Invitacion Roja

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- ¿ Desde cuando tienes esta batería?- dijo mientras quitaba el humo a nuestro al rededor con la manos.

- ah..no lo se, mas de seis meses creo- dije haciendo una mueca, el olor de una batería explotada de auto era muy distinto al
De una rosa.

El soltó una risita.

- ¿y nunca decidiste cambiarla? Eso es muy osado de tu parte- dijo mirándome.

- ¿Osado?

- Si la batería hubiera explotado mientras manejabas el auto se detendría en cuestión de segundos y hubieras causado un accidente, aunado a que el motor y todas estas partecitas que ves aquí estaban calientes..definitivamente tienes suerte de estar viva- dijo quitándose la chaqueta que traía.

Definitivamente no sabia nada de autos, y si todo lo que decía era verdad tengo que darle gracias a Dios esta noche, estaba pensando en ello cuando empezó a quitarse la camisa.

- ¿Ahora qué haces?- dije viendo su abdomen marcado y su piel desnuda..¡Jane cálmate por el amor de Dios!

- Para cambiar la batería tengo que desarmar la parte que la rodea y que la sujeta a tu bello auto, no pienso mancharme la ropa- dijo dándome su chaqueta y camiseta. Las tome y enseguida camino hacia su auto, cuando volvió traía una nueva batería y herramientas consigo.

- ¿ De donde has sacado todo eso?- dije acercándome más para ver mejor, tenía diferentes llaves a su alrededor.

- No eres la única a la que le pasan estas cosas, y siempre procuro estar preparado- dijo mientras tomaba una llave y aflojaba un tornillo. En cuanto hizo el primer movimiento se llenó las manos de negro, ahora entendía lo de mancharse.

Durante un tiempo estuvimos callados, yo solamente observaba cada movimiento que hacia, me quede mirando como movía cada tuerca, era obvio que sabia lo que hacia, no solo por sus movimientos si no por su cara. Se le veía concentrado, para cuando me di cuenta ya no miraba lo que hacia si no que miraba su cara, jamás lo había visto concentrado se le veía más maduro y de alguna manera más apuesto. Moví la cabeza borrando esos pensamientos y volví a concentrarme en sus manos. De un salto se enderezó y se puso las manos en las caderas.

- Creo que ya esta, enciéndelo- dijo volteándome a ver. Camine hacia la puerta delantera aun con su ropa en las manos. Metí la llave y lo encendí, se escucho el arranque a la perfección y sonreí. Salí del auto y el cerro la
Parte trasera.

El sonrió satisfecho. Quería sonreír con el, incluso abrazarlo por haberme ayudado pero tuve que recordarme a mi misma que el no podía ser nada de mi, ni siquiera mi amigo. No sabia porque se comportaba tan amable de repente, tal vez así era el, de bipolar. Pero eso no significaba que abandonaría mi objetivo, tenía que hacer que me odiara o que al menos dejara de prestarme atención.

- Deberías lavarte- dije observando la mancha negra que tenía dese las manos hasta los codos, también tenía una en el abdomen pero preferí no prestar atención a esa mancha.

- No es necesario- dijo sacando un trapo, lo frotó y la mancha negra se retiró de su piel
al trapo lo suficiente para limpiarlo. Me acerqué para darle su ropa.

- Gracias por ayudarme- dije mientras el tomaba la ropa, intente sonar inexpresiva, me costaba trabajo. Solo quería se cubriera, lo haría más fácil.

- De nada- dijo colocándose la playera y poniéndose su chaqueta encima ¿Quién era esté chico? ¿Y porque de pronto me veía tan débil?? En mi interior consideraba la idea de que él tuviera problemas emocionales.

Di media vuelta y entre en mi auto sin decir palabra, metí la llave y me dispuse a arrancar. El se colocó a lado mío y se recargo en la ventana.

Hola! New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora