La familia

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- Hola- dijo Jake que estaba parado junto a mi lámpara.
Yo me le quede mirando atónita, por un momento me alegre de que fuera el y no Mcolan pero creo que sólo era por que me ponía nerviosa y no quería verlo sin camisa de nuevo, el parecía tranquilo como si hubiera planeado el momento exacto para entrar a mi habitación, cuando demonios entro?!
- Hola, desde cuando estas aquí?- dije estaba aún un poco molesta por no tener privacidad tan siquiera en mi habitación.
- Lo suficiente para haber visto tú grito en la almohada- dijo acercándose a mí.
- No era nada, ya estoy bien- dije para lograr que no preguntara no me sentía con ganas de hablarlo ni sí quiera con él.
- mh...- dijo observándome, no se, tiene algo que le impide creer mis mentiras lo cual eso me frustra.
- Jane, siempre voy a estar a tú lado Ok? Cuándo necesites contarme algo no lo dudes- dijo acariciando mi mejilla.
- Lo tomaré en cuenta, gracias Jake- dije el me sonrió de una manera tierna.
- ¡Hey ! Sabes que te levantara el ánimo - dijo buscando algo en en su mochila que traía colgada no me había dado cuenta - Ahora Srta. Doller déjeme presentarle la mejor novela del mundo - dijo estirando las manos y mostrándome un libro.
- " la respuesta"- dije repitiendo el título una vez que estuvo en mis manos- mire a Jake esperando que me dijera algo.
- Quiero que lo leas, he aquí la razón por la que me encontraste en tus aposentos, tenía que dártelo- dijo alegremente con una sonrisa.
- Wow, la mejor novela eh - dije mirándolo de reojo.
- La mejor, léela y lo veras- dijo guiñando me un ojo.
Yo asentí con la cabeza, Jake se quedo un rato más procuramos no hacer ruido ya que mi papá seguía abajo, platicamos casi de todo de la escuela, la ciudad, incluso prometió darme un paseo turístico, me eche a reír no podía imaginármelo, era gracioso y me hacia sentir mejor. Cuando se fue inmediatamente lo extrañe, pensando que las cosas serían muy diferentes si el fuera el que me pusiera nerviosa, si el fuera el que me gustara y no Mcolan.
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- No puedes obligarme
Era Sábado por la mañana y generalmente son relajantes, a esepccion de este.
- Claro que puedo soy tu padre.
Trataba de convencer a mi padre para que no me llevara a la casa de los Mcolan pero todo lo que le decía o surgiría era inútil o le parecía absurdo.
- ¡No lo conoces es un mujeriego!- dije poniéndome en frente de el.
- Cariño por favor ya hablamos de esto, yo mismo conocí a sus padres no creo que sea tan malo como dices- dijo con aire cansado.
Suspire. Mi padre era terco, terco y más TERCO!! Grrrr
- escucha, no se que te dijo ni siquiera se cuando lo viste o hablaste con sus padres pero mintió el no es un buen muchacho es malo, papá el director lo odia le causa problemas..- bla bla bla eso fue lo que escucho mi padre y entonces fui.
Me llevarían al punto de reunión que era cerca de la escuela ahí me estarían esperando para llevarme a mi hogar temporalmente, mi casa se la había los encargado a las señora Fink que la cuidaría mientras regresábamos. Sólo subí al auto y puse mi mente en blanco, mataría a Mcolan, lo aria en cuanto me diera la oportunidad.
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- ¡Hola!- grito la señora Mcolan cuando nos vio de lejos, su marido nos dedico una gran sonrisa.
- Buenos días- dijo mi padre cuando estuvimos lo suficientemente cerca para que lo escucharán, yo caminaba intencionalmente lento jalando a arrastras mi maleta y con la cara se puede decir, larga .
Mi padre hizo una seña de que caminara más deprisa yo lo obedecí, ya que, pensé, camine hasta estar enfrente de la señora Mcolan.
- Querida eres bienvenida- dijo con una gran sonrisa, yo se la correspondí de igual manera ya que ella sólo era hospitalaria y no tenía la culpa.
- Espero que te guste el pescado- dijo su marido dándome un fuerte abrazó- por que hay mucho- dijo seguido de una carcajada yo me esforzaba por reír con el pero era imposible.
- Hola Doller- dijo Anthony viniendo hacia mi con una sonrisa picarona, yo sólo lo fulmine con la mirada.
- Cariño se buena, me tengo que ir ya- Dijo dándome un beso en la frente.
- Oye cuídate te quiero- dije dándole un abrazó.
- y yo a ti Cariño, ya verás que todo saldrá bien- no se a que se refería con eso, si a su trabajo o a mi repentina estancia con los Mcolan pero decidí no preguntar según el ya había cerrado esa conversación.
Me metí al auto de los Mcolan, muy amplio y cómodo, Anthony estaba en el asiento de adelante su madre estaba al lado conmigo mientras su marido manejaba. Me quede viendo hacia la ventana y apreté contra mi pecho el libro que Jake me había obsequiado, sólo esperaba que esta maldita semana acabara.

El viaje no fue tan largo como esperaba y llegamos, según su madre justo a tiempo para comer, mire la casa, era parecida a la mía sólo que con más años encima, al entrar sentía un ambiente tranquilo y sorprendentemente hogareño. En cuanto entre un montón de niñas se puso a recibirme todos con menos de 10 años de edad aproximadamente unas cuatro.

- Eres la novia de Tony?! Yo soy Michel cuantos años tienes? Te vas a quedar para siempre? Se van a casar??- no podía creer la energía de Michel, era una niña de pelo castaño y casualmente se parecía mucho a Anthony, de hecho cada una de las niñas que tenía enfrente se parecía en algo a el. Anthony la fulminó con la mirada.

- a..h no soy Jane no soy su novia y me quedare un tiempo con ustedes- dije todas me miraron y sonrieron no pude evitar sonreírles cada una era tierna.

Me moví de la entrada para que pasarán los padres de Anthony y el.

- Ya basta Michel deja de acosarla- dijo su madre que la miro de reojo una vez todos adentro.

Mire a Anthony con aire explícito, de todas las posibilidades jamás me imagine que el tuviera tantas hermanas y el fuera el mayor y el único hijo.

- Tuviste suerte a mi me acosa todo el día- dijo cargando a Michel y plantándola un beso en la mejilla, no pude evitar sonreír.

- Oye! Faltamos nodotlas- dijo la más pequeña de todas de unos tres años de edad seguida de las demás que se aventaron encima de el como una cama nueva.

Todas lo abrazaban y el les daba su beso en la mejilla a cada una, está vez me reí porque una de ellas era inquieta y le puso su pie en la cara, el sólo mostró una cara de disgusto.

- Okay ella es Lia, Mia, Juls y la más pequeña es Megan- dijo poniéndolas en fila- Michel es la mayor tiene siete- explicó.

Todas me miraron y no pude evitar sorprenderme porque cada una tenía los ojos azul- verde de Anthony se parecían un tanto a sus padres pero era increíble el parecido con él.

- Hola a todas- dije con una sonrisa.

Hola! New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora