Capitulo 32: "Necesito saber que te importo"

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MARATÓN 2/4

Si despertarme con el horrible sonido del despertador era molesto, hacerlo porque me arrojaron agua en la cara lo era aun más. Paula antes de ir a su colegio pasó por mi casa más temprano de lo normal solo para hacer aquello y que yo me levantara de la cama rápido. Estaba enojada y lo primero que hizo fue insultarme con palabras que sinceramente no se ven muy bien en una mujer, espere que me dijera todo lo que tenía para decirme y cuando se cayó le di me versión de la historia, y a pesar de eso siguió diciéndome palabras ofensivas en cierto modo. Debía admitir que me merecía unas cuantas, pero otras estaban de más, después de gritarme se marcho satisfecha. Me molesto que aunque yo le hubiera dicho toda la verdad ella seguía enojada conmigo, estaba siendo honesto y aun así no se retracto de ninguna de las palabras que me dijo. Esperaba que si hablaba con la verdad recibiera su apoyo pero no fue así. La decepcione por segunda vez.Ese día llegue al instituto con más emoción que el día anterior porque había decidido darlo todo por Madison, luchar y aunque desde un principio sabía que la batalla sería difícil me mantenía firme y dispuesto a recuperarla. Tenía como ventaja que no existía otro chico en su vida aparte de mí. Al entrar al aula en vez de sentarme en mi asiento como era de costumbre, la busque a ella, me acerque, me miro sin entender, sonreí y tome su cara robándole un beso a la fuerza.-Así se saludan los novios – dije al soltarla.Como me esperaba, recibí de su parte un duro golpe a puño cerrado en mi mejilla, provocando las risas de alguno de nuestros compañeros que estanba allí. Se burlaban de mí pero la verdad no me importo. Disfrute aquel golpe, dolía pero me gustaba ese dolor. Pues era físico, no era tan fuerte como el psicológico, además valió la pena, por lo menos pude volver a probar sus labios. Me comporte como solía hacerlo antes, pero si lo hice fue porque ese Harry que hacia las cosas sin pensar fue el que conquisto a Madison, y si tenía que convertirme en ese nuevamente para que ella se volviera a enamorar de mi pues lo haría. Al sonar la campana ella salió molesta del aula. La siguiente hora teníamos deporte, a ella le tocaba jugar en un partido de voleibol, yo sabía lo emocionada que estaba pues ese era el deporte que ella siempre quiso practicar y al segundo mes después de la operación se dedico aprender todo sobre el tema y hasta la entrenaron, aprendió rápido y consiguió que el entrenador la dejara participar en un juego. Ella se marcho a los vestidores para cambiarse, la seguí, y entre al de ella sin que me notara, pero antes de hacerlo le pedí a sus compañeras que no dijeran nada y que por favor nos dejaran solos. Por lo visto mi carita bonita todavía convencía a las chicas. Espere sentado a que terminara de vestirse, ya me imaginaba la cara que pondría al verme allí. Se demoro bastante en salir, pensé que sería menos pero cuando lo hizo valió la pena la espera. El uniforme le quedaba perfecto, el short hacia resaltar sus piernas y la franela dejaba ver sus hermosos brazos que antes tanto ocultaba, se había hecho una cola de caballo en el cabello haciendo que su rostro se viera más hermoso de lo normal. Al verme se sorprendió mientras yo solo sonreía.-¿Qué haces aquí? –pregunto firme-Vine a desearte suerte. ¿No puedo? – le guiñe el ojo.-No, no puedes – trato de salir pero se dio cuenta que la puerta estaba cerrada- ¿En serio, Harás esto otra vez?-¿Qué cosa? Yo no cerré esa puerta – sonreí.-Escucha bien lo que te voy a decir, Harry. Yo pude pasar por alto que Emma y la zorra de aquella fiesta te hayan besando pues tu las rechazaste ¿Lo recuerdas? – Asentí – Pero lo de Candela es algo que yo nunca voy a olvidar, nunca te voy a disculpar semejante engaño porque te dejaste llevar, te acostaste con ella y para colmo era mi amiga, como mi hermana. Eso hizo que lo que sentía por ti se esfumara, se volviera un sentimiento del pasado porque el solo hechode verte me produce asco.-¿Segura? – tome con brusquedad su cintura haciendo que nuestros rostros se mantuvieran lo suficientemente cerca – No te creo.-Vas a tener que hacerlo – dijo empujándome – Un infidelidad de esas yo no las paso por alto – después de un largo silencio pidió que le abriera la puerta y lo hice.“No te rindas por lo que te dijo, no te rindas” me decía a mí mismo. No debía hacerlo pues Madison suele decir cualquier cosa en momentos de rabia. Así que decidí quedarme a observar el partido, era increíble, se movía bien y por lo visto aprendió demasiado rápido. Ella estaba feliz, se le notaba en la sonrisa que cargaba cada vez que hacia un punto y aunque ella no me quisiera de todas formas yo estuve apoyándola en su primera victoria. Candela también esta allí pero no emocionada, sus ojos reflejaban culpa y arrepentimiento, tal vez ella también se arrepentía y quería recuperar la amistad de Madison. ¿Debía ayudarla? No, mejor no. Pues es tan impulsiva que quizás yo me acercaba para brindarle mi ayuda y me respondería con un beso como solía hacerlo así que mejor me quedaba en mi asiento disfrutando de ver a Madison jugar.Nos quedaban dos clases para terminar el día, en los cuales no deje de fastidiarla por más que me insultara o me alejara, fue tanto que pidió cambiar de puesto a tres más atrás de mi. Toda esa actitud me hacía notar que por más que ella dijera que no le importaba, que no me daría otra oportunidad aun seguía enamorada de mí. Mi mamá me paso un mensaje dándome el dato de que esa tarde Madison buscaría a Kieran, así que podía encontrármela o como me dijo mi madre en el mensaje: “Un chance mas. Aprovéchalo”. Ya veo de donde había sacado mi perseverancia. Al salir de clases espere a que MI morena se adelantar para yo encontrarla después como si no supiera que ella iba a estar con mi hermano.La vi caminando de la mano con Kieran regalándole una sonrisa, mientras el contento le contaba que habían hecho en el colegio. Sabía que ese momento yo se lo arruinaría pero debía hacerlo, así que lo hice. Llegue por detrás cargándola en mis brazos. Pedía a gritos que la bajara mientras que Kieran solo reía.-Bájame Imbécil – me gritaba.-Hey, controla tus palabras, mi hermanito está con nosotros.-¿Por qué estas tan enojada con Harry? – pregunto Kieran mientras yo obedecía su petición anterior.-Buena pregunta – aseguro ella – Vamos Harry, dile la razón.-Te explico pequeño – dije poniéndome a la altura – Cometí un error muy, muy, muy grande y eso hizo que Madison me odie, o eso dice ella, la perdí y ahora solo quiero recuperarla y demostrarle que la amo – me puse de pie y la mire a ella que me miraba incrédula – No sabes cuanta falta me haces, quiero que por lo menos me des la oportunidad de demostrarte lo arrepentido que estoy.-Madison no lo hagas – me interrumpió Kieran mientras yo lo fulminaba con la mirada – Si él te perdió es porque no te quiso, yo si te quiero y mucho, espérame un tiempo más y te hare más feliz que mi hermano.-Enano cállate. A pesar de ese comentario Madison sonrió y lo cargo.-¿Sabes? Con gusto te esperaría porque sé que no eres igual a tu hermano pero creo que no querrás estar conmigo cuando yo tenga treinta y tú dieciocho.-Yo si quisiera – la interrumpí. Ambos me miraron como si hubiera dicho algo malo. Madison se despidió de Kieran dejándome a mi solo con él para que lo acompañara a Casa ya que no quería estar conmigo. Mientras caminábamos él me hizo la pregunta más difícil de responder de todas las que alguna vez me había realizado: ¿Cómo hacías antes para no enamorarte?Le respondí que era porque no había llegado una chica que realmente me encantara como lo hizo Madison. Pero esa era una respuesta falsa, porque yo evitaba enamorarme, así como en mi pasado existieron mujeres que solo estaban para pasar el rato, también hubieron unas maravillosas que yo solo utilice y no me di el placer de enamorarme. Decir que era porque Madison no había llegado a mi vida era mentir porque ella siempre estuvo allí, y es ahí cuando viene la verdadera respuesta, no hacía nada para enamorarme porque era algo a lo que me había cerrado, me enamore de una persona que siempre tuve en frente y que antes no me había dado el gusto de conocerla profundamente. Mi felicidad siempre la tuve delante de mis ojos y me obligaba a no descubrirla. Eso es algo que pasa muy a menudo entre las personas, tiene en frente a la persona que los puede amar, hacer feliz, complacer y no la ven por miedo o porque solo quiere permanecer ciegos ante su felicidad.Entonces Madison se estaba cegando a recuperar al único que la puede hacer feliz.“¿Tu ego es grande, no? – interrumpió mi conciencia a mis pensamientos”“Como siempre, apareces cuando no te necesito, deberías aparecer cuando realmente quiero que estés allí.”“Tu ego es tan grande que piensas que solo tú puedes hacer feliz a Madison. ¿Es que también te tengo que enseñar a pensar?”Decidí ignorar a la voz pues últimamente lo que me traía eran dolores de cabeza. Al día siguiente llegue más temprano de lo normal al instituto junto a mi amigo Louis que no hacía otra cosa más que quejarse por haberlo hecho parar temprano. Ya que tenía planeado hacer algo para pasar más tiempo con Madison y necesitaba de la ayuda de mi amigo pues era algo en lo que se requería mucha ayuda.-¿No crees que exageraste? – pregunto Louis al terminar.-Sí pero valdrá la pena, amigo – Sonreí.-Como digas, yo me voy no quiero que me involucres en tus problemas – dijo marchándose. Aun faltaba una hora para que comenzaran las clases así que decidí quedarme echándole más leña al fuego, como suele decir la gente mayor.Las puertas del instituto se abrieron dejando pasar al alumnado y los profesores, los cuales a medida que entraban se sorprendían de semejante desastre pintado en la primera pared con la que se encontraban al entrar, aquello formaba uno de los dramas más grandes de todo el tiempo que tenía ese colegio. La directora estuvo a punto de estallar cuando vio aquello. Primero me mando a llamar a mí a la dirección mientras esperábamos que llegara Madison, a la cual también le sorprendió mi gracia. -Señorita Murray, le aseguro que yo no tengo nada que ver con el grafiti que está en la pared – entro excusándose y obteniendo nuestra atención.-Siéntese Booth – le exigió la Directora totalmente fuera de sus casillas.Madison sorprendía por la actitud de la mujer obedeció sentándose en la silla a mi lado.-Dañaron patrimonio escolar con su arte urbana en donde se metieron conmigo ¿Saben que castigo merece eso, verdad? Expulsión.-¿QUÉ? Pero no es justo yo no tuve nada que ver con esto, se lo aseguro – se defendió Madison.-Señorita Murray yo le propongo algo mejor que la Expulsión. Le ofrecemos disculpas públicamente y luego nos ponemos a pintar la pared…-¿Qué parte de que yo no tengo nada que ver no entienden? – me interrumpió Madison.-Booth, usted es toda una mujer, acepte su culpa. Firmaron los dos, con nombre y apellido ¿Qué más pruebas?-Alguien pudo haber puesto mi nombre allí, directora. -Hermosa, creo que es hora de aceptar lo que hicimos. Tú me ayudaste y no pienso afrontar esto solo.-Eres de lo peor, Harry Styles – aseguro mirándome - ¿Sabe qué? Revise mi casillero, mi morral, todo. Yo no tengo nada que ver en esto.-Lo hare, joven – afirmo la directora – Pero lleguemos a un acuerdo, al salir por esa puerta quiero las disculpas delante de todos sus compañeros además de que pinten la pared, mas trabajo comunitario ¿Les parece? -Por supuesto – dije.-Pero primero asegúrese que yo no ayude a este imbécil – dijo señalándome.La directora asintió e hizo lo que Madison le había pedido, pero para su mala suerte yo ya había pensado en eso. Pues la razón de quedarme después de que Louis se fuera era precisamente esa, asegúrame de involucrarla más. Había dejado todos los materiales que utilizamos para grafiquiar en su casillero. Por más que trato de desmentir todo no lo logro y tuvo que aceptar el castigo. Después de una falsa disculpa pública, al final de clase nos pusimos los trajes de obreros y empezamos a pintar. Ella al principio permaneció sentada sin hacer nada, ni siquiera dirigirme la palabra. Pero al final se puso de pie y termino ayudándome.-¿Sabes que es patético? – pregunto después de un largo silencio y agitando la brocha apropósito haciendo que cayeran gotas de pintura en mi cara – Tu. Tú lo eres. Esto es el colmo ¿Qué conseguirás con esto?-¿Qué conseguiré? Hermosa, estar contigo – dije haciendo lo mismo que ella hacía con la brocha de pintura.-Imbécil, me estas manchando.-Tú lo hiciste conmigo y no me queje – sonreí. Ella siguió pintando mientras me seguía ignorando. Yo solo me dedique a mirarla, sabía que eso la hacía sentirse incomoda. Sus mejillas se empezaban a enrojecer. No aguante más y tome de su cintura, halándola hacia mí.-Madison, lo que paso con Candela fue hace tres meses y me arrepiento como no imaginas. Te juro que desde ese tiempo no he pensado en otra mujer que no seas tú.-¿Y qué quieres que haga? No pienso regresar contigo. Yo no cometo el mismo error dos veces.-Dime que por lo menos te hago falta, necesito saber que te importo – suplique muy cerca de su rostro.-Harry, si me haces falta. Pero me dolió demasiado lo que paso, no tienes idea de lo que sufrí en silencio porque ni mi mejor amiga sabe que lo nuestro acabo. Nadie lo sabe. Y yo no quiero regresar contigo.-¿De verdad?-No quiero. No me hagas odiarte más de lo que ya te odio, Porque a pesar que me importas, te odio. – Logro soltarse de mi agarre y siguió pintando.Yo simplemente quede paralizado ante sus palabras, ella había dicho que me odiaba. Realmente lo había dicho. Me sentí tan mal, que no se cómo paso pero le lance pintura, me comporte como un niño pequeño pero fue lo primero que se me ocurrió y lo hice, ¿Cómo podía decir que me odiaba después de todo?Ella se altero completamente y me lanzo a mí también, el caso es que empezamos una especie de guerra muy dura con pintura, y no era un momento bonito.-¿Cómo puedes decir que me odias? – pregunte pintando su cara.-¿Y tu cómo pudiste engañarme? – dijo llenando mi cabello.Lamentablemente desgastamos nuestra ira de esa forma haciendo un completo desastre si no es por un chico que apareció de la nada hubiéramos seguido. Aquel tipo nos interrumpió solo para preguntarnos donde quedaba la oficina de la directora, después de indicarle no se marchaba. Y era obvia su razón, había quedado embobado con mi novia, o mejor dicho, mi ex novia.-¿Eres nuevo?– pregunto Madison mientras el asentía – Pues Bienvenido… ¿Cómo decías que te llamabas?-Hebert – respondió.-Bueno, Hebert, ya puedes ir a buscar a la directora ¿Es a eso a lo que venias, no? – interrumpí.-Un placer conocerlos aunque la situación no fue la adecuada.Después que se fuera, mire a Madison negando con la cabeza. Soy hombre, conozco perfectamente la mirada que solemos usar cuando nos gusta una mujer, y a el tipo le había gustada mi morena. Y para colmo ella le sacaba conversación. Le reclame lo sucedido a Madison a lo que solo me respondió:-Estas mal, muy mal.

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Celos? hahaha

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No debí juzgarla HarryStyles&EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora