—¿No me tienes confianza, Alicia? Llevamos dos años,—levantó la voz— ¿y aún no puedes confiar en mi?
—Perdón, enserio perdóname, pero no puedo hacer el vídeo. ¿Puedes por favor, ponerte en mi lugar?—Esperó una respuesta, la cual no llegaba. Alicia se encontraba casi llorando, la situación la ponía triste y desesperada—Lo siento, enserio.
—Esto no es por el vídeo y lo sabes. Yo no puedo seguir así, perdón.
Sus ojos ya no estaban encima de ella. Lo notó. Alicia quería correr hacía él, perdirle mil perdones y abrazarlo. Pero cada vez lo sentía más lejano.
—¿Estás terminando conmigo, Carlos?—Ni siquiera podía imaginarse a ella viviendo una vida normal luego de terminar todo lo que la mantenía de pie. Carlos la hacía muy feliz. Sin él sería completamente nada. Buscó la mirada de Carlos, pero, aunque estaba allí, ya no era lo mismo. Se dio cuenta de que lo estaba perdiendo todo y no iba a dejar que eso pasara.—Dame más tiempo, por favor amor.
—¿Cuánto tiempo más? Repito, llevamos dos años.—Se veía enojado. Otra vez Alicia notó que éste no era su Carlos. Aquel chico era dulce. Pero al que estaba viendo en ese mismo momento era alguien irreconocible para ella.
—Sólo hasta mañana, ¿puedes esperar eso?
Él dudó unos segundo, pero terminó asintiendo. Levantó su mochila, que ella no había notado en el suelo, y se fué. Dejandola de nuevo sola. Sin un beso, sin un abrazo. Sin un adiós.
Camino a casa, Alicia trató de dejar todo lo que había pasado hace unos minutos de lado. Quería estar feliz cuando llegase a su hogar. Sus padres estarían esperando por ella. O tal vez sólo era su imaginación. Y la verdad era que, no tenía a nadie. Si bien su familia era pequeña, ya que era hija única y vivían lejos de sus familiares por problemas que tuvieron en el pasado. Sus padres se mudaron junto con su abuela materna y consiguieron dos hermosas casas en la ciudad más lluviosa. Ahí es donde nació Alicia, una pequeña niña de cabellos dorados, olvidada por sus padres, un psicólogo y una maestra. Alicia aprendió a vivir así, teniendo la casa para ella sola. Y a veces, cuando sus padres se iban por mucho tiempo, se quedaba con su abuela. Ella era como su mejor amiga después de Mica. Siempre que la visitaba, su abuela, la esperaba con galletas con chispas de chocolate, sus favoritas. Y luego se ponían al día. Pensó que debía visitarla uno de éstos días, mientras tanto, abría la puerta de su casa.
Un silencio casi ensordecedor la recibió. Podría tan siquiera arrojar un alfiler y se escucharía en cada rincón de la casa. Un día más, sola. Por parte le gustaba, podía pensar y pensar. Podía gritar y descargarse. Podía hacer de todo y nadie se enteraría.
Se dirigió a la cocina en busca de comida, pero la verdad era que no tenía hambre, solamente quería llenar el vacío que sentía. Estaba sola, no tenía a nadie. Aún así cuando había millones de personas en el mundo. Sacaba un sandwich de la heladera, mientras sintió a su teléfono vibrar en su bolsillo. Lo sacó para revisar al instante.
Sólo un día cariño. Ya sabes;)
Era Carlos, su mensaje le había dado temor. Aún no llevaba mucho tiempo y debía decidir rápido. Su novio o un vídeo. La verdad...¿qué perdería si hiciera el vídeo? Nada. Además, se ganaría la confianza de su novio completamente. Suponía la joven, que si él la quería, no le haría daño. Ese vídeo no saldría de sus manos.
Entonces, Alicia tomó la decisión más importante de su relación. Lo haría. Tomó su teléfono y comenzó a teclear rápido.
En un rato te lo mando, te quiero<3
Y lo envió.
Esa es mi princesa, también yo:)
Y eso fue suficiente para ir en busca de su cámara.
Aún debatía entre si quería enviarlo o no. Eran tan pocos minutos, pero estaba totalmente expuesta. Sentía verguenza, pero todo sea por el amor. Por su amor. Entonces, lo hizo y se sentó a esperar a que le llegase. No podía soportar que los minutos pasaban lentamente. Ya quería que le llegase y así poder olvidarlo todo. Y luego le diría que olviden el tema. Aún sentía algo en el estómago, no se sentía bien. Tenía un mal presentimiento. Pero lo dejaría pasar. Ahora debería estar muy feliz de haber salvado su relación. Con Carlos serían muy felices, por siempre.
Enviado.
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Alicia, te doy una razón para vivir.
Teen FictionAlicia, acaba de cumplir dos años con su novio. Pero la risueña joven entra en duda cuando, Carlos (su novio), le pide un regalo que no era de su agrado. Ella estaba segura de decir "no". Pero entonces toda su relación se pone en juego. ...