Edwin y otros problemas

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Pensé: date la vuelta y finge estar siega o desmáyate en ese momento y espera a que se vaya. Pero no importaba que hiciera, él ya me había visto y yo también a él. Me quede ahí, viéndolo frente a mi sin saber que hacer o que decir. El parecía nervioso y por un momento llegue a pensar que él fue quien metió ese mensaje en mi casillero, pero neee, no podía ser él. Seguro y el tiene una guarida secreta detrás de la escuela en donde estudia y hace tareas, me descubrí a mi misma viendo hacia el bote de basura. ¿Seria que las cosas no son lo que aparentan, como un bote de basura? ¿Sería una guarida para él? El sonido que emitió él aclarándose la garganta me saco de mis pensamiento y me obligue a mirarlo, pero al verlo a los ojos solo me produjo escalofríos.

- Hola, me alegra que vinieras- dijo y borre automáticamente la idea de que el nunca me citaría detrás de la escuela. Yo no quería verle, de hecho, ¡no quería verle ni en pintura!

- Si..¿sabes que? Acabo de recordar que tengo mucha tarea y también tengo que bañar a mi gato así que porque no nos vamos..- empezaba a moverme cuando el dijo algo que no me esperaba.

- Para mi también esto es raro e incomodo- me detuve y volví a voltear- La verdad es que no supe que mas hacer, y creo que mereces una explicación de lo que paso en casa de Susan- dijo y para este punto no sabia que pensar, se supone que uno continua con su vida después
de pasar un susto así, de hecho debería darme miedo hablar con el, pero el parecía inofensivo.

- Yo..solo quiero que sepas que lo lamento- continuó, y pude ver como se ponía rojo- yo no era esa persona y jamás había hecho algo así con nadie.

Me quede observando su cara, parecía sincero. Una vez escuche decir a mi padre que las personas mas malvadas siempre son conscientes de lo que hacen y aquellas que no lo son siempre merecen una segunda oportunidad. Éste chico me trato con violencia, me asuste y casi quedo marcada; pero al igual que muchos estaba tomado y no sabia lo que hacia.  Tan si quiera él intentaba disculparse. Me límite a suspirar y decidí hacer lo que me pareció bien.

- Oye, ¿por qué no me marcas en la semana? Creo que hay mejores lugares para hablarlo que cerca de los basureros de la escuela- el pareció impresionado ante mi propuesta, supongo que la mayoría de la chicas hubieran dicho otra cosa. Pero yo quería saber que había pasado en realidad, no podía juzgarlo así como así. De pronto su cara impresionada se fue convirtiendo en una sonrisa.

- Claro, por supuesto- dijo sacando su teléfono, le dicte mi número dos veces y cuando estuvo seguro de que lo tenía, el me paso suyo. Se despidió con la mano y se fue alejando, yo solté todo el aire que tenía guardado estar con él me producía cierta tensión.

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Al recordar que no tenía Auto, tome la opción de ir a casa caminando. Tony me había dicho que me lo traería, pero ya había pasado un día y no había señales de mi Ford. Lo de caminar ha sido la peor decisión del mundo, cuando identifique mi querido vecindario quería besar el suelo; esto no solo ocurre después de unas largas horas de vomitar en un avión si no cuando te das cuenta de los kilómetros que acabas de caminar para llegar a tu lindo hogar. En cuanto estuve ceca de mi casa me encontré con la escena mas graciosa del mundo, Tony estaba peleándose con la señora Fink acerca de algo que no podía escuchar. Me acerque lo suficiente para escucharlos y me oculte tras un árbol de la casa vecina.

- Se lo volveré a repetir señora, ¡NO SOY UN LADRÓN! Simplemente quería entrar por la ventana para dejarle esto a Jane en su habitación- dijo señalando el vestido en la cara de la señora Fink.

- A mi no me engañas muchacho, de ser así bastaba con que se lo dejaras en la puerta ¡no intentar entrar a la casa!- respondió la señora Fink levantando la voz, decidí que debía intervenir pero no podía perderme tan maravillosa y graciosa escena.

Hola! New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora