Capitulo 31: "Recordarte que eres mía y no te perderé tan fácil."

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MARATÓN 1/4

Durante toda la noche no pude dormir, escuche cuando mis padres junto a mis hermanos llegaron totalmente tarde de la fiesta que le habíamos hecho a Madison. Sentía que las horas eran eternidad, intente llamarla pero no contesto, le deje infinidades de mensaje de voz pero ni uno solo respondió. Si ante odiaba llorar ahora lo tomaba como la mejor manera de desahogarme porque ni hablar podía, además con quien lo haría, ¿Mis hermanos? Se decepcionarían de mi y hasta apoyarían a Madison; ¿Mis Padres? También los decepcionaría; ¿Paula? Me odiaría; ¿Justin? Mi mejor amigo, estoy seguro que me bridaría su apoyo pero en el fondo estoy seguro que también estaría decepcionado; ¿Mi conciencia? No, sería una de las primeras en restregarme que hice todo mal. Me sentía solo, con ganas de gritar. Mi vida sin esa mujer no valía nada, de que me serviría superarla y buscar a otra si yo sé más que nadie que ninguna se podría comparar con ella, con su forma de tratarme, de mirarme, hablarme, besarme, ella era todo lo que necesitaba, absolutamente todo. Pero mi todo lo había perdido por un momento de calentura.Tenía el consuelo que si llegaba al día siguiente al colegio con las ojeras y ojos hinchado no creería que era porque lloraba si no porque me había desvelado en la fiesta de mi novia. La verdad es que no me quedaban ganas de ir pero debía hacerlo pues a primera hora tenía que presentar una prueba de Química que era en pareja , me estaba preparando psicológicamente para ponerme con Madison, pues la profesora ya nos había elegido a ella y a mí como compañeros ya que siempre se sentaba a mi lado. Pensaba en que decirle cuando estuviera conmigo, que hacer, como iba a reaccionar, si debía tocar el tema y si ella pedía que le cambiaran de compañero. No sabía cómo reaccionar cuando la tuviera en frente, pedirle perdón tal vez sería una buena idea. Llegue al Instituto escondiendo la cara, por un momento agradecí que Paula no estudiara allí, pues seguro ella ya sabia y sé que estaba esperando el momento para regañarme. Entre con cierto temor al aula de clases y allí estaba ella hablando con su mejor amiga sin dejar de sonreír, ¿Es que yo era el único que sufría?, fue duro verla de esa forma. Me senté y no la mire mas, verla rompía mi alma poco a poco. Al entrar la profesora todos nos acomodamos con nuestras respectivas parejas, Madison no me miraba solo se dedico a permanecer sentada en su asiento justo al lado mío. Cuando nos estregaron la prueba ni siquiera fue capaz de solicitar mi ayuda para responder algunas preguntas.-Es mi nota también, por lo menos permíteme responder una pregunta – le susurre pero me siguió ignorando.Entonces entendí que ese era su plan: fingir que yo no existía. Quizás se le harías más fácil si me ignoraba pero yo mismo sabia que eso no era así, ella podía sonreír, no hablarme pero su mirada me decía que a ella también le afectaba. Pues ningún ser humano puede ocultar tanto el dolor hasta no estallar en algún momento, y eso causa más daño. Y ella por más que fingiera que no le afectaba su mirada decía todo lo contrario.Sola termino el examen, lo entrego y se volvió a sentar. -Por lo menos regálame la oportunidad de explicarme – dije en voz baja pero no respondió – Me lo merezco.Soltó una carcajada pequeña.-No te merece nada que venga de mi – dijo por fin mirándome - ¿Qué ganas con que te escuche? Nada. Porque podrás decir lo que quieras pero a mí no me va importar.La profesora nos informo que aquellos que iban terminando podían retirarse, obviamente Madison salió de primera pero lo hizo con actitud, con su cabeza en alto como si no pasara nada. Realmente su reacción me sorprendía. Le seguí hasta su casillero, no me iba a dar por vencido hasta que se dignara a escucharme un momento.-Me vas a tener que escuchar quieras o no – dije tras de ella.-Te estás poniendo fastidioso – dijo girando para verme – Pero supongo que si no hablas no me dejaras en paz. Así que hazlo rápido.-Te veo, te escucho y no te reconozco…-¿Y qué quieres? ¿Qué llore? No, por ti no vale la pena.-Escúchame bien, Madison. Tu podrás fingir que esto no te afecta pero nadie mejor que yo sabe que si es así, y aunque no lo creas a mi también y mucho.-Habla de una vez y di lo que me tengas que decir – me interrumpió – O mejor no lo hagas, porque creo saber lo que me dirás – cerró la puerta del casillero y empezó a caminar.La alcance y tome de su cintura para hacer que girara y me mirase.-No me hagas esto. Sabes que te necesito, no me dejes de esta forma.-Te aseguro que mientras estabas con ella no pensaste en eso ¿O sí? – Negué con la cabeza – Exacto, pensaste solo en ti y tú… necesidad ¿O me equivoco? No gastes saliva en explicarme algo que es obvio, te acostaste con Candela, ¿No pudo haber sido otra? Tenía que ser ella. El caso es que me traicionaste y lo nuestro acabó, lo entiendo perfectamente y no me importa. -¿No te importa? ¿En serio? Me miro directamente a los ojos y dijo:-En lo absoluto, no me importa. Soy una engañada mas del montón, eso se supera, y te juro que no dejare que esto me afecte.-Entonces supongo que esto llego hasta aquí. -No, lo nuestro acabó ayer.Al terminar de decir esas palabras se marcho dejándome parado en el pasillo sin reaccionar a el sonido de la campana, veía como desaparecía entres todos los que salían de las aulas, yo no podía seguir allí, necesitaba irme pero no quería volver al día siguiente recibiendo un castigo por haberme ido del colegio así que opte por la forma más inteligente, fingir que me sentía mal y pedir el permiso para irme. No fui a mi casa porque ese era el lugar donde menos quería estar, así que fui al campo de futbol ya que allí es donde me suelo desenvolver mejor y sacar toda la rabia, dolor o cualquier sentimiento por el que estuviera pasando. Mi padre estaba entrenado a su equipo cuando me vio llegar, se sorprendió de verme y sin dudarlo me pregunto porque no estaba en el colegio así que le mentí diciéndole que me habían dado permiso de salir por causa un inconveniente que sucedió, el me creyó y me dejo ayudarlo con el equipo. Rete a los chicos a un partido y aceptaron, necesitaba hacer aquello. Me di cuenta que el amor es como el futbol, en un momento tienes el balón y en otro lo pierdes o te lo quitan, ganas o pierdes, pero no son los dos equipos los que quedan felices porque siempre hay uno que gana y otro que pierde. El balón rueda, es pateado, gira, se eleva en el aire pero permanece intacto y así es el amor, lo podemos patear, rechazar, hacer como si ya no nos importara pero cuando realmente amas a una persona, ese amor queda intacto en nosotros. Decir que me arrepiento de haberme enamorado, de haber tenido una novia en vez de seguir con mi manera de vida antigua seria mentir. Porque a pesar de todo fui feliz, absolutamente todos los momentos, de sonrisas, lágrimas, enojos, los disfrute al máximo, y si ella quería que todo lo nuestro acabara de esa manera pues no estaría en su contra. Podría conseguir que ella me perdonara pero no que olvidara y ¿De qué serviría una relación en la que me recordara mi error o en la que no existiera confianza? Estaba confundido porque una parte de mi quería desistir y no luchar más, y la otra quería luchar, recuperarla y no dejarla ir mas nunca. En momentos así necesitaba de mi conciencia y de su voz irritable para que me digiera que hacer, pero ella solo aparecía cuando cometía un error para restregarme que había hecho las cosas mal.Después de ganar y entrenar un poco me marche a mi casa, tome una ducha y me recosté en mi cama. La puerta de mi cuarto sonó un poco antes de que me quedara dormido, era mi madre que traía consigo un poco de juego de naranja.-¿Recuerdas que después de cada entrenamiento pedias de este jugo? – Asentí- ¿Qué te pasa, hijo? -Nada, mamá. Estoy bien –sonreí mientras tomaba un sorbo.Ella se sentó a mi lado y con su mano peino mi cabello que se encontraba alborotado después de la ducha.-Nadie más noto que te fuiste antes de la fiesta excepción de mi, tampoco nadie más noto que Madison tenía los ojos llorosos y tiempo después desapareció, ¿Me dirás que paso o tengo que adivinar?-Promete no juzgarme.-Eres mi hijo, por muchos errores que cometas no te voy a juzgar, siempre te voy apoyar – me brindo un cálido abrazo como los que me daba cuando era pequeño y estaba triste.-Cometí el peor error de mi vida y la perdí. Me deje llevar por el deseo y estuve con su amiga.-Ya va ¿No eres virgen? -Mamá eso no viene al caso ahorita.-Claro que viene, jovencito. ¿Cómo no me habías dicho antes?-¿¡Mamá!? -Está bien, supongo que me lo debía de haber esperado, ¿Te has protegido, cierto?-Por supuesto. -Puedes continuar.Le explique lo que había sucedido y como toda madre amorosa me dejo estar a su lado pasando el dolor. -¿Quieres que te de un consejo? – pregunto acariciando mi rostro mientras yo reposaba mi cabeza en sus piernas.-Por favor.-¿La quieres?-La amó – asegure.-¿Entonces qué haces aquí? ¿Qué estas esperando por ir a luchar y recuperarla? Acósala, búscala, vuélvela a conquistar y sobre todo demuéstrale que realmente la necesitas y estas arrepentido.-Dijo que yo ya no le importaba.-¿Y le vas a creer? Hijo, nosotras podemos decir muchas cosas pero no todas son ciertas. Además te aseguro que lo dijo en un momento de dolor.-¿Tú crees? – Asintió – Tienes razón, mamá. Nunca me he dado por vencido no lo voy hacer ahorita.-Ese es mi niño.Me dio su celular, al principio no entendía porque lo hacía pero momento después comprendí que quería que hiciera y la verdad me gustaba la idea, agarre valor y marque el número de Madison, la primera vez no atendió, la segunda tampoco pero la tercera si lo hizo.-Hola Señora Cox ¿Cómo esta? Disculpe no atender antes es que estaba saliendo de clase –contesto disculpándose.-Hola, hermosa. No soy la señora Cox.-¿Qué quieres, Harry? – cambio completamente su voz al escucharme.-Recordarte que eres mía y no te perderé tan fácil. Cuésteme lo que me cueste volverás a mí, lo juro. Dicho eso colgué la llamada.

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woouw así se habla harry <3

No debí juzgarla HarryStyles&EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora