Capítulo 12.

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Lola seguía jugando con sus manos, desesperada e impaciente por que llegara su amiga. Al fin, Carmen salió del baño y en cuanto la morena la vio, se puso en pie de un salto.
- ¡¿Y?! - Preguntó con los ojos completamente abiertos, esperando a que su amiga le diera una respuesta.
- Sí. - Respondió ella con calma.
- ¿SÍ? - La sonrisa de Lola parecía irradiar luz propia. - ¿En serio dijo que sí?
- Sí, Lola, eso fue lo que dije. Damen accedió, al final lo pude convencer, pero no está feliz. Más que acceder, solo se dio por vencido.
- ¡Eso no importa! Al menos accedió. - Lola soltó un suspiro aliviado. Tenían días detrás de los chicos tratando de hacer que estos aceptaran que ellas trabajaran con Victoria. Ninguna de las dos fue de depender mucho de la autorización de otra persona para hacer lo que quisieron, pero las dos apreciaban y respetaban la opinión de sus novios. Después de todo, ellos habían dejado todo atrás para embarcarse en esa aventura junto a ellas. Y, claro está, no se trataba de un trabajo común y corriente. Ellas tendrían que estar mucho tiempo con otros hombres, con hombres que buscaban una compañía especial en ellas, y aunque ninguno de los cuatro lo dijera, en el fondo, todos sabían que terminarían por ceder a tener relaciones sexuales con alguno, llegada la ocasión. Lo que intentaban dejarles claro a ellos, era que por más que estuvieran con otros hombres, sus corazones siempre les pertenecerían a ellos y que no había razón para sentirse traicionados.
Requirió de mucha confianza por parte de Jim y Damen el aceptar el trabajo que realizarían.

Esa misma tarde, las dos se reunieron con Victoria en su apartamento. Llegaron al elegante edificio que quedaba en norte de Brooklyn, y como la última vez, las llevaron hasta la oficina de la mujer. Aunque la pelirroja las hizo esperar unos minutos mientras atendía a una de las muchachas que habían conocido la vez anterior. Lola la reconocía como Laura, una morena, bajita de cabello semi-ondulado y ojos achinados con quien estuvo hablando el día de la fiesta. La muchacha al salir las saludó con dos besos a cada una, en cada mejilla, y se fue por un corredor, perdiéndose de la vista de Lola.
- ¡Chicas! Que placer verlas por aquí de nuevo. ¿Cómo han estado? - Preguntó alegremente la mayor, mientras las invitaba a pasar. Lola tomó a Carmen del brazo y se sentaron juntas en sofá del salón.
- Te tenemos buenas noticias, Victoria. - Empezó a decir Carmen. Las dos estaban sonrientes y Victoria empezaba a emocionarse.
- No me digan que...
- ¡Sí! - Afirmaron las chicas al tiempo. Victoria sonrió ampliamente y se abalanzó sobre ellas, envolviéndolas en sus largos brazos, uniéndose a sus risas.
- ¡Esto debe ser celebrado! - Exclamó, y al segundo ya estaban en la azotea del edificio, destapando una botella de los carísimos vinos que ella guardaba. Estaban todas las chicas que vivían allí con ella, y que eran, de alguna forma, su grupo base de trabajadoras. Todas brindaban y daban la bienvenida a Lola y Carmen.

- Ustedes nos quitarán muchos clientes. - Comentó una de ellas, otra rubia de ojos verdes. - Soy Allison, bienvenidas.
- Es una suerte, así no tenemos que aguantarnos a esos pesados. - Dijo Bell, otra de las chicas rubias, interviniendo en la conversación.- Yo soy Bell.
Lola las saludo a ambas con un beso en la mejilla.
- Bueno, ya veremos como nos repartiremos a los clientes. - Respondió con el mismo ánimo divertido de sus nuevas compañeras. Carmen se mantenía callada y algo pensativa. Las tres chicas lo notaron y quisieron saber el porqué, pero fue Lola quien lo preguntó.
- No, no es nada, yo... Solo estoy nerviosa por empezar en esto. -
Tanto Allison como Bell, le dieron palabras de apoyo y ella se los agradeció, pero su mejor amiga sabía que eso era solo una parte de la verdad. Lola la miraba, escudriñante, sabía que algo más le pasaba y no podía esperar para estar solas y poder preguntarle. Pero la oportunidad no se dio. Carmen se mantuvo alejada durante la fiesta, tal vez sospechaba que la morena querría hablarle, y Lola estuvo todo el tiempo rodeada de sus nuevas compañeras, que querían darles cada detalle de lo que debía y no debía hacer.

- Nunca aceptes la primera oferta, siempre están dispuestos a pagar más. - Le recomiendaba una bajita y morena llamada Yess.
- Trata de evitar a los viejitos, nunca entienden cuando dices que "No" - Dijo Laura.
Lola asentía, pero su mente volaba lejos, hacia su mejor amiga.
Pasadas algunas horas, se despidió de todos amablemente. Carmen la siguió, y ambas se marcharon del lugar. Victoria había dispuesto un auto para que las llevaran, así que en nada estuvieron en el hotel. Ni Jim ni Damen se hallaban en el lugar, como ellas ya sabían, así que era la oportunidad perfecta de hablar.

Lolita. {Lana Del Rey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora