3: ¿Mejor amiga?

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—¡Niña, levanta que se hace tarde!

—Pero mamá, si aún no ha sonado mi alarma.—una Alicia adormilada se empezó a mover incómoda en su cama, aún no quería irse.

—Alicia, levanta, se ha ido la luz ¡ni modo que suene! Ya te dije que cambiaras ese despertador por uno de pilas, niña.

—Me lo regaló la abuela, no lo cambiaré.—dijo la joven, entonces recordó lo que había hecho por la noche, el vídeo. Se había quedado dormida y no había visto la respuesta de Carlos.—¿Pero que hora es mamá?

Su madre se encontraba a unos pasos de distancia, acomodando un par de prendas dispersas por el piso. Alicia podría ser un poco desordenada. Algo le llamó la atención, una bolsa de un local de lencería se encontraba en el suelo, sin nada dentro de ella.

—¿Qué es ésto?—interrogó.

Alicia se levantó en ese instante para poder cambiarse rápido, pero su madre le había tomado por sorpresa.

—¿Vas a contestar, Alicia?

—Eh...sí mamá, por supuesto que lo haré. Eh...son de...una...¿amiga?—la joven lo pensó por un segundo, pero debía mentir, no tenía escapatoria.—¡Sí! Es que ella iba a tener un encuentro con su novio, que ya llevan tiempo, no te preocuoes y pues...yo le dije que podía cambiarse aquí . De paso le prestaba unas prendas porque no tenía que ponerse.

Alicia estaba hablando bastante rápido, típico cuando mentía. Pero su mamá aún no estaba convencida.

—Entonces, pequeña Alicia, ella necesitaba que le prestes ropa para ponerse pero...—levantó la bolsa de lencería—...se compró este bonito y carísimo conjunto sexual.

—Sí, mamá. Ahora...¿puedes decirme la hora?

Susana aún no le creía a su hija, pero debía confiar en ella. Dejó la bolsa en la cama. La observó un segundo en busca de otra respuesta, pero sólo vió a su hija desesperada por saber la hora. Caminó hacía la puerta y antes de dirigirse a la sala, le dijo a Alicia lo tarde que era.

Busco a su marido, hasta encontrarlo en la cocina, con una tasa de café en sus manos. Tocó uno de sus hombros para luego depositarle un pequeño beso en sus labios.

—Buenos días, cariño. ¿Ya despertaste a la pequeña?

—Sí y...—no sabía si contarle lo ocurrido a su marido, pero suponía ella, que debía confiar en Alicia y no decir nada.—¿de donde sacaste el café?

Él la observó por un momento. Su amada esposa no lo veía capaz de hacer un café.

—Lo hice yo, Susi.—se encogió de hombros.

—¿Tú, Julián?—interrogó divertida.

Éste asintió, para luego bajar la mirada y revisar su teléfono. Como Alicia, que a unos metros de distancia, estaba imitando la acción de su padre, sólo que ésta se encontraba enojada. Se quedó sin batería y no podía cargarlo porque no había luz. Su máxima preocupación era ver la respuesta de su novio, si le había gustado el vídeo. Pero tenía que tranquilizarse. Así que, terminó de arreglarse y fue en busca de su mamá, para ir al colegio.



En camino, su mamá encendió la radio. Sonaba Back to december de Taylor Swift. A Alicia no le gustaba mucho ésta canción, pero se le hizo tan pegajosa que comenzó a tararearla hasta llegar, incluso cuando la canción ya había acabado y la voz de un desconocido chico sonaba a través del aparato. Su mamá estacionó una cuadra antes de llegar, se despidieron y cada una tomó su rumbo. Alicia estaba pensativa, ya quería llegar y tirarse en los brazos de su novio. Pero entonces, unos susurros la sacó de sus pensamientos, cuando casi llegaba al establecimiento.

—Mira, es ella.

—¿A caso no tiene vergüenza de venir, luego de publicar eso?

—Será una puta, pero yo le doy toda la noche, chicos.—reía un chico a distancia, con sus amigos.

Alicia sólo quería pensar que hablaban de otra persona, pero lo cierto era, que la señalaban a ella. Caminó rápido buscando al culpable de ésto. Ella había confiado en él, pero éste chico sólo había jugado con ella. Tal vez nunca la había amado, tal vez todo haya sido una mentira. Corrió por los pasillos, hasta encontrarlo. Estaba allí abrazando a una chica, riendo con sus amigos. Cuando entonces, él la vio, su cara cambió en ese instante, empujó a la chica y se acercó a Alicia.

—¿Qué hiciste? ¡Confiaba en ti, Carlos!

—¿Qué hice yo? Pensé que era el único, pero no. ¡Tú le enviaste el maldito vídeo a casi todo el colegio! No puedo creer que me hayas hecho ésto, ya no quiero estar contigo.

—¡Fuiste tú, maldito!—estaba apunto de llorar y lo de todo, no sabía si debía creerle.

—No, putita, no me culpes por algo que no hice. Me das asco.—la miró de arriba a abajo, para luego observarla con desprecio.—Quiero que te alejes de mi.

—¿Por qué me haces est...?

—Cariño, ¿me acompañas a mi casillero? Ah...Hola Alicia.

—¿Mica?—preguntó la joven, confundida. Le dijo cariño, pensó Alicia. Su mejor amiga se encontraba abrazando a su novio. O tal vez sólo debía llamarles "ex".—¿Qué es esto?

—Alicia, te presento a mi nueva novia, Micaela.

Y eso fue suficiente para destruir el tesoro que ella llevaba en su interior, su frágil corazón. No podía creerlo, de todo lo que podía pasar, justo ésto y a ella. Corrió lejos de las dos personas que más odiaba, mientras a su alrededor, se escuchaban gritos de desprecio, algunos reían a todo pulmón señalándola y otros se dedicaban a mirarla con lástima, sin siquiera acercarse. No sabía a donde ir, quería estar  muy lejos de todo, quería llorar y llorar. Quería desaparecer del mundo, en ese momento quería morir y olvidar todo.


Alicia, te doy una razón para vivir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora