Capitulo 30: "La verdad siempre sale a flote"

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 Paula había despertado antes que Madison así que fue la primera con la que pude hablar ya que no nos dejaban pasar antes que despertaran. Me sentí tan orgulloso de ella, cuando la vi quise abrazarla pero estaba muy débil así que me senté a su lado. Ella me miraba directamente a los ojos, eso me asustaba pues nadie me conoce mejor que ella y con tan solo mirarme sabe que algo me pasa y no quería que se diera cuenta por lo que estaba pasando.-Lo logramos, Harry . Le salvamos la vida a Madison – susurro muy débil.-Lo lograste – la corregí sonriendo.-Dirás que estoy loca pero te siento extraño, ¿Qué te pasa? -Nada, estoy bien. Sé que no me creía, pero prefirió seguir descansado.Si seguía así hasta Madison notaria mi ánimo. Así que decidí fingir mejor. El tiempo pasaba de manera lenta, la culpa fue disminuyendo cada vez que estaba con Madison para decirle cuando la amaba, su recuperación iba excelente, en un mes y medio pudo reincorporarse con nosotros al colegio, llevaba su vida como una persona normal, se veía más feliz que nunca, llena de vida y lo mejor de todo era que yo compartía esa felicidad con ella. Candela dejo de ser un problema para mi después de un tiempo, supuse que se arrepintió. Mi prima después de tres semanas de la operación volvió de su “viaje” y compartió con mi morena. Todo iba perfecto. A los tres meses Madison hacia cosas que antes no podía hacer, debía admitir que cada vez que escuchaba mi nombre en sus labios mientras me regalaba una sonrisa hacia que mi mundo fuera mejor.Su cumpleaños se acercaba y por supuesto yo le tenía un fiesta preparada, eran sus dieciocho y teníamos que celebrárselo a lo grande, Madison no quería pero eso no quitaba que la quería sorprender, contaba con el apoyo de sus padres, sus amigas –incluyendo a Candela-, su hermana aunque aun me odiara y mis amigos que son totalmente fiesteros, ellos si saben cómo organizar una fiesta.Paula y yo nos encontrábamos en mi cuarto planificando la sorpresa, al principio me había arrepentido de pedirle ayuda pues suele ser muy perfeccionista y se estresa por cualquier cosa, pero luego me alegre de que me ayudara pues nadie mejor para hacerlo que ella.La puerta de mi cuarto se abrió de forma agresiva haciendo que tanto como mi prima y yo nos alteráramos, era Madison, estaba llorando y se encontraba enojada, me acerque para abrazarla pero me rechazo.-Ni se te ocurra tocarme – me exigió.-¿Qué te pasa, Madi? – pregunto Paula.-¿Todavía lo preguntas? Me mintieron, todos lo hicieron. Fuiste tú quien me dono el riñón, Paula. Y nadie me lo dijo ¿Por qué hiciste una estupidez como esa?Por un momento me sentí aliviado de que esa fuera la razón de su enojo, pensé que ya se había enterado de lo que sucedió con Candela y por eso me había rechazado.-¿Estupidez? – Pregunto Paula – No seas ridícula. Mírate, estas llena de vida y lo llamas estupidez. -No, ¿Y si algún día lo llegas a necesitar? – Pregunto llorando – Por lo menos me hubieras dicho que eras tú.-Si lo hubiera hecho te hubieras negado, además, yo estoy sana, me cuido y aun me queda otro riñón como para necesitar el otro. -Madison, lo hicimos por tu bien – dije – No lo veas como un engaño, velo como una salvación.-El hecho es que me engañaron, y sabes perfectamente que odio eso. Odio las mentiras… -decía llorando.Esa imagen me había partido el alma, no pude evitar abrazarla aunque ella no quisiera, lloro escondiendo su rostro en mi pecho.-¿Dónde está esa chica que me enseño a valorar la vida? ¿Aquella que me golpeo para que entendiera que lo que yo hacía antes estaba mal? Quiero ver a esa Madison. No te quiero ver llorar – dijo mi prima – Quiero verte feliz.Mi morena me soltó y la abrazo a ella. -Gracias, Paula. – Cuando se separo de ella tomo mi mano – Solo no me vuelvan a mentir, por favor. No más mentiras, no tienen idea como me afecto enterarme de esta, otra mas no la soportaría.-Te prometemos que no hay más mentiras – aseguro Paula - ¿Verdad, Harry ?Yo no supe responder, no pude hacerlo, me dedique a asentir sin dejar de mirar a Madison.Todo estaba listo, el pastel, la decoración en su casa, la música, la gente, todo tan perfecto como lo había planeado mi prima, ella no quería que yo arruinara nada de lo que ya tenía listo a sí que me pidió que mantuviera todo el día ocupada a mi novia. Esa sería mi única tarea la cual me encantaba. Lleve a Madison a todos esos lugares en los que guardábamos hermosos recuerdos dejando de ultimo el campo de futbol. Cuando ella lo vio corrió hasta estar en el centro de la cancha, justo donde había una pelota centrada como para iniciar un juego. Me pidió que le enseñara un par de movimientos así que lo hice, le di una técnica para hacer un gol y la puse a prueba. Hice el papel de portero mientras ella se preparaba para hacer su jugada, se veía emocionada, parecía una niña pequeña, le gritaba que no podría hacerme un gol a mi mientras ella me decía que si podía.-A ver, linda, yo estoy en esto desde que tengo uso de razón y tu desde ahorita ¿De verdad crees que me harás un gol? No creas que porque es tu cumpleaños te dejare ganar – le grite desde la portería -No me retes, Harry .Se preparo, me guiño un ojo y pateo. No, no hizo un gol, hizo algo peor. La pelota aterrizo en donde más me dolía, el punto débil de todos los hombres, justo allí, haciéndome caer en el piso de rodillas mientras me retorcía del dolor. Ella corrió hacia mí pidiéndome disculpas mientras yo escondí mi rostro para que no me viera llorar, un golpe allí causa un dolor terrible que aunque dure 5 o 6 minutos en cesar parecieran que fueran siglos. Era la segunda vez que lo hacía aunque la primera fue apropósito. Trataba de calmarme pero se me hacía imposible.-Si después no te doy hijos no me eches la culpa – Dije pasando con la voz totalmente débil.-Discúlpame de verdad no quería – dijo reprimiendo una pequeña risa.Después de un corto rato el dolor acabo, me dedique a sentarme mientras Madison me observaba apenada, estaba sentada al lado mío tratando de disculparse.-Consigue una bolsa de hielo y creo que estaré bien – dije. -Lo siento tanto – la mire y sonreí, hasta cuando siente culpa es hermosa – Tienes que ver tu rostro, estas rojo. -No tienes idea lo que es un golpe allí, es la cosa más horrible… -¿Me disculpas, verdad? -Por supuesto. Debo admitir, que tienes una fuerza increíble aunque un sentido de dirección muy malo – reí y me acerque a su boca para robarle un beso.-Ya tienes otro recuerdo en este lugar: “La vez que tu novia te dejo en el piso por un golpe bajo” – rio.-Esta me la debes, Madison – dije parándome – Ya es tarde y es hora de irnos a tu casa.Los dos nos pusimos en camino sin dejar de reír por lo que había pasado en el campo, ella se burlaba por la forma de caminar que adopte casi todo el camino. Hablamos sobre la emoción de cumplir sus dieciocho años, ya era mayor de edad, con libertad a elegir lo que desea, una edad que muchos jóvenes desean con ansiedad cumplir. Piensan que es la llave a la libertad, el momento de vivir al máximo cuando no entienden que con esas edad surgen responsabilidad y que la libertad que ellos esperan recibir es algo que siempre han tenido, porque uno es libre cuando lo desea. Libertad no significa ir a una fiesta sin el permiso de los padres, ir a vivir solo, libertad significa expresarte, no sentirse reprimido. -Antes de entrar ¿Me darías algo?, por mi cumpleaños.-Tus deseos son órdenes, pídeme lo que quieras. -Un beso, uno de esos como los que me dabas antes, de esos que tú solo me sabes dar.-¿A qué te refieres con “a los que te daba antes”?-No lo sé, últimamente tus besos no son iguales - “Llenos de culpa, tal vez” – Son vacios, los siento sin…No la deje hablar por que tome su rostro entre mis manos y deposite encima de sus labios un beso como el que me estaba pidiendo, suave, delicado, dulce, dejando que todas mis emociones, a excepción de la culpa, se mezclaran. Deslice mis manos hasta su cintura y la acerque más a mí mientras ella acariciaba mi rostro. Sinceramente yo también extrañaba besarla de esa manera, deje que nuestros labios encontraran su ritmo, disfrute de eso como lo hacía antes. Su sabor en mi boca me hacia estremecer.-¿Así? – pregunte muy cerca de su boca al despegar nuestros labios.-Exacto.Le sonreí y tome de su mano mientras abríamos la puerta de su casa, las luces se encontraban apagadas, ella me comento que creía que sus padres estarían todo el día pero al parecer no fue así, al encenderlas todos le gritaron “sorpresa”. Unas cuantas lagrimas se escaparon de sus ojos al ver aquello, las decoraciones eran increíble, definitivamente debía felicitar a mi prima, no se le escapo ni un solo detalle. Tiempo antes había mandado a comprar un arreglo de flores enorme para entregárselo a ella, al verlo en el mesón lo tome y se lo di con unas palabras totalmente sinceras.-Nunca olvides que te amo y si algún día fallo entiende que soy humano – a lo que me respondió con un dulce beso. Esas cortas palabras conmovieron a muchos en la sala.Después del momento de entregar regalos, pusimos música del agrado de ella, pues la idea es que se sintiera cómoda. Bailar, comer, compartir con todos y verla sacar una sonrisa hizo que me sintiera completamente lleno. A Madison le había dado sed y decidí buscar algo de beber para ella en la cocina. Con lo que no esperaba era encontrarme con Candela, cruzamos miradas distantes pero no dijimos palabra alguna. Podía sentir su mirada encima de mí mientras caminaba, eso hacía que me sintiera totalmente incomodo.-Realmente la quieres – dijo antes de que yo saliera.-¿Lo dudaste en algún momento? – pregunte sin mirarla.-Me dieron mala referencia de ti. Me hubiera gustado llegar antes de que te enamoraras de Madison.Me gire para verla y puse el vaso que llevaba lleno de jugo en un mesón que tenía cerca.-Créeme, no te hubiera gustado. Hubiera sido el peor patán contigo.-Yo te hubiera cambiado.-Lo dudo.Se acerco a mí poco a poco y me miro directamente a los ojos, yo no entendía porque no me movía.-Aunque tú no lo crees también me sentí muy culpable por lo que hicimos. -Pues, lo sabes disimular muy bien. -¿Te puedo dar un abrazo? De verdad me alegro que Madison cuente con un novio como tú.Asentí, pues no tiene nada de malo un pequeño abrazo o por lo menos eso pensé yo antes de que me robara un beso el cual no respondí. Pero para nuestra mala suerte alguien nos había visto, y no era precisamente cualquier persona. Era ella, mi morena. Esa fue la peor manera de que se enterara de lo sucedido. Justo en su cumpleaños, justo después de darle una sorpresa, justo después de pasar un día increíble todo se venía abajo a causa de un beso sin sentido. Y me sentía tan estúpido porque yo pude haber prevenido aquello, si tan solo hubiera ignorado su comentario y seguido mi camino. Todo estaba arruinado, y eso no era lo peor, porque Madison no derramo una sola lagrimo por lo que vio, en su mirada solo había rabia, rencor. -Esto nunca se los voy a perdonar – dijo.Pero antes de que saliera tome su brazo haciendo que girara y me mirara.-Déjame por lo menos explicarte.-No Harry . No quiero – se soltó de mi agarre y salió a la sala.Las personas bailando y distraídas en su propio mundo no notaron lo que sucedí en ese momento mientras ella tomaba aquel arreglo de flores que le había regalado llevándolo a fuera de su casa. Tanto Candela como yo íbamos tras ella, yo no podía irme sin explicarle lo que sucedía. Llena de rabia arrojo mi regalo al suelo y lo piso con sus pies justo delante de nosotros. Le pedí que me escuchara pero no lo hizo.-¿Escucharte? No, gracias. Se pueden ir – nos grito – Porque no voy a permitir que lo que me hicieron me afecte, no dejare que eso arruine mi cumpleaños, que eso me hiera – a medida que iba hablando sus voz se iba quebrando – Porque allá dentro hay personas a las que realmente les importo.-Madison, yo no puedo más con esta culpa – dijo Candela con los ojos llenos de lagrimas – Si no lo digo ahora, no lo diré nunca.Mis ojos se abrieron como platos, yo sabía a qué se refería, ella lo iba a decir y no era exactamente el mejor momento para hacerlo.-Candela, no es el mejor momento para decirlo – le dije.-¿Decirme que, Harry ? – Ambos callamos ante su pregunta – Contéstame ¿Decirme que?Los dos bajamos la mirada pero solo uno tuvo el valor suficiente como para hablar, y no fui yo precisamente. Candela le había confesado absolutamente todo lo que había pasado entre nosotros, y si Madison no había llorado antes ahora si lo estaba haciendo, hasta yo lo hice. La estaba perdiendo sin derecho a reclamar o exigir que me dejara hablar porque toda la culpa recaía en nosotros, ella tenía derecho a odiarnos. Madison me miro con decepción, y fue la peor mirada que me había regalado, además del golpe que deposito en mi mejilla, me lo merecía. -Y si no es claro, lo nuestro llego hasta aquí. Púdranse – fueron sus palabras antes de entrar a su casa con su rostro mojado por las lagrimas.Verla llorar, enojada, llena de rabia me hizo sentir peor que antes. Nunca imagine que de esa manera seria que se enteraría, esperaba decírselo yo en el momento indicado y aunque la culpa desapareció de mi, otro sentimiento me invadía, la tristeza. La perdí, por un error. 

 


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lo siento lo siento lo siento :c perdón la demora la verdad es si me olvidé de subir capítulo D: no pasará denuevo encerio :c

pd: quedan poquitos capítulos.

PD2: haré maratón mañana :)

PD3: voten y comenten porfis :c

No debí juzgarla HarryStyles&EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora