-Eres muy impulsivo a veces –comentó Samuel con una sonrisa en el rostro mientras abría la puerta de la casa.
-Antes de ti no era así. Me gustaba tener todo bajo control. Además –quiso agregar a la vez que se recostaba en el sofá-, eres muy besable.
-¿En la camioneta me veía besable? –rio.
-Muy besable. Me trajiste a un lugar que me gusta mucho, tenía que agradecerte de alguna forma.
-Fue el mejor agradecimiento que podría imaginar.
Ambos rieron. Mientras Samuel preparaba una pequeña merienda con cosas que estaban ya listas, Guillermo se quedó observando el interior de la cabaña. Se percató de que faltaban fotos en las paredes, pero no pudo recordar cuáles.
-Aquí está. Compré algunas cosas ayer para preparar aquí –explicó Samuel mientras se sentaba al lado de Guillermo y dejaba la bandeja con la merienda sobre la pequeña mesita de madera frente a ellos-. Entre los planes de hoy está cocinar juntos.
-Uf, esperemos que no se queme la casa –Guillermo miró todo lo que estaba servido en la bandeja. Al percatarse de que había gominolas de unicornio, no pudo evitar sentir ternura por pensar en que Samuel las seguía comprando- ¿Qué es esto? –dijo apuntando unos pequeños dulces de colores que estaban sobre un plato.
-Macarrones. Son unos dulces muy buenos. Tienes fruta picada, jugo recién exprimido y chucherías.
-Me gusta. Gracias –respondió para luego probar un bocado de los macarrones-. Están muy buenos.
-Soy un buen chef –volvió a reír.
Disfrutaron de la comida mientras conversaban y discutían sobre lo que a cada uno le gustaba. Música, libros, videojuegos, ciudades. Fue muy grato para ambos descubrir que tenían varias cosas en común.
-Así que Ricky Martin y Marc Anthony... -recalcó Guillermo con picardía- Bueno, los CD's eran tuyos entonces –rio.
-Así que te gusta cantar y grabarte... Katy Perry, Coldplay... Vaya, vaya... -se burló Samuel.
-Bueno, bueno. Basta –también rio.
-¿Te gustó todo lo que comiste? –quiso saber.
-Sí, estaba todo muy bueno. –Guillermo respondió echándose a la boca el último bocado de fruta que quedaba en el pocillo- ¿Puedo preguntarte algo?
-Ya lo estás haciendo...
-Ehjé –sonrió-. ¿Dónde están las fotos que faltan? –preguntó mirando las paredes del interior.
-Ah, las fotos... -Samuel echó una mirada rápida a su alrededor- Quiero ponerlas en mi departamento en Barcelona.
-Ah... pero, ¿volverás aquí?
-Claro, sólo que en Barcelona las veré en más ocasiones. –Samuel sonrió y se acercó a Guillermo para rodearlo con su brazo. Lo miró directamente a los ojos y sonrió. Este se sonrojó pero finalmente, terminó acobijándose en el pecho de Samuel. Él a su vez, reclinó su cabeza suavemente en la coronilla de Guillermo. Sus respiraciones, suaves y pausadas, estaban sincronizadas.
Se quedaron así unos minutos. Guillermo le contó un poco de su niñez, cuando iba de vacaciones con sus padres al campo. Ayudaba con la siembra, araba la tierra y le gustaba ver cómo su padre se subía al tractor. 'Por eso me gusta este lugar' comentó. 'Me recuerda a mi infancia.'
-Volvamos a ella entonces –agregó Samuel mientras se ponía en pie.
-¿Cómo?
-Acompáñame –Salió por la puerta principal y caminó rápidamente fuera de la casa. Guillermo lo siguió. Iba de camino a lo que él creía era el establo.
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De Azúcar Y Nieve (wigetta)
FanfictionGuillermo, un chico que oculta una etapa oscura de su vida, se ha acostumbrado a vivir consigo mismo y las pocas personas que lo rodean. Sujeto a la rutina y a su cuaderno que lo ha acompañado desde siempre, intenta sobrevivir cada día de su vida. F...