El nuevo taller, el nuevo problema

7 0 0
                                    

La luz del sol me dio en mi ojo derecho, me revolví en la cama queriendo no levantarme; segundos más tarde el despertador se encargó de que no me durmiera ni un segundo más. Con todas mis fuerzas me levante de la cama y me estire, era una sensación fascinante. En mi mente paso el hecho de que ya había estado 2 meses en esta ciudad, lo tome de una manera  feliz pues a pesar de lo que me pasaba con Mcolan, estaba feliz de aun no haberme mudado a ningún otro sitió así que, ¿Por qué no estar alegres?

- Hola New York- dije un poco ronca al momento que volvía a estirarme.

Tome mis sandalias y me dirigí al cuarto de baño. El agua me callo de maravilla y termine mas rápido que de costumbre, una vez seca y con la bata encima fui a mi armario para decidir que ponerme, opte por un pantalón de mezclilla y una blusa color vino, y claro no podían faltas mis VANS.

Baje rápidamente las escaleras, mi padre estaba haciendo el desayuno, como siempre; una vez que se dio cuenta de mi presencia me lanzo una sonrisa.

- Buenos días cariño, quieres..¿huevo o Hamburguesa?- preguntó mientras movía de la cazuela una carne asándose.

- ¿Esta bien si como algo en la escuela? Tengo que llegar temprano- el me miro con sorpresa, generalmente desayunaba algo antes de irme.

- ¿De acuerdo?..pero llévate al menos una manzana o una banana, no quiero que vallas con el estómago vacío a ninguna parte- asentí y fui a tomar una manzana, la banana había adquirido mucha política para mentes pervertidas, no pensaba llevarla a clase.

- Te quiero, te veo en la tarde- le di un beso en la mejilla y salí disparada hacia la puerta.

----
Me estacione lo más cerca que pude de la salida del estacionamiento, no quería combatir con la fila de carros que se peleaban por salir a la misma hora. Salí del auto y me puse una sudadero gris encima, además de mis audífonos. Estaba lista para otro día.

Era un poco temprano así que no había muchos chicos en los pasillos. Me dirigí al mío y saque mis libros de biología, estaba disfrutando de Rolling in the deep cuando una mano me toco el hombro.

- ¿te gusto mi regalo?- Mcolan estaba sonriéndome con su mirada "encantadora", no había abierto su regalo, iba a abrirlo ayer...

Aún tenía puesto los audífonos, saque mi Iphone y puse pausa a la canción. Me los retire y fingí que no lo había escuchado.

- ¿Perdón, que?- dije sin mostrar ninguna expresión. No le correspondí la sonrisa.

- Dije, que si ya has abierto mi regalo..- dijo observándome de arriba a abajo, éste no era mi comportamiento usual, me reí de que se mostrará algo confundido.

- Ah, no aun no lo abro- era verdad y es que después de todo lo que sabia abrirlo ya no me interesaba. Me miro algo extrañado analizando alguna falsedad, pero no había nada.. esta era yo.

- ¿Jane, estás bien? Te noto algo diferente- dijo acercándose un poco mas a mi, su voz era de preocupación pero a estas alturas ya no podía darme el lujo de creerle todo, voltee arriba de su hombro; note a la distancia que Barbie Margaret nos miraba echa una furia, como deseaba hacerle entender que no tenía que preocuparse de nada, murmuraba con sus amigas algo que no logre escuchar, pero sabia que era sobre mi.

- Si perfecta, tengo que irme- dije pasando de lado, rumbo a mi salón. El me tomo del brazo y me arrastro hacia los casilleros con brusquedad. Me pegue con uno de ellos. Le lance una mirada acusadora.

- Vale, dejémonos de jueguitos Doller, se que escuchaste todo- su mirada había cambiado estaba encaprichado y algo molesto, quiere que me deje de juegos, bien.

Hola! New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora