarde conmigo?- Preguntó chistoso.

Caminé nervioso hasta el sofá, me senté. Viendo como el pelinegro se me acercaba coquetamente, desabrochando los botones de su camisa, dejando ver su bien formado torso ante mis ojos.

- Me encanta cuando llevas el uniforme del colegio.- Dijo, caminando directo hacia mi, mordiéndose, seductoramente, su labio inferior. -Eres precioso...- alabó, acariciando mis mejillas y cabellera.

Aparté sus manos, no quería que me tocara, aunque sabía que debía dejarme, pero a la vez resistirme.

- No te hagas el inocente, si sabes que te gusta cuando te toco y te beso.- Susurró a mi oído, mientras acariciaba mi genital, el cual, se puso erecto a los minutos.

Se separó, caminó hasta el mueble donde se hallaba mi celular.

- Se me es gracioso.- Hizo una pausa- Pero, si tanto quieres, no tienes que ocultar una cámara para tener un recuerdo de nuestros cuerpos fusionando entre sí.- Me volteé, sentía la adrenalina recorrer por mis venas.

Yuu quitó el celular de su escondite y comenzó a grabarme.

-¿Hacemos una porno?- Preguntó.

-Eres un enfermo, ¿Lo sabías?- Hice un gesto, expresando asco.
Él asintió, como si le repitieran lo mismo una y otra vez.

Caminó hasta el frente del sofá, dejó la cámara sobre la mesita de té que yacía, perfectamente, frente a mi.

- Vos lo quisiste, yo quería una tarde salvaje contigo y nada más... Nunca pensé en un video porno.- Me obligó a pararme, me bajó los pantalones y me sentó sobre sus piernas.

Me quejaba sin hablar, alejaba sus manos de mi y evitaba sus besos en mi cuello, pero no puedo negar que me gustaba cuando lo hacía.

Él me besaba el cuello y desabrochaba los botones de mi camisa blanca con el logo del colegio al cual voy.

Sus besos, sus caricias, sus frías manos... Me volvía loco. Vi mi pene erecto y, sin pensarlo,  lo tomé con fuerza para comenzar a masturbarme.

Doblé mi cuello, encontrándome con los gruesos labios de Shiroyama. Lo besé. Sus labios succionan los míos con lujuria, como si fuera la última vez que me besaría. Nuestras lenguas bailaban entre ellas y sus manos acariciaban mi cuerpo completo.

-Sos hermoso. Me excitas mucho, bon bon.- Susurró en mi oído.

- Basta, cállate.- Mi voz aguda me resultaba odiosa, no podía creer que me excite de tal manera.

-Te amo, Akira. Quiero hacerte mío y de nadie más.- Dijo, haciendo una marca en mi cuello.

Con las posturas de: "El perrito", "La cuchara" y "La profunda", hicimos de nuestra tarde la mejor de todas...

Nota:

Si quieren, pueden buscar las posiciones del Kamasutra ya nombradas en:
http://www.cascaraamarga.es/tendencias/51-tendencias-gay/6447-posturas-sexuales-gays-mas-populares.html

ViolaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora