Capítulo 21.

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Y el día había llegado, inminente como la muerte misma. Ya no estaban juntos, ni había marcha atrás. Y el día pasó, y pasaron muchos más y la distancia, la separación, no se hacía más llevadera. No había consuelo alguno para el dolor de la ausencia, no había regalo, ni besos, ni caricias que pudieran levantar el ánimo de la morena. Allá había quedado su familia, del otro lado del mundo, en un aeropuerto agitando las manos en una triste despedida. Hasta que no los vio más porque emprendió vuelvo y sus ojos se inundaron en lágrimas. Y de eso hacía semanas, pero las lágrimas jamás tardaron en aparecer cada noche parisina desde aquel día.

Le había llegado la noticia por mensaje de texto, de Carmen, de su contrato firmado. Hablaron enseguida por teléfono y la rubia le contó lo ocurrido.

- ¡Me van a pagar un montón de plata, Lola! -Había chillado la voz a través del teléfono. Las dos estaban riendo por la misma emoción y en vez de avanzar en los detalles, se quedaban estancadas en la misma frase de "Tengo un contrato" de Carmen.- Empezaré a hacer pruebas para grabar canciones y están hablando de un álbum y de presentaciones. ¡Este viernes será la primera! No es nada grande, en algunos bares, y en un evento político o algo así. ¡Va a estar increíble! Lola... ¡Ay Lola! Ojalá estuvieras aquí...

Todas las conversaciones que tenían llegaban siempre al mismo punto. Ellas lo sabían, pero no lo podían evitar. La una o la otra, siempre lo decían y así acababa la charla.

-Ojalá, Carmen... Pero no importa, sé que estarás fantástica, que contarás como una diosa y que el escenario y el público estarán a tus pies. Rockeas, mi nena. Y tienes a ese tal productor en tus manos. Pronto te veré, recuerda. En tu gira mundial. Ya verás... Falta poco, Carmen.

- Falta poco, Lola. ¡Ay, Dios! ¡Soy una cantante profesional! O bueno... Casi. -Suspiró.- Ojalá estuvieras aquí.

- Hablaremos luego, ¿Sí? Cuéntame todo lo que pase, ¿De acuerdo? Con el contrato, contigo y... Con Jim. -Escuchó a su mejor amiga prometerlo y con la misma voz entrecortada que ella tenía, se despidió. Aún con el teléfono móvil entre sus manos, caminó hasta el balcón de la habitación del hotel en donde vivían ahora Anthony y ella. Paris vivía en esplendor matutino. Tal y como pintaban en las películas, así tal cual, era la ciudad. Con cafés en las esquinas, parques pintorescos, luces por doquier y un ambiente bohemio que le enamoraba. Era París que parecía abrir los brazos para recibir a sus amantes y rendirse luego ante ellos. Y a Lola le gustaba, pero tampoco la ciudad lograba animarle. Apenas había salido con Tony a pasear y conocer la ciudad, a recorrer las adoquinadas calles y callejones de radiante historia viva. La mayor parte del tiempo lo pasaba en la habitación, hablando con Carmen por mensajes o por teléfono, viendo algún programa de televisión, o buscando en Internet cualquier noticia sobre ella. Esa tarde, luego de regresar del balcón en donde se había dejado sumir en los recuerdos, regresó al portátil para encontrar un mensaje de Jim. No habían hablado desde de la despedida y todo lo que ella sabía de él, se lo había contado Carmen. Era un simple mensaje de "Hola" al que ella respondió de la misma manera, esperando ansiosa a que respondiera de inmediato.

Jim: "¿Qué tal París, Lolita?"
Lola: "Mágica. Pero no se compara con el pueblo. ¿Cómo estás tu?"
Jim: "Te extraño, Lola."
...
Jim: "Lo siento si te lo suelto así de la nada, pero es la verdad."
Lola: "¿Qué extrañas, Jim? Si ni siquiera recuerdas quien era."
Jim: "¿Y? ¿Acaso no te conocí de nuevo? ¿Acaso no podía enamorarme de nuevo? Quiero hablar contigo."

Apenas acabando de recibir el mensaje, su celular sonó. Era evidentemente el muchacho, pero su estado de asombro por lo leído le impedía contestar. Al final lo hizo.

- Estoy enamorado de ti, Lolita. De nuevo. -Las palabras ardieron como llamas en el corazón de la morena. Dolía. Parecía ensancharse entre su pecho, parecía estrujarse contra sus costillas. Dolía.- Regresa. Regresa conmigo.

-Jim... Jim, yo -Pero era tarde para responder. Anthony había llegado. Escuchó su inconfundible andar pausado, lánguido, y pronto lo pudo ver cruzar el umbral de la puerta.

-Bonsoir, mon amour. -Le saludó con un perfecto acento francés.- ¿Con quién hablas, Lorraine? -Preguntó acercándose hasta ella para besar sus labios, al mismo tiempo que ella retiraba su celular. La llamada ya había sido colgada. Si él se dio cuenta de su nerviosismo, no dijo nada o no le dio importancia, pues luego de besarla, siguió hasta la habitación, si  esperar su respuesta al menos. Y cuando ella volvió a ver el celular, comprobó que la llamada había sido colgada y ahora tenía un nuevo mensaje.

Jim: "O quédate, Lolita. Y sé la reina que debes ser."

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⏰ Última actualización: May 28, 2020 ⏰

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Lolita. {Lana Del Rey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora