Capitulo 35: "Esto no es una "adiós", es un "Hasta luego"

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ÚLTIMO CAPÍTULO....  (falta el epílogo)

Después de tomar una ducha donde deje que el agua recorriera cada parte de mi cuerpo en silencio esperando que se lavaran todos mis problemas, pero eso era algo imposible así que resignado salí de allí y me coloque una bermuda dejando mi torso al descubierto, no tenía planeado ir al colegio ¿Con que fin si Madison tampoco iría? Ella debía estar preparando todo para la mudanza.Me senté en la orilla de mi cama mirando hacia el frente, mi pared pintada de azul estaba decorada por un afiche de mi equipo de futbol favorito. Lo observe con determinación, mire cada detalle buscando una imperfección en la imagen, encontré muchas como para nombrarlas. Gire la cabeza hacia un lado y visualice una foto de Madison y yo abrazados y sonriendo el día de fin de año. Es increíble como una simple imagen guarda tantos momentos vividos. Desde la noche había apagado el celular porque no quería que nadie me hablara, cuando lo prendí esa mañana me di cuenta que tenía varias llamadas perdidas de la casa de Madison, imagine que debía ser Mellany porque dudo mucho que mi morena allá querido llamarme después de esa fría despedida pues ¿Para qué lo haría? Para decirme un simple “adiós”.El timbre de mi casa sonó sacándome de mis pensamientos a la fuerza, sin mucho ánimo baje las escaleras notando lo sola que estaba la casa esa mañana, se respiraba una soledad que aunque mi familia entera estuviera allí yo me seguiría sintiendo solo porque en mi alma así lo estaba. Respire profundo antes de abrir la puerta y trate de poner una mejor cara, pues seguro debía ser alguna de las amigas de mi madre en busca de algo y no le saldría con una mala respuesta para que luego dijera que el hijo de Anne Cox era un maleducado. Abrí la puerta y no era ninguna de esas mujeres que dicen ser amigas de mi madre, era alguien mucho mejor, era ella, Madison. Estuve a punto de cerrarle la puerta en la cara por haberme ocultado tanto tiempo que se iría, porque no iba hacer nada para permanecer a mi lado, porque la estaba perdiendo y no quería ver como se iba, pero a pesar de todo eso no lo hice. Pregunto si podía pasar y yo acepte quitándome de la puerta para que entrara, la cerré y me gire para verla mejor sin decir palabra alguna ¿Por qué no tenía el valor suficiente para echarla de mi casa? -Me voy mañana –dijo. Como si no fuera suficiente volverlo a escuchar.-Lo sé. ¿Viniste solo a recordármelo? – pregunte pero ella mueve la cabeza en señal de negación.-Siento que nuestra despedida de ayer no fue la correcta. -¿Y qué esperabas? -Harry no creas que me quiero ir, yo también quiero quedarme pero no puedo. Lo que menos deseo es que quedes con una idea de que si quiero dejar mi pueblo. -Entonces quédate.-No puedo.-Entonces vete – digo abriendo la puerta de mi casa.-¿Eso quieres?“No” pienso.-Si – respondo.Asintió y empezó a caminar hacia fuera, pero algo más fuerte que yo hizo que halara de su brazo acercándola a mí mientras volvía a cerrar la puerta con fuerza. Atraje su rostro cerca del mío y la bese. La bese con desesperación, angustia, dolor, no quería que se fuera, deseaba intensamente que permaneciera a mi lado. Ella me besaba de la misma manera y hasta con más intensidad, quizás de esa forma lograría que se quedara conmigo. Deslice mis brazos bajo sus piernas y la cargue mientras ella no despegabas sus labios de los míos. A paso ciego la lleve a mi habitación, nos estábamos dejando llevar por todos esos sentimientos que nos unían. El roce de sus manos finas y suaves contra mi torso desnudo hacia que me estremeciera, su aliento en mi rostro cada vez que se despegaba para tomar aire hacia que me sintiera completo, su piel bajo la mía, su mirada perdida en mis ojos, su boca suplicando que no la dejara de besar. Cada momento en que mis manos acariciaban cada parte de su piel hacia que me volviera vulnerable ante ella, sentía un especie de escalofrió por la espalda cada vez que recordaba que eso no era un sueño, era real. Estaba dispuesto a que ella nunca olvidara nada de lo que estaba sucediendo, ni los besos, ni las carisias, ni los roces, nada. Todo lo recordaría. Rece porque mis padres no aparecieran por la casa, lo menos que quería era un escándalo. Pero aun así seguía explorando con mi boca y mis manos todo el cuerpo de Madison, perdía la razón al absorber su aroma, mis impulsos eran demasiado fuertes y hacia que perdiera el control con ella. Sentí como si nuevamente fuera mi primera vez, aunque había estado con muchas mujeres en mi adolescencia nada se comparaba con Madison. No fui el único que exploro con timidez, porque ella también lo hacía, parecía que conocía cada parte de mi cuerpo a la perfección porque sabía cómo encontrar mi punto débil, como hacerme estremecer, como hacer que me elevara en lo más alto y que luego descendiera con cuidado sin recibir un enorme golpe. Su sabor, su fragancia y su manera de tocar hacia que me volviera completamente loco.Por primera vez no estaba teniendo solo sexo, si no que estaba haciendo algo más fuerte que eso, estaba haciendo el amor con Madison Booth, esa chica que había logrado que mi mundo diera vueltas y vueltas hasta dejarme de cabeza. -Te amo – susurraba encima de sus labios mientras dejaba que la llenara completamente.El tiempo se nos había ido entre carisias y besos, mientras ella permanecía recostada sobre mi pecho tapando su cuerpo desnudo con una ligera sabana que había en mi cama. Acariciaba mi abdomen dando círculos en cada uno de mis pectorales, sonreí ante sus caricias y con un movimiento suave la atraje hasta mis labios posándola encima de mí.-No te vayas. Te lo suplico – dije mirándola directamente a sus ojos.Mordió su labio inferior y luego desvió la mirada.-Debo hacerlo. -Pero no quieres.-Por supuesto que no.-Prométeme algo – tome su barbilla e hice que me mirara – Prométeme que buscaras alguien mejor que yo, alguien que pueda amarte con más intensidad que yo para que no sientas remordimiento por irte. Prométemelo. Prométeme que harás que tu vida sea mejor de lo que fue aquí.-Te lo prometo – una lagrima se escapo de sus ojos recorriendo su mejilla, con el pulgar la retire – Pero ahora prométeme algo tu.-Lo que sea.-Prométeme que no volverás a ser ese patán que yo tanto odiaba, que la próxima chica que veas sea una a la cual decidas querer más o igual a lo que me quieres a mí…-Imposible querer a alguien como lo hago contigo –la interrumpí.-Entonces, valora a la siguiente mujer en tu vida, no la trates como una basura. ¿Lo prometes?-Lo prometo. Sellamos nuestro pacto con un tierno beso.Luego ella se coloco todas sus prendas tratando de ocultarse de mí, pero era demasiado tarde, ya había visto todo su cuerpo. Opte por colocarme la misma prenda de que llevaba, únicamente la bermuda. La acompañe a la puerta reprimiendo las lágrimas que se querían escapar de mis ojos, le pedí acompañarla la mañana siguiente al aeropuerto y no acepto. En el fondo la entendía, si ya nos habíamos despedido para que seguir halando esa cuerda que tanto dolor nos había causado.-Dile a Kieran que lo quiero mucho, y a Mitchell que extrañare su forma de jugarte bromas – sonreí, si seguía hablando creo que lloraría – Dile a tus padres que los aprecio demasiado y a Louis dile que deje de comer tanto, un día de estos creo que perderá el control y no volverá a ver más sus pies.Asentí y la abrace. Después observe como paso a paso se alejaba más de mí, en unas cuantas horas ya no se alejaría de mí caminado sino en avión. Volví a entrar a mi casa y como un niño desprotegido llore sentado en el piso, recosté la cabeza a la puerta y seque mis lágrimas bruscamente con mis manos. Llorando no solucionaría nada, debía resignarme y acostumbrarme de una vez que ya la había perdido para siempre, lo único que me consolaba era saber que era la distancia la que nos iba a separar y no un error de mi parte. Mis padres regresaron de trabajar y más tarde mis hermanos, como de costumbre sirvieron la mesa para cenar, no me encerraría en mi cuarto como solía hacerlo, si quería acostumbrarme debía seguir actuando como si nada pasara. Antes de dormir, Mitchell apareció junto a Kieran en mi cuarto, me asombre de eso, pues la última visita que ellos me hicieron de esa manera fue solo para jugarme una broma que para mí no tuvo mucha gracia, pero esta vez no venían armados con ningún tipo de armas para atacarme desprevenido. Pidieron hablar conmigo y acepte, si tienen un problema al primero que recurren siempre es a su hermano mayor.-¿Qué paso, chicos? ¿De qué quieren que los ayude a salir esta vez? – Pregunte mientras tomaban asiento en mi cama – ¿Le dañaron algo a papá o rompieron uno de los jarrones de mamá? – trate de fingir mi tristeza regalándoles una sonrisa.-Te dije, Mitchell, Harry está mejor que nunca – dijo Kieran dándole un suave golpe a mi otro hermano en el hombro. -No nos engañes, Rulitos. Estás distante desde la cena, te pasa algo y quieres fingir que no es así ¿Qué ocurrió? – me acuso Mitchell ignorando el comentario de Kieran.Maldije en mi interior el que mi hermano me conociera demasiado bien como para descubrir que algo me pasaba con solo mirarme a los ojos. No me quedo otro remedio que contarle todo lo que estaba sucediendo con Madison, y tanto él como Kieran quedaron sorprendidos con la noticia. No podían creer que ella se iría sin siquiera despedirse de ellos. Esa noche raramente dormimos los tres en mi cama, algo que lamente a la mañana siguiente cuando nuestra madre nos fue a despertar, pues los pies de Mitchell en mi cara y Kieran arriba de mis abdomen babeando no era nada cómodo.Mi madre al dejarnos solos nuevamente trate de volver a dormir, ese día tampoco me apetecía ir al colegio. Pero Mitchell arrojo una vaso de agua delante de mí, cuando los vi ya estaban vestidos y arreglados.-Te vas a parar, darte un baño rápido, luego vas a poner tu maldito trasero blanco en el puesto de conductor de ese carro que te regalo tu amigo Justin, y nos vas a llevar al aeropuerto a despedirnos de Madison ¿Entendiste o te lo hago entender? – me amenazo mi hermano señalando el vaso de agua que Kieran llevaba en la mano.De cierta manera aquellas palabras me habían llenado de adrenalina todo el cuerpo. Hice lo que mi hermano me pidió, dijimos que iríamos al colegio y nos marchamos al aeropuerto de Toronto, nos quedaba a menos de una hora si yo corría lo suficiente, tenía miedo de hacerlo con Kieran en el carro. Pero ese miedo desapareció cuando él mismo me pidió que anduviera más rápido. -La primera vez que Kieran se jubila de clases, entiéndelo, está emocionado – dijo Mitchell haciéndome reír un poco. Llegamos y revise en la cartelera para ver si ya había despegado el vuelo a Francia, y fue entonces cuando por los altavoces estaban llamando precisamente a ese vuelo, los tres corrimos a la entrada por la que iban a abordar. La visualice entre tanta gente, llevaba unos pantalones que se amoldaban a sus piernas y una camisa verde que dejaba ver una pequeña parte de su abdomen, llevaba todo su cabello recolijo en una cola de caballo que al final tenían perfectas ondas alineada, su fleco aun seguía en su frente. Por un monte quede paralizado hasta que Mitchell grito su nombre, ella volteo y nos vio a los tres, estaba a punto de abordar pero retrocedió para asegurarse que realmente éramos nosotros, sonrió, su hermana que estaba a su lado le dijo algo al oído y luego nos miro. Madison asintió y corrió hacia nosotros.-Esto no se vale – dijo al ver a Kieran con los ojos cristalizados – Es una jugada muy sucia, Harry. Se acerco a mi hermanito y lo cargo en los brazos dándole un abrazo fuerte. -Madi, te ibas a ir sin despedirte de mí – dijo mi hermano en sus brazos mientras ambos lloraban.-No quería recordarte con los ojos inundados de lagrimas – dijo secándoselas – Quiero irme con una imagen tuya donde sonrías con esas hermosas sonrisas que me alegran el día.-Te quiero mucho, Madi – dijo depositando un beso en su mejilla – no te olvides de mi.-Nunca lo haría – respondió antes de darle el ultimo abrazo.Ella miro a Mitchell y sonrió, él se acerco y la abrazo.-No olvides que en Canadá tienes a un amigo que te consideran una hermana y te agradece tanto haber hecho entrar en razón a su hermano. Yo – mi hermano me miro y noto que yo seguía sin decir nada. – Ese imbécil que esta allí parado sin emitir palabra nunca podrá conseguir alguien tan única como tú. Le envidio la suerte que tuvo al tenerte. Ella se sonrojo. Por lo visto mi hermano logro algo que solo yo podía, o eso creía. Me acerque a ella tratando de no llorar, pero se me hizo imposible cuando la tuve en mis brazos. -Te amo, hermosa – susurre a su oído.-Y yo a ti – respondió.Me dio la cara y seco mis lágrimas mientras de ella escapaban unas cuantas más. -Esto no es una “adiós”, es un “Hasta luego” –susurró. Odiaba esa frase, la había escuchado en algún otro lado pero cuando ella la dijo se me formo un enorme nudo en la garganta difícil de tragar.-Prométeme que llamaras – pidió Kieran.-Lo prometo – dijo sin despegar su mirada de mí.-No lo hagas – dije – Por lo menos no me llames a mí, porque creo que si lo haces no podre soportarlo y seré tan impulsivo de comprar un boleto e irte a buscar. Y no quiero hacer eso.Asintió.La mujer del altavoz anuncio que era la última llamada para el vuelo a Francia y antes de marcharse deposito un beso lento y nada duradero en mi boca. Mis hermanos y yo la observamos desaparecer tras la puerta de abordaje. Los tres volvimos al carro pero no arranque, me quede allí en silencio sin hacer nada, recosté mi cabeza en el volante para que ellos no me vieran llorar, no quería que pensaran que su hermano mayor era demasiado débil. -Allá va – señalo Kieran por la ventana, levante la vista y observe como ese avión se desplazaba en el aire. Solo espero que ella pueda ser feliz. 

***

Me da tanta pena este capítulo u.u..  no quiero terminar de subirla u.u

PD: queda el epílogo todavía
PD2: tengo otra novela para subir es de la misma escritora, necesito su ayuda diganme con quién adaptarla y les subo el epílogo
PD3: VOTEN Y COMENTEN PLEASE Y LEAN LA NUEVA NOVE CUANDO LA SUBA PLEASE

BESOS CUIDENSE <3

No debí juzgarla HarryStyles&EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora