Capitulo 13: "Helados"

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Por primera vez en mi vida le había propuesto a una chica que me dejara conquistarla. Pero es que ella era tan distinta, tan especial era inigualable. Me trague mi orgullo y le di la razón a "la voz" y a mi mejor amigo. Por fin había comprendido que era lo que realmente me pasaba: Madison me encantaba.Me había propuesto a mi mismo que no jugaría con ella como con las demás y que no la decepcionaría, sobre todo tenía que quitarle de la cabeza ese mal concepto que tiene sobre mí, sé que me lo gane pero ya era hora de que Madison no me viera de esa forma tan despectiva.Todos en el salón de clase nos encontrábamos en completo silencio mientras el profesor de Matemática corregía las últimas pruebas que nos había realizado, esa para la cual el idiota de Liam tutoreo a Madison, ella estaba nerviosa, lo note. No deje de mirarla, cuando por fin fijo su mirada en la mía le dije con los labios "Suerte" a lo que ella me respondió con una sonrisa. Entendía sus nervios pues de ese examen dependía aprobar ese lapso, y aunque en esa materia me iba excelente en otras no tanto y solía angustiarme por aquello. El profesor se puso de pie y comenzó hablar de las bajas notas, luego poco a poco iba repartiendo los exámenes, el mío fue el primero, lo abrí, no me sorprendí pues fue la nota más alta, lo guarde y espere que le entregara a Madison el suyo. Al hacerlo ella lo recogió y se sentó sin abrirlo, ni siquiera vio su nota.Cuando el timbre sonó ella fue la primera en salir y yo sin dudarlo la seguí. Madison se dirigió hasta su casillero y allí metió su examen.-¿Cómo te fue? -le pregunte pero solo me miro.-No lo sé, siento que me fue malísimo, no quiero ni ver la prueba - dijo con sus ojos cristalizados.Su primo llego momento después y le hizo exactamente la misma pregunta, ella solo respondió que no sabía. Tanto Liam como yo nos fulminábamos mutuamente con la mirada, su cara estaba hecha un desastre, eso me había causado tanta gracias. Él luego se tuvo que ir pues lo llamaban dejándome nuevamente con mi morena.-¿No crees que es mejor abrir el casillero, ver la nota y enfrentar lo que viene?- le acaricie el rostro pero ella negó.-¡Tengo miedo! -exclamo.-Sea cual sea tu nota estaré aquí para ayudarte en lo que necesites - sonreí.Ella giro lentamente y abrió su casillero, saco el examen y me lo entrego.-Ve lo tu primero - asentí y ojee la hoja - ¿Cuánto?No le respondí solo la atraje hacia mí y la abrace. Pude sentir que lloraba y eso no me gusto para nada.-No llores - le dije - Sacaste 18.En seguida se alejo de mí y me quito el examen para cerciorarse ella misma de que lo que decía era cierto. Me volvió abrazar pero de emoción.-Claro que si yo hubiera sido quien te enseñara seguro la nota hubiera sido más alta - reí mientras la tenía en mis brazos.-No seas creído - también rio pero aun seguía llorando, la aleje de mí a una corta distancia para verla a los ojos - Pero ¿Por qué llorar?-Solo abrázame.Esa petición me había gustado así que la complací. No me gustaba verla así, pero supuse que seguía llorando de la emoción, con esa nota ya había aprobado el lapso. La alce y la felicite al oído, Madison se había distanciado de mi secándose las lagrimas y sonriendo.-Gracias por el apoyo - dijo.Me quede callado observando sus ojos por un momento. No sé porque pero me gustaba perderme en ellos.-Dime una cosa, ¿Realmente lloras por el examen? - le pregunte y ella asintió.No le creía, pero debía dejar de hacerme ideas absurdas en la cabeza pues casi siempre erraba, como la vez que pensé que ella se auto-mutilaba y no era así, o cuando creí que había reprobado el examen en el que yo la ayude a estudiar y termino sacando un 19, o cuando creí que Liam era su novio y termino siendo su primo, por esas razones tenía que dejar de precipitarme tanto. Dejo de llorar y transcurrió la mañana normalmente, decidí invitarla a caminar por el parque al cual la lleve aquel día que escapamos de clases, ella acepto.Note lo insegura que estaba, supuse que aun no se acostumbraba a la idea de que quizás entre ella y yo pueda pasar algo... algo distinto.-Harry ¿Por qué ahora quieres ser diferente? - La mire extrañado - No me mires así, tu sabes perfectamente que tú no eres un hombre que se conforma con una sola mujer.-¿Sabes algo? Eso de que todos me juzguen por las chicas que estuvieron conmigo ya se está volviendo fastidioso. Y quiero intentar algo con una chica diferente, con alguien que sepa hacerme estremecer, alguien que no sea igual a el resto, una niña que sepa ponerme limites y que tenga la sonrisa más hermosa de este mundo, y esa persona es la que estoy mirando en este momento, por ella quiero ser diferente - sonreí y ella se sonrojo.Nunca imagine que de mi boca salieran palabras así.Seguimos caminando mientras la hacía reír, no sabía que mi sentido del humor era tan bueno pues con las otras no solía mantener una conversación. En cambio con Madison yo la escuchaba y ella a mí, de vez en cuando discutíamos por cada estupidez pero con un "disculpa" de mi parte todo volvía a la normalidad. Decidimos comer un par de helados, pero lo que menos hicimos fue eso. Pues cuando los compramos empezamos a discutir porque... la verdad no recuerdo el porqué pero lo cierto es que ella me echo helado en la cara para que me callara y salió corriendo, la perseguí y la agarre por la cintura atrayéndola hacia mí, con una de mis manos la sostuve y con la otra le derrame de mi helado en su boca, ella gritaba que no lo hiciera pero yo hacía caso omiso. Sabía que no se quedaría con esa y con el poco que le quedaba a ella termino embarrando toda mi cara, parecíamos un par de locos, la gente nos veían de mala manera pero eso no nos importaba, ambos no dejábamos de reír. -Tienes que verte -decía ella burlándose de mí.-Por lo menos no soy el único que tiene helado en la cara - tome su cintura con mis dos manos y corte los pocos centímetros que quedaban entre nosotros -Tienes helado en los labios. ¿Te lo quito?-No, lo puedo hacer yo sola - sonrió mirando los míos.-Déjame ayudarte.Con eso dicho capture sus labios en un beso totalmente dulce, literalmente dulce. Sonreí, no podía creer que estaba así con ella, nuestras caras embarradas de helado, en el parque, besándonos, lo que sentía era una sensación inexplicable. -Creo que es mejor que nos limpiemos - dijo al soltarme.-Tienes razón, Aunque ya tus labios están limpios - se volvió a sonrojar, debo admitirlo: amaba causar eso en las mujeres y en ella era más especial.Nos dirigimos a un local cerca, entramos al baño y nos lavamos la cara. Salimos de ese lugar tomados de mano, ya eso se nos hacia normal. Seguimos caminando sin dejar de hablar de lo que había pasado unos minutos atrás. Una chica grito su nombre y corrió a abrazarla. Era rubia, de estatura mediana, con su cabello mas allá de su cintura, sus ojos tan azules como los míos, y tenía esa vocecita chillona que se me era tan familiar. Ambas seguían abrazadas mientras comentaban el tiempo que tenían sin verse. Cuando logre verle bien el perfil a la rubia recordé donde la había visto, ¿Cómo la pude haber olvidado? Era esa niña que yo ayude a salir del abismo cuando cayó en la depresión más grande de su vida, esa niña que lleva mi sangre, mi prima la que una vez me dejo de hablar por haber jugado con su mejor amiga. Estaba completamente seguro que era ella, la verdad es que estaba tan cambiada, ya no era más un niñita. No me gusto para nada el vestuario que traía: una falda muy corta y una camisa descotada.Al soltarse ambas me miraron.-¡Harry! - dijo Paula, mi prima - No puedo creer que te haya encontrado aquí y con Madison.-¿Qué tiene de malo? - le pregunte.-¡Que ella merece algo mejor que tú! - respondió.-¿Se conocen? - pregunto Madison.-De toda la vida - dijimos Paula y yo al unisonó. -Somos primos - dije.-No lo puedo creer ¿En serio? - Decía sorprendida y nosotros asentíamos - Este mundo es realmente pequeño.-Así es.El teléfono de Madison sonó y ella contesto lejos de nosotros, cuando volvió nos anuncio que ya se tenía que ir. Se despidió de mi prima y luego de mí con un abrazo.-Te veo mañana temprano - le susurre al oído - Es sábado y deseo salir contigo.-Está bien - beso mi mejilla y se marcho.Paula me miraba extrañada, y negaba con la cabeza como si yo hubiera hecho algo malo.-¿Qué? - le pregunte.-¿A ella también la vas a utilizar como a mi amiga? - me pregunto.-Escucha bien algo, primita. Madison no es como las otras, ella es distinta y aunque tú no me creas en mis planes no está lastimarla.Me miro y detalladamente a los ojos. -No puedo creer que estés diciendo la verdad. Te conozco y sé cuando mientes- sonrió - Creo que tu y yo tenemos de mil cosas de que hablar.Asentí y me acompaño a mi casa. Nos sentamos en el sofá a conversar, tenia tanto tiempo que no compartía con ella. Por fin después de casi tres años de no hablarnos habíamos vuelto a ser los de antes.-Me agrada que con Madison no seas igual de patán - dijo - Por fin dejaste de ser ese Harry que yo tanto odiaba.-Prima, con ella no seré así, pero sigo siendo el mismo Harry - reí.-Pedante, egocéntrico...-E imbécil - la interrumpí. No pude evitar decirlo pues aunque esa palabra era ofensiva me recordaba tanto a mi morena.-Menos mal que tú lo aceptas.-Por cierto, Paula. No quiero volver a verte con ese tipo de ropa que llevas puesta, es muy destapada y hay muchos hombres morbosos sueltos en la calle- le regañe.-¿Como tú? O ¿me vas a negar que cuando Madison lleva puesto un short no piensas una que otra babosada? - volvió a reír.-Eso es muy diferente. - Quise desviar el tema - ¿De dónde conoces a Madison?-Salí con LIam, su primo pero no funciono.-¿Saliste con ese idiota? Pues sí, mi prima había estado con el tipo ese. Según Paula, el no era lo que ella esperaba. Pasamos el resto del día hablando, cuando mis padres llegaron se sorprendieron al vernos otra vez como antes. Había algo que no me gustaba y era que ella me repetía a cada rato que tratara de hacer sentir a Madison muy especial, eso era algo que yo ya sabía pero no entendía la razón por la cual lo repetía tanto. No sé porque sentí que mi prima sabía algo que yo no, pero nuevamente decidí no precipitarme.

No debí juzgarla HarryStyles&EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora