Capítulo 20.

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Los ojos de Lola se abrieron de par en par. ¿Francia? Tuvo que tomar asiento para poder asimilar la propuesta que Anthony acaba de hacerle. Realmente él le estaba pidiendo que empezarán una nueva vida en otro país, otro continente. Lejos de todo pasado de Lola.
Ah, la idea de irse no estaba nada mal. Coqueteaba libremente con la morena. ¿Por qué no? Tal vez así podría olvidarse de Jim tal y como él se había olvidado de ella. Tal vez su destino estaba lejos de allí, pero... ¿Y Carmen? No imaginaba la vida sin su mejor amiga. Ella siempre había estado presente en su vida y hasta hacía pocas semanas se separaban por la situación de Jim y ella, pero un océano de por medio era demasiado. Tony aguardaba con la paciencia que los años le daban, sentado junto a ella, posando su mano sobre la rodilla de la chica. Ella, con su ceño fruncido y mirada fija en la mesa, seguía sin saber qué decir. Anthony entendió su silencio. Se acercó a ella y dejó un beso largo en su coronilla.

-No tienes que responderme ahora, Lorraine. Puedes pensarlo, hablarlo con tus amigos, no hay presión.

Pero sí la había. Ella quería complacerlo. Había estado buscando la manera de devolverle todo lo que él había hecho por ella, algo que compensara su paciencia, ese inmenso cariño que le mostraba a diario ¿No era acaso esa la mejor opción? Podía hacerlo, irse con él y hacerlo feliz, pero no dejaba de pensar en Carmen y aunque no lo admitía ni a sí misma, también en Jim. Sería dejarlo definitivamente si se iba. Por otro lado, estaban Victoria y sus compañeras, a quienes había agarrado especial cariño. Y Damen, quería a Damen aunque más que nada quería vigilarlo. Oh pero luego estaba Tony de nuevo, que devoraba un pedazo de Pizza como si él no estuviera pensando en también en cual sería la respuesta de Lola. Tanto como a ella le intrigaba saber qué haría. Era tan diferente, Tony. Con sus maneras y etiquetas, hasta para comer una pizza. Ese estilo siempre perfectamente elegante y ordenado. Con cierto aire de altivez al mirar, al caminar. A veces llegaba a molestarle, pero también estaba ese otro lado suyo, tan dulce y tan paciente. Sus ojos de un azul frío y profundo siempre lograban apaciguarla, funcionaban como analgésico, pero no lograban desaparecer cualquier dolor. Odiaba compararlo siempre con Jim, pero le era inevitable. Jim había sido al primero al que había amado realmente. Él la había seguido en semejante locura sin dudar en ningún momento.
No supo en qué momento sus ojos empezaron a humedecerse, por lo que se disculpó con Tony y se dirigió al baño. Allí él no la molestaría y podría llorar libremente. Que hermosa era incluso cuando lloraba. Pero ella no veía su belleza en el espejo, veía la inseguridad que la rodeaba, que ensombrecía su ser. Nublada estaba su belleza, pérdido su berrío, ¿A dónde había quedado? Parecía otra persona.

Cuando en su rostro no había rastro de llanto alguno, se decidió por salir. Alguna sirvienta había recogido todo de la mesa, la comida que ella apenas y había probado. Esbozó una sonrisa para Tony, aunque sus ojos distaban de estar alegres, y lo rodeó con sus brazos. Dejó varios besos en sus mejillas y sus labios y se quedó abrazada a él por un largo tiempo hasta que sus pies le dolieron por estar de pie y su cuello por mantener la cabeza por estar inclinada hacia arriba. Al separarse, apenas lo suficiente para ver su rostro, le respondió.

-Voy contigo.

~

Debía ver a Carmen y contarle todo, obviamente, pues aunque ya había tomado la decisión, seguía sin saber qué hacer con ella. Había ido esa tarde, luego de haber pasado la mañana con Anthony comprando ropa para el viaje, a la casa de Victoria. Le había contado a las muchachas, había sido una amarga conversación, con voces entre cortadas y ojos llorosos, pues sabían que se harían falta mutuamente. A las cuatro de la tarde, luego de haber estado un largo tiempo con ellas, recordando cosas, haciendo planes de futuras visitas y esperando a que Carmen apareciera, se marchó. Carmen no había llegado, así que decidió ir a visitarla al nuevo apartamento en el que vivían. Pocos conocían el lugar, debido a los incidentes con la "banda" de mafiosos que les hicieron el atentado en el antiguo apartamento, días pasados. Sabría que vería a Jim y hacía mucho tiempo ya que no lo veía. Era algo que debía pasar, pues de él también debía despedirse. Por ese momento, deseó que Carmen no estuviera allí. Y en efecto, no estaba, ni Damen. Habían salido, le diría Jim más adelante.

Lolita. {Lana Del Rey}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora