Si en el mundo hubiera un botón de reinicio, probablemente Alicia lo presionaria. Dos años de mentiras, dos años en vano. Se encontraba en el baño, sentada en un inodoro y llorando. Si bien ella sabía que en algún momento tenía que salir, decidió quedarse allí, volverse polvo y que nadie la encontrara. El sonido de la puerta la alarmó en un segundo, no quería irse de allí. Entonces subió los pies, no sin antes trabar la puerta del cubículo.-Nati, deberías comer un poco menos ¿no crees?
-¿Tan gorda me veo?
-Bueno, no tanto como Aliciapechosperdidos, es un asco. ¿No pensó en ponerse una mascara?
-De verdad, ella es una puta.-rió.
-¡Ojalá se cambie de colegio, no quisiera verla todos los días e imaginarme su vagina en la cara! De verdad, una prostit...
Y no escuchó más, abrió con rabia la puerta y se fue de ahí. Ignorando las risas de esas adolescentes. La realidad al salir fue que todos la miraban o, Alicia se estaba volviendo loca. Los gritos obscenos retumbaban en sus oídos y las miradas de algunas personas, como si ella fuera un pedazo de mierda, hizo que lágrimas comenzaran a brotar de sus ojos. Quería irse de ahí y olvidar todo, volverse fantasma en su casa. Mientras la bulla seguía, unas manos se apoyaron en los hombros de Alicia, pensó que alguien iba a hacerle daño pero entonces una voz se acercó a su oído. Era la directora, diciéndole que la acompañara.
-¿QUÉ PENSASTE AL HACER ESTO NIÑA? ¿QUÉ TODO ESTARÍA BIEN?-esa era su madre, la había llamado la directora. La muchacha sólo quedó en silencio. No pensó nada... -¡¡ALICIA!!
No lo pensó...
-Señora, no le gr...
-No lo pensé.-contestó Alicia con la cabeza gacha y su tono de voz bajo. Sentía dolor en el pecho, decepción y odio. Todo al mismo tiempo.-¿Mamá, podemos irnos? ¿puedo no volver más?-dijo la muchacha al borde del llanto.
-No lo sé, ¿directora, podemos cambiarla de colegio, ahora, si es posible?
-Mire señora, en éste momento es imposible cambiarla. Estamos en tiempos de exámenes. Además, no creo que otros colegios la acepten, lo mejor sería esperar un poco o...repetir el año.
-No, claro que no. Ella podrá soportar ésto.
-Mamá...
-¡Silencio Alicia!-gritó su madre. Nadie le preguntó a ella si estaba bien. Quería irse, desaparecer por completo.-Directora, ella volverá el lunes, estará mejor. Ahora, si nos disculpa, debo volver al trabajo.
El camino a casa fue horrible. El silencio se apoderó del vehículo. Ninguna de las dos emitió una sola palabra. Alicia porque no tenía ganas de nada, y su madre porque sentía que si habría la boca todo se volvería un infierno y quería oprimirlo por ir conduciendo.
Al llegar, Alicia, salió disparada a su casa no sin antes escuchar el "Hablamos cuando vuelva, señorita" de su madre. Tiró su bolso en medio de la sala y se dirigió a su cuarto. No sentía nada, sólo vacío. O eso era hasta que pudo prender su teléfono y leer los mensajes.
Hola zorrita, me pasaron tu número, te ves tan asquerosa en el vídeo.
Eres una gorda tonta, que puta por Dios.
Matate, Aliciatetasperdidas.
Y así como esos, muchos mensajes más de números desconocidos. Pero lo que más la dañó fue ver el chat de Carlos. Y su "visto".
Alicia arrojó con tanta rabia su teléfono contra la pared, que éste quedó destrozado en mil pedazos. Se rompió a llorar en el suelo. Su deseo en ese momento sería morir. Lloró y lloró hasta caer en un profundo sueño.
Pasada la madrugada, la joven en el suelo despertaba. Le dolía la espalda, le ardía la garganta y sus ojos estaban hinchados. Mientras hacía su camino al baño, pensó en todo lo que había pasado. Se sentía perdida, necesitaba encontrarse, sentir algo más que dolor y miedo. Algún escape. Al llegar se miró al espejo, estaba hecha un desastre. Se sentía humillada, débil y gorda. Eso que todos repetían.
Gorda...
Puta...
Y allí venían las lágrimas, volvió a llorar en el suelo desesperadamente. Eschuchaba los gritos de todos burlandose de ella, no paraban. Alicia necesitaba hacer algo para callarlos pero no tenía fuerza, sólo aceptó esos gritos, la humillación. Se lo merecía. Entonces, se fué. Las lágrimas habían desaparecido. La joven alegre se había ido. Había sido suplantada por alguien fría. Le hicieron tanto daño que la rompieron por dentro, ni ella misma sabía si volvería a ser la de antes. Ese podría ser un gran error, la lastimarian de nuevo y no quería eso. Para nada. Estaba viviendo un infierno, donde todos la habían abandonado. Donde además de dejarla sola, la humillaron. Los que creía ella que eran sus amigos y... su novio. Si todo volviera a ser como antes, extrañaba estar en los brazos de Carlos, extrañaba su dulzura y como la apoyaba en momentos difíciles. Todo eso era una mentira, al igual que su mejor amiga. Esa fue traición al nivel máximo. Nunca en su vida volvería a creer en ella. Y Alicia se preguntaba en su mente:"¿Ella no lo odiaba?" Todo ese odio eran celos en realidad. Era por eso. Entonces la muchacha se prometió en voz alta:
-Nunca más voy a confiar en las personas.
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Alicia, te doy una razón para vivir.
Roman pour AdolescentsAlicia, acaba de cumplir dos años con su novio. Pero la risueña joven entra en duda cuando, Carlos (su novio), le pide un regalo que no era de su agrado. Ella estaba segura de decir "no". Pero entonces toda su relación se pone en juego. ...