Siendo domingo, listos para el gran crucero, que dura tres días, Theo se encontraba saliendo del baño después de darse una ducha con Shailene.
—¡Eres un sucio! ¡AGHH! ¡SE ME VE GRANDÍSIMO! —gritaba Shailene, aún en la regadera.
—¡Upps! —Theo rió, saliendo del baño.
Él le había dejado como miles de chupetonces por todo el cuello y pechos.
El mayor de todos fueron dos, uno alado de un pecho y el otro arriba de su clavícula.—¡Theo! —volvió a gritar.
—Déjalos así, se te ven preciosos...–el mismo Theo río ante sus palabras.
Ella era suya. Es suya.
Por más que lo intenten, por más que lo dejen, parece que tienen un camino juntos, aunque suene muy cursi, es su única luz, para no ser una persona que se queda estancada en la nada. Lo hace mejor persona, aunque suene muy sobreprotector, de ella él la cuidaría más que su vida.—¡Claro que ...
Shailene iba saliendo de la regadera, envuelta en una toalla por su cuerpo. Theo la miró mordiéndose el labio. Shailene se sonrojó un poco por qué esta situación le parecía demasiado divertidamente nerviosa. Y como aparte sus moretones se veían muy bien. A simple vista.
—Eres mía, ¿no? —él le preguntó.
Tres palabras. Una oración. Se oye simple y sencillo, pero para ella lo era todo. Quería desmayarse y volver a levantarse con una sonrisa orgullosa y besar a aquel hombre que ama.
Dio los pasos suficientes para quedar frente suyo. Una vez que estaba frente a él, pegando sus frentes, tocando con la Palma de la mano el pecho de Theo, sonrío.—Sabes que si.—contestó murmurando.
—No te tapes el del cuello, el de tu bubi si, no pienso dejar que alguien más te vea ahí. —le dijo apuntándole.
Shailene rió negando la cabeza.—¡Theo! —se tapó la cara con las manos. Theo rió y la abrazó.
—¿Cuántas horas nos quedan?—Shailene fue hacia la maleta para tomar la ropa que se iba a poner.
—En dos horas tenemos que llegar. Apúrate que tenemos que bajar a desayunar algo.
Asintió y fue a ponerse un cambio formal de ropa.
Usando ella un pantalón medio roto de mezclilla y unos botines negros de piel, con una sudadera blancas
Él, él mismo pantalón negro con una camisa y sobre eso, el abrigo negro que le quedaba perfectísimo como si fuera algún Modelo bajado del cielo.
Shailene arreglo las maletas mientras Theo llamaba a recepción para pedir un taxi y salir de ahí.—Listo, solo tenemos veinte minutos para desayunar. Subimos por nuestras cosas y nos vamos.
Él tomó su mano entrelazando sus dedos. Shailene felizmente la apretó y así caminaron hasta el elevador.
...
El gran crucero estaba por comenzar, era para Shailene y Theo un millar de personas por todos lados. Y aún faltaban más.
Habían llegado una hora y media antes de que empezara.—Vamos, hay que subir.—Theo jaló de la mano a Shai. Ella sonreía.
—Espera, quiero tomar una foto —rió al mismo tiempo que sacar su celular. Theo ladeó la cabeza y sonrío. Abrazo a su chica por la cintura y la atrajo a él con algo de presión. Shailene jadeó un segundo y gruñiendole divertidamente a Theo.
—Sonríe amor. —ella le dijo.
«Sonríe amor » gracias a Dios que tengo a esta mujer. Pensó Theo.
Una fotografía salió. Luego poso otra mueca. Theo le daba un beso en la mejilla a Shai y esta sacaba la lengua.
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Siempre tú. Sheo.
Fiksi Penggemar«"ellos son muy orgullosos"» -Siempre tu. Sheo. Dos personas que no saben decir 'te amo', pero se quieren. Dos personas que sufrían su mismo daño.