Capítulo 18.

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- ¡No puedo creer que me haya perdido semejante escena de película! - Carmen continuaba quejándose por no haber estado presente durante el atentado que sufrieron sus amigos. Todos la miraban como si estuviera loca, pues en efecto, no era normal querer estar en medio de tal situación. - ¿Ya Ray sabe lo ocurrido?

- Sí. Él envió a la policía. El jefe es amigo suyo... O más bien, socios de alguna forma. -Explicó Damen, quien sostenía a la rubia en sus piernas. Lola estaba sentada junto a ellos, pero más apartada y totalmente lejos de la conversación. Solo recordaba el momento previo a todo. Cuando estaba con Jim, a muy pocos milímetros de distancia de sus besos. Pero todo se arruinó con la aparición de aquella otra banda. La voz del italiano la hizo volver su atención a la charla.

- ¿Qué se supone que haremos ahora? No nos podemos quedar aquí.
- Tienes razón, Jim... Volverán en cualquier momento y será peor. Esto cada vez se está haciendo más grande.
- Pero ¿Quienes son esos tales Mexicanos? -Preguntó Lola, exasperada y personalmente muy enojada con ellos por interrumpir su momento.

- Ellos quieren controlar el mercado de otras zonas... Ray dice que es una banda nueva, no llevan mucho tiempo en el negocio y quieren apoderarse del territorio de Ray. -Volvió a explicar Damen, frunciendo levemente el ceño y sin soltar a su novia.- Ray ha sido muy paciente con esa gente, para él no es difícil acabar con esos novatos.

Lola soltó un bufido. Estaba cansada y muy enojada, no había podido hablar con Carmen, pero al menos había pasado media tarde agradable con Jim, ates de que la arruinaran, claro. Su mejor amiga pudo notar el fastidio en la expresión de Lola. Se levantó de las piernas de Damen y se sentó junto a ella, apoyando su cabeza sobre el hombro de la morena.

- ¿Qué tienes, Lolita? -Preguntó en un tono bajito, solo para las dos.- ¿Por qué no vamos a hablar a mi habitación? - La morena asintió. Tomadas de la mano fueron hacia la habitación,evadiendo el desorden de muebles regados y vidrios rotos que había dejado el tiroteo. Una vez en la privacidad de la alcoba, Lola pudo soltar todo el aire contenido y dejó caer sobre la amplia cama de Carmen y Damen.

- ¡Ya no puedo más, Carmen! - Exclamó, aunque su queja fue ahogada por la almohada en la que enterraba su cara. Respiró profundo tres o cuatro veces y se dio la vuelta para poder ver a la rubia. Carmen la observaba con una mueca en la boca torcida, sin saber muy bien qué decirle. Se sentó a su lado para palmear su espalda.

- ¿Qué pasó ahora, Lolita? -Preguntó la rubia, frunciendo el entrecejo.
- Estuve a poco, realmente poco de besarme con Jim de nuevo. ¡En cinco meses no lo he besado! Pero no... ¡Tenían que aparecer esos malditos! Digo, ¿No pudieron llegar media hora después? - Carmen observaba a Lola ahora con gracia. No podía creer que todo su drama fuese por eso. Soltó una sonora carcajada en la cara enojada de su amiga, quien no entendía porqué le causaba tanta gracia.

- ¡Carmen, no es gracioso!
- Pero sí lo es, Lola... No puedo creer que todo sea por eso... Es que... ¿En serio? -Decía entre risas, manoteando sobre el colchón.- No seas tan infantil, Lola... Pensé que era algo más... Grande. -Añadió luego de que su ataque de risas cesara. Lola la seguía mirando mal, pero empezaba a aceptar que su amiga tenía razón. Aun así, seguía dolida por la oportunidad que le habían arruinado. Soltó un suspiro y se giró en la cama, abrazando aun la almohada.

- Bueno, ¿Y tú dónde estabas? ¿Con quién te tocó hoy? - Carmen pareció recordar algo muy importante, pues de inmediato se levantó de la cama dando un salto y con el rostro resplandeciente.

- ¡Lo había olvidado! ¡Ay Dios! Con todo lo que pasó... Lo olvidé. ¡¡Adivina Lola!! - La morena, más animada y contagiada por la actitud de su mejor amiga, se sentó en la cama, mirándola expectante y emocionada.

Lolita. {Lana Del Rey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora