MARATÓN 2/3
Allí me encontraba junto a uno de mis mejores amigos, Louis y la voz en mi interior que me decía que no fuera cobarde y que entrara. Pensé que si iba acompañado seria menos complicado enfrentar esa realidad. Decidí ver aquello como un momento en los que cuando no se está solo todo se vuelve menos difícil. Como por ejemplo cuando se es niño y estas frente a una casa embrujada te da miedo entrar pero si un amigo o cualquier persona te acompaña el miedo no desaparece pero si disminuye. Exactamente de esa forma me sentía estando frente al Centro de Diálisis a punto de ir en contra a lo que me había dicho Madison. Había pasado una semana desde la conversación sincera que tuvimos en su cuarto donde me había contado todo sin ocultar nada o por lo menos eso es lo que yo creía. Recuerdo que mis padres me fueron a buscar preocupados porque no se repitiera la escena del baño y le contaron lo que había pasado a Madison, mi morena se angustio al oír la historia, hasta me regaño por salir de mi casa sabiendo que ese día me había desmayado de cansancio. Pero le dije que yo no podía descansar sin antes hablar con ella. Y la verdad yo sentía que estaba bien. Dure cinco días en tomar una decisión que quizás cambiaria mi vida y la de ella, no quise contarle nada al respecto porque estaba segura que ella se negaría así que le pedí a Louis que me acompañara en la tarde a el lugar que comente en un principio, el acepto pero no entendía porque y yo tampoco le había dicho la razón así que tuve que soportar sus constantes preguntas:" ¿Qué vinimos a hacer aquí?" "¿Quién está enfermo?" "¿Tú estás enfermo?" No le quise contestar ninguna porque tarde o temprano el se enteraría, entramos a ese lugar lleno de personas en las salas de espera, frio, con un ambiente triste, subimos las escaleras siguiendo el recorrido que una vez aquella doctora me había indicado, le pedí a mi amigo que guardase silencio y aunque al principio se negaba luego acepto, toque la puerta del consultorio de la nefróloga. Me dio indicaciones de que pasara así que lo hice. Louis y yo nos sentamos frente de ella, después de saludarme cortésmente me pregunto qué hacia nuevamente allí a lo que le respondí que ya me había enterado de lo que tenia Madison.-A ver, sigo sin entender - me había interrumpido Louis antes de pregunta lo que realmente quería - ¿Qué tiene Madison? O principalmente ¿Qué hacemos aquí, Harry?Tuve que pedirle que por favor se callara y que luego le explicaría. Acepto y la doctora volvió a centrar su atención en mí.-Si ya estas consciente de lo que tiene Madison, Entonces ¿Qué otra cosa quieres saber? - me pregunto.-Necesito que me diga que debo de hacer para donarle mi riñón.Tanto la Doctora Manrique como Louis abrieron sus ojos ante semejante sorpresa, supuse que no se imaginaron que eso era lo que le diría. La mujer me explico todo acerca del procedimiento para cumplir mi objetivo, primero debía hacerme unas pruebas donde indicara si no estoy enfermo, que ambos riñones me funcionen perfectamente, no ser hipertenso y lo más importante la prueba de compatibilidad. No quise esperar más tiempo y le pedí que me hiciera todos los exámenes necesarios ese mismo día, ella accedió y me llevo hasta el laboratorio. Mientras tomaba pruebas de sangre y me hacia una que otra pregunta yo no dejaba de pensar en que eso podía salvarle la vida a mi morena hermosa, a esa niña que sin querer me salvo a mí. Porque yo me estaba hundiendo en mi antigua personalidad y de repente llego ella y me cambio por completo, siempre estaría agradecido por hacer eso sin darse cuenta. Yo sabía que cuando ella se enterara de lo que tenía planeado se negaría pero a mí no me importaba si se llegaba a molestar conmigo. Yo era capaz de donarle mi riñón de forma anónima y si después se enterase no podría hacer nada, quizás tendría ganas de arrancárselo del cuerpo pero era imposible, quizás me dejaría de hablar pero por lo menos tendría la certeza de que esta viva y me quedaba toda la vida para volverla a conquistar.-Está todo listo, solo queda esperar el resultado - Dijo la doctora sonriendo.Ambos volvimos al consultorio y Louis estaba viendo todo a su alrededor, Al vernos entrar puso cara de enfermo, o eso fue lo que yo interprete.-Doctora me siento muy mal, ¿Le gustaría revisarme? - pregunto.No pude evitar soltar una pequeña risa, sabía lo que estaba haciendo, quería seducirla y lo que más gracia me daba era que ella le duplicaba la edad.-Siéntate en la camilla - le pidió la doctora.El obedeció y cuando ella no miraba me guiño un ojo. ¡Louis estaba totalmente loco! Se quito la camisa para que la mujer le colocara su Estetoscopio y así escuchara mejor los latidos de su corazón. Ella lo tocaba profesionalmente mientras el cada vez que podía me hacia caras sádicas, yo solo me dedique a observar aquella escenas y reír en silencio.-No creo que tengas nada - dijo dirigiéndose a él - Tu temperatura es normal, tu pulso también y en general estas perfectamente. -Gracias, no se preocupe. Seguro ya se me paso - se puso la camisa y se dirigió a mi - Creo que ya es hora de irnos, amigo.Asentí y espere a que el saliera para darle las gracias a la doctora y pedirle que no dijera nada sobre mi visita, ella acepto y sonrió.Mi amigo me esperaba afuera del Centro Clínico, al verme me exigió que le dijera todo lo que estaba pasado, así que le explique lo que sucedía, atónito me apoyo y me ofreció su ayuda para cualquier cosa. Me acompaño a mi casa y durante todo el camino hablo de lo buena que estaba la doctora, sinceramente varios de sus comentarios solían ser fuera de tono pero me hacia reír. Eso era algo bueno de Louis, así estés en el peor momento te hacia sacar sonrisas y amigos como él es difícil encontrar.Durante toda la tarde de ese día me encerré en mi cuarto pues tenía que estudiar para presentar el último examen del lapso, uno muy importante, en una materia en la que yo no era muy bueno: Historia. Necesitaba una buena calificación es esa materia. Se me era difícil estudiar cuando pensaba en que estaría haciendo Madison mientras yo estaba lejos de ella. Pues ese día le tocaba Diálisis, yo le había preguntado si podía acompañarla pero no quiso pues no le gustaba que la viera en ese lugar. Había algo que preocupaba y era que los días que le tocaba dializarse eran los martes, jueves y sábados desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche, la navidad se acercaba y el 24 y 31 de diciembre caían martes, o sea que quizás ella estaría en la clínica. No me parecía justo, yo había planeado invitarla a mi casa como me había sugerido mi hermanito hace tiempo, pero esa idea ya no parecía ser tan buena como antes. Algo se me ocurriría para que ese esos días fuera especial para ella. Necesitaba escuchar su voz o por lo menos saber algo de ella así que tome mi celular y la llamé.-Hola, Harry - me contesto con su voz dulce pero algo débil.No le preguntaría "¿Cómo estás?" Porque hasta yo se que esa pregunta era estúpida, yo sabía perfectamente como estaba, triste, conectada a un maquina, sola y además en la mañana la había visto.-Quería saber si habías estudiado - dije.-Sí, lo hice antes de venir acá. Espero que tú estés estudiando.Mire mi cuaderno y una sonrisa se escapo de mi.-Pues sí, necesito buenas notas.-¡Vas a obtenerlas! Estoy segura de eso.-¿Por qué tan segura?Guardo silencio y escuche una pequeña risita.-Me odiare al decir esto. Pero estoy segura que lo conseguirás porque lo que te propones lo alcanzas o ¿No?-Totalmente de acuerdo. Me propuse conquistarte y te conquiste...-Imbécil - me interrumpió riendo.-Antes odiaba que me llamaras de esa forma. Y ahora, por alguna razón ilógica, me gusta. -¿Entonces quieres que te empiece a llamar imbécil? - pregunto con tono de desconcierto.-La verdad no. Pero no te niego que escucharte decirlo es recordar buenos momentos.Seguimos hablando por una media hora más hasta que me mando a estudiar y tuve que cortar la llamada. Seguí en lo que estaba ya un poco satisfecho después de hablar con ella, memorice ciertas fechas importantes, me duche y dormí temprano para estar totalmente descansado al día siguiente.Treinta preguntas de análisis me parecían demasiado para una sola prueba, conteste todas pero sentía que muchas me habían salido mal. Mire a Madison con intención de copiarme pero ella no me dejo, la veía tan concentrada para responder y tan inspirada en el momento de escribir. A la hora de entregar la prueba la profesora decidió corregirla y después dejarnos ir ya que era la última hora de clases y así nos iríamos con nuestra nota. A Madison se la dieron primero que a mí, había sacado la nota más alta. ¡Qué irónico! Ella se estresaba en Matemáticas mientras yo me relajaba y ahora los papeles se invertían.Fui el último al que le entregaron la prueba, Madison que me había esperado deseaba ver mi nota pero yo no quería.-Déjame verla, Quiero felicitarte - decía mientras caminábamos a su casa.-Si me das un beso te muestro mi nota - nos detuvimos y ella me miro directamente a los ojos.-¿A si? - pregunto acercándose poco a poco a mí.Sentía su respiración acercarse cada vez más, sus manos acariciar mi cara, cerré mis ojos para recibir su beso pero termine recibiendo uno corto en la mejilla y que ella me quitara el examen de la mano.Quede sorprendido, sin moverme de donde estaba, me había ilusionado para conseguir lo que quería. La observe sin realizar ningún movimiento mientras ella veía la nota. Su sonrisa se hizo más grande y me dijo "Te felicito" con un abrazo que yo ni siquiera le respondí, seguía impactado por la forma en la que me había dejado con las ganas de besarla.-¿Qué te pasa? - me pregunto manteniendo sus brazos enrollados en mi cuello al ver que yo no hacía nada.Mire a mis ambos lados, la tome de la cintura fuertemente, la cargue y nos adentramos a un jardín cerrado y cubierto de nieve que había allí, ella preguntaba qué era lo que estaba haciendo pero yo no le di respuesta alguna. Me gusto aquel lugar porque nadie nos veía, era como estar solos los dos en medio de la naturaleza. Madison solo reía mientras pegaba su frente con la mía.-Estás demente - dijo.No le quise responder así que la bese, me lo debía. Hacia frio pero sus labios me daban todo el calor que necesitaba en ese momento, varias veces dije encima de ellos un "Te quiero". Me sentí feliz teniéndola a ella de esa forma, no me imaginaba una vida sin esa morena, me había olvidado de todo al alrededor, las personas, los dueño de aquel jardín, mis padres, mis hermanos, mi examen, absolutamente todo. Pero ese momento lo termino interrumpiendo mi celular, a la primera llamada no conteste pues ni siquiera quise soltar a Madison pero a la segunda tuve que hacerlo.-¿Quién habla? - respondí soltándola y sin dejar de mirarla con una sonrisa picara.-Hola, Harry. Es la Doctora Manrique, te llamo porque ya tengo los resultados listos.Mi expresión cambio por completo y me gire para no ver a mi novia.-Ok. Mañana en la tarde estaré allí - colgué.Madison me miraba extrañada pero no le podía decir ni quien me llamaba ni porque lo hacía, por lo menos, no por ahora.
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No debí juzgarla HarryStyles&Emily
RomanceHarry el mujeriego de la clase y del colegio empieza a averiguar sobre emily y sobre su misteriosa situación y actitud, él deja de lado muchas de laa cosas que hacía antes para acercarse a emily pero no se le hace fácil ya que emily no es la típica...