En la vida podemos aguantar mil cosas, peleas, gritos, decepciones, golpes, lagrimas pero llega un momento en que
explotas de tanto tragar el dolor y es porque simplemente por muy fuerte que aparentes ser siempre algo te tumba pero eso no es razón para quedarse en el piso y no seguir luchando. Precisamente de esa forma me sentí al ver a Madison desmayada bajo de mi después de besarnos, no aguante y llore pero lo hice de una manera que nunca antes lo había hecho y fue porque explote, no solo por verla de esa forma pues lo que sobrepaso mis limites fue que la doctora nos dijo que solo podían hacerle el trasplante las ultimas semanas de enero, cuando me dieron la noticia yo no soporte mas y fui a reclamarle a gritos aquella mujer, ¿Es que no se daba cuenta que estaban perdiendo el tiempo? Y eso era lo que menos tenía Madison: Tiempo. Trataron de calmarme diciéndome que no era nada, que solo fue un simple desmayo, que todo iba a pasar, hasta ella me pidió que no me preocupara, pero yo ya no podía más. Estaba cansado de fingir que todo estaba bien, que eso no me afectaba, me había cansado de ver esa sonrisa falsa en los labios de mi novia. Puedo aguantar muchas cosas pero cuando algo me lleva más allá suelo explotar, y ese día explote en mi casa, les grite a toda mi familia, le pedí a Madison que no me buscara mas, quería estar solo, pues no me gusta descargar mi rabia en los demás, Paula trato de hablar conmigo pero a ella también le salí con una patada pidiéndole que se fuera de mi cuarto. Todo un día estuve entre esas cuatro paredes, sin comer, sin hablar, sin beber agua a excepción de una vez que lo hice pero fue porque me estaba cepillando los dientes. En mi teléfono habían más de treinta llamadas perdidas y mensajes que no quise responder. Ya había llegado el 24 de diciembre, mis familiares que venían de otros lugares ya estaban en mi casa, mi madre junto con mis tías no salían de la cocina y de los arreglos, Kieran jugaba con mis primos pequeños, Mitchell salía con los de su edad, mi padre se sentaba a hablar con mis tíos de deporte, mientras esperaban la noche, en cambio yo seguía encerrado en mi a cuarto. Lo menos que quería hacer era sonreír y actuar como si nada estuviera pasando, pues justamente hoy era uno de esos días que yo tanto estaba esperando para hacer sentir a Madison especial pero ni fuerzas me quedaban para eso. Varias veces trataron de hacer que saliera pero no lo lograron, mis hermanos estaban molestos conmigo por mi actitud, mis padres ya no hallaban que hacer y el resto de mi familia solo se preguntaba qué estaba pasando a excepción de Paula que ya lo sabía. Ella, no sé cómo, encontró la llave de la cerradura de mi puerta y la abrió, me dijo que como fuera yo la iba a escuchar, no quería discutir así que deje que hablara aunque mientras lo hacía yo estaba distante y no preste atención a lo que me dijo, solo a una frase al final antes de irse: "Enójate con todos, me da igual. Pero no con ella, no se lo merece". Yo andaba molesto con todo lo que me rodeaba y no me estaba dando cuenta que podía perder a Madison con esa actitud. Tome mi celular y revise dos de los últimos mensajes de voz que me había dejado ella, en uno me decía que no me preocupara y en el otro me dijo que estaba actuando como un niño malcriado por no atender sus llamadas y haberle gritado, también menciono que si lo que yo quería era no verla entonces eso es lo que obtendría. "Ni se te ocurra buscarme nuevamente" fueron sus últimas palabras."Y así es como metes la pata cuando yo no estoy - dijo aquella voz que ya tenía tiempo sin hablarme - Pensé que no necesitabas de mi ayuda, pero por lo visto sin mi eres un imbécil, creí que las cosas que te había impulsado hacer iban a hacer que mejorases pero tú no aprendes nada" Lo que menos quería en ese momento era que aquella voz que estuvo a punto de enloquecerme me hablara, así que busque mis audífonos y puse música todo volumen, mire por la ventana, absolutamente toda la calle estaba llena de nieve, las horas pasaban y el frio aumentaba.Mi padre entro a mi cuarto molesto por mi actitud e hizo que me arreglara para compartir con la familia, hice lo que me pidió de mala manera y luego baje a la sala de mi casa con una sonrisa hipócrita dibujada en mi rostro. Ya era de noche y la comida estaba servida en la mesa, todos ya estaban sentados mientras yo solo los miraba desde mi puesto, sin ganas de probar bocado, sentía que me estaba asfixiando en ese lugar, como si mi corazón me gritaba que allí no debía estar. Empecé a desesperarme mientras todos hablaban, quería escapar, ¡Necesitaba escapar! Mire a mi mamá y luego a Paula que me miraba y asentía como si entendiera la fuerte discusión que había en mi interior.-¡BASTA! - Grite poniéndome de pie y obteniendo la mirada de toda mi familia - No puedo más, no quiero estar aquí. Lo siento, madre. Y espero que me entiendan, no me nace estar en un lugar sabiendo que debo estar en otro.Mi prima sonrió y me dijo con los labios una palabra que entendí con mucha claridad: "Búscala", subí a mi cuarto por mi suéter y el collar que le había comprado a Madison, Salí de mi casa corriendo, entre la nieve y la neblina sentía que mi cuerpo se estremecía, hubo un momento en que no aguante el frio y caí arrodillado en el piso, mire al cielo y le pedí fuerzas a Dios, chequee la hora en mi reloj aun faltaba una hora para que mi morena saliera de Diálisis, no me podía dar por vencido, no allí, así que me pare y seguí corriendo, lo único que me alumbraba el camino eran las luces navideñas y los faros prendidos mas la luna que estaba puesta en ese momento.Llegue a solo quince minutos para que saliera, al entrar al centro de diálisis, miradas cayeron sobre mí, miradas de personas que estaban esperando que sus familiares salieran de allí, mire a mi alrededor y vi a la madre de Madison mirarme sorprendida junto a su esposo. Me acerque a ellos y me brindaron un abrazo cálido.-¿Harry, Te viniste caminando bajo toda esa nieve? - Pregunto Nina y yo asentí temblando - ¿Estás loco, pequeño? Pudiste enfermarte.-No me importa, quiero ver a Madison. -Estas completamente frio, Harry - dijo su papá quitándose su enorme chaqueta y poniéndomela encima - Ya te busco algo caliente para tomar.-Parece que ya le caigo mejor - dije sentándome en una silla.Nina me veía con ternura mientras negaba con la cabeza.-¿Hiciste todo esto por mi hija? - Asentí - Alguien que hace lo que tú hiciste merece el apoyo de mi marido y el mío.Luego de que entrara en calor nuevamente, pude pensar mejor las palabras que le diría a Madison cuando la viera, pero decidí no hacerlo porque estaba arto de planificar conversaciones pues ya que suceden como yo las había estado maquinando. Cuando la vi salir de la habitación con un pantalón, su chaqueta de siempre y su cabello completamente suelto me sentí lleno. Verla me hacían sentir mil emociones juntas, nuestras miradas se cruzaron mientras su padre la ayudaba a mantenerse, se le dibujo una sonrisa pequeña y bajo la mirada. No aguante mas y me acerque a ella dándole un fuerte abrazo, sus manos roderón mi espalda mientras la mantenía junto a mí.-Perdóname por gritarte y pedirte que no me buscaras - le susurre.-Hace tiempo te dije: "Perdonar es de Dios". Yo te disculpo.Me aleje para verla a los ojos y frente a sus padres le robe un corto beso en los labios, no me importaba lo que me dijeran pero necesitaba expresar lo que sentía en ese momento.Nos montamos en el carro del padre de Madison y nos dirigimos a su casa, al principio me preguntaron si quería que me llevaran a la mía pero eso era lo que yo menos deseaba en ese instante. Al llegar al hogar de los Booth, me tope con una imagen similar a lo que estaba viviendo unas horas atrás, niños y adultos en la mesa junto a Mellany esperando a que el resto llegara para comenzar a cenar, pero como era de esperarlo Madison no quería y por supuesto que yo la entendía, así que subimos a su habitación mientras los demás permanecían abajo. Espere a que ella se colocara ropa más cómoda y entre a su cuarto, nos recostamos en su cama tapándonos con su sabana hasta la mitad de nuestros cuerpos, ella coloco su cabeza en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello.-Viajo a los recuerdos del pasado y luego vuelvo a este momento y no puedo creer que realmente cambiaste - dijo con su voz débil.-"Un autor había escrito que el tiempo no transformaba al hombre. Que la sabiduría no transformaba al hombre. Lo que puede hacer que alguien cambie de idea es el amor" - dije citando una frase de su escritor favorito, Paulo Coelho - Mírame a los ojos por un momento - le pedí y ella obedeció - Si cambie fue por ti, porque de una u otra manera hiciste que cambiara, cosa que ninguna otra logro. Y como dice Paulo Coelho, el amor es lo que hace que uno cambie. Madison, Yo te amo y ese fue mi razón para cambiar.-¿Dijiste "Te amo"?-Sí, lo dije. Porque verdaderamente lo siento. Sus ojos se cristalizaron.-Yo también te amo. Sonreí y con mi mano tome su barbilla para acercarla más a mí y me hiciera fácil atrapar sus labios con los míos. Por fin, después de haberme tragado ese par de palabras, las había dicho, era algo que realmente sentía y no podía callármelo más, me sentí inseguro al principio pero después entendí que por ella eso es lo que siento. La mire y sonrió. -Cuando te dije en el mensaje de voz que no me buscaras me arrepentí tanto que cuando te vi en la clínica agradecí que no me hicieras caso, que fueras así de impulsivo - susurro.-Todos cometemos errores - deslice sus nariz con la mía - te tengo un regalo.-Me conformo con tenerte aquí - me robo un beso corto.-Te va a gustar. Metí mi mano en mi bolcillo y saque el collar que le había comprando, ella lo miro y leyó la frase que había en el corazón, desvió su mirada a la mira y una lágrima recorrió su mejilla.-Gracias - fue lo único que pudo decir antes de empezar a llorar.-No llores, Por favor. No entiendo porque lo haces, sonríe.-Lloro de felicidad, tú me haces feliz.Le coloque el collar en el cuello y luego le pedí que descasara pues le hacía falta. Abrazados conciliamos el sueño, no era la noche especial que planeaba para ella pero estaba seguro que nunca la íbamos a olvidar, nunca.El sol entraba por la ventana haciendo que nos despertáramos, era bonito amanecer de esa forma, con ella a mi lado. Definitivamente teníamos que hacer eso más seguido. Pero una llamada telefónica arruino el momento, era mi padre exigiéndome que volviera a casa, le dije que iría ya que no quería una discusión con ellos, lo importante era que esa noche había estado con la chica que amo, Madison Booth.
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aaaaaaw*.* pero cosa más tierni :c
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No debí juzgarla HarryStyles&Emily
RomanceHarry el mujeriego de la clase y del colegio empieza a averiguar sobre emily y sobre su misteriosa situación y actitud, él deja de lado muchas de laa cosas que hacía antes para acercarse a emily pero no se le hace fácil ya que emily no es la típica...