CAPÍTULO 5.

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La buena noticia alegró a todos. Pues era la confirmación de la fiesta de Carmen y Lola. El bar Old Paul's celebraría la graduación de una de dos de sus estrellas, palabras de Paul, en una noche de pura diversión y exclusiva para la promoción del 2015 y algunos invitados. Quien más feliz estaba era Henry, al escuchar la noticia se levantó de su sillón, arregló un poco y acompañó a su hija y a Carmen hasta "La Piccola" para celebrar junto a Jim y Claudio Turchet, allí también estaba John, el viejo amigo de Lola, quien observaba con notable desagrado a Jim. Lola empezaba a molestarle su actitud con su novio y Jim empezaba a pensar que el sujeto tenía celos.
- ¡Tonterías! Jim, John es como un tío para mí, sólo se preocupa por mí. Es mi amigo, así como Paul y tu papá. - Explicó la morena luego de que Jim le notificara que nuevamente John lo miraba mal.
- ¿Tus amigos son todos tan viejos? -Preguntó de mala gana.- - No, no todos, ¿Qué importa eso? -Dijo con aire relajado, acercándose al chico y sentándose en sus piernas para besar sus labios con ganas, sin importarle el público, sin importarle que entre el público estuvieran sus padres. John se aclaró la garganta, llamando la atención de los jóvenes.
- Lolita, ya debo irme, felicidades de nuevo y, cuidate mucho. - Agregó con una significativa mirada. Se despidió de los otros dos mayores y se retiró del restaurante. Lola frunció el entrecejo, pero encogiéndose de hombros, volvió a llenar de besos al rubio.
- ¡¿Quién está listo para festejar?! - Gritó Damen haciendo su entrada de la mano de Carmen, ambos venían radiantes. Carmen se acercó a su amiga y se sentó junto a ella luego de saludar a Henry y al Sr. Turchet. - Lola, preparate, vine por ti para ir de compras, ¡Paul me adelantó el sueldo como regalo de graduación! A parte de la fiesta, claro. - Dijo a su amiga, sin poder contener la emoción.
Lola la miró con los ojos abiertos como platos, emocionada por la invitación, púes sabía de ante mano que su amiga le compraría su vestido, sin necesidad de mencionarlo. Era lo bueno de esa amistad, no necesitaban decirse las cosas en voz alta.
- ¡Maravilloso! Le diré a Jim que nos lleve.-
- Claro que no, el inútil de papá me prestó su cacharro. Al fin sirve para algo. Así que nos vamos las dos, solas.-
Ambas se miraron con complicidad y se levantaron de la mesa, miraron a sus respectivos chicos y solo les lanzaron un beso con la mano, dejándolos confundidos mientras ellas salían del local riendo, agarradas de las manos.
El trayecto hacia la ciudad no fue tan largo. Carmen conducía como una loca y a pesar de que las detuvieron una vez y lograron salvarse de una multa, llegaron a tiempo al centro comercial más grande de la ciudad.
Caminaron de tienda en tienda buscando vestidos perfectos.
- Mira, Carmen, mira esa, no hemos entrado allí. - Lola tiró del brazo de su amiga y la arrastró hasta la tienda. Una chica de cabello rubio las saludó en la entrada dándoles la bienvenida y guiándolas por la tienda. Carmen y Lola tomaron caminos diferentes para buscar sus vestidos.
Lola tenía en frente una serie de vestidos de todo tipo, largos, cortos, con escote, con y sin mangas, de varios colores, pero detrás de ellos, encontró uno que le encantó. Era un vestido rojo, corto, de mangas largas, pero con escote en la espalda y pedrería en la altura del pecho. Enseguida lo tomó y pidió ser llevada hasta un vestidor. El vestido se ajustaba a ella perfectamente, como hecho a medida.
- ¿Lola? ¿Estás aquí? - Llamó Carmen detrás de la puerta.
- Sí.- Respondió ella y salió del vestidor, con una enorme sonrisa de satisfacción. - ¿No es hermoso?
- ¡Está divino, amiga! Oh por Dios, mirate ese trasero ¡Y esas piernas! Lola, te odio. - Bromeó la rubia, con su vestido colgando del brazo, sin apartar la mirada del cuerpo de su amiga, reparando cada detalle.
- ¡Anda a probarte el tuyo! Quiero ver, quiero ver... - Canturreo empujándola hacia el probador. Luego de varios segundos salió Carmen en un hermoso vestido negro, ceñido a su delgada figura, con un escote en V en el pecho que parecía infinito, sin mangas.
- ¡Lo amo! ¡Es... es... Dios pareces una prostituta de las más caras! Estás divina, Car, me encanta. - La aludida sonrojó y empezó a hacer poses como de sesión de fotos, su amiga la imitó, posando y mirando sus reflejos en el espejo que tenían en frente.
- Somos hermosas, amiga. Todas unas diosas.-
- Lo somos, Lola. El mundo lo verá, muy pronto. ¡Todos nos van a amar!

Lolita. {Lana Del Rey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora