-ven aquí- me ayudó a bajar y acomodó mi cabello despeinado por el casco, otra vez comenzó mi taquicardia, ¿Qué me pasa?, su mano aún seguía penando mi flequillo, con brusquedad lo aparte y comencé a caminar, harry me siguió no sin antes decirle a su est.upida motocicleta “Vicky ya volvemos”.
-amargura, ¿alguna vez te has subido a una rueda de la fortuna?- negué, así de aburrida fue mi infancia supongo, casi no tenía amigos y si los tenía eran solamente chicos, juntarme con chicas me parecía muy complicado, por lo que sé jugar futbol americano, basquetbol, y sé surfear también.
-entonces vamos- me tomó de la mano y entrelazó sus dedos con los míos, no había mucha fila para el juego por lo que subimos a una cabina sin problemas, odio las alturas, ¿Por qué siempre termino al lado de harry montada en un pedazo de metal que creo que me matará?, oh si, el guión, todo sea por el mal.dito guión.
-¿esta cosa es segura?- los ojos verdes de harry se encontraron con los míos, y no hay cosa más incómoda que ver a alguien a los ojos, sobre todo con unos ojos tan bonitos.
-se llama rueda de la fortuna, ¿Por qué a todo lo llamas “cosa”?- rodé los ojos harta de las correcciones de harry.
-porque son cosas… dime, ¿es seguro?- él asintió exasperado, cuando el juego prendió tomé la mano de harry y la apreté cerrando los ojos.
-no disfrutarás si cierras los ojos, ábrelos, prometo que no caerás- lentamente abrí primero un ojo y luego el otro, estábamos pasando por la cima, se veía el mar desde ahí como si en cualquier momento fuera a caer dentro de él, pero había una mano sosteniendo la mía con suavidad entonces no sentí más miedo. Harry me sonreía cuando bajamos de la rueda de la fortuna y yo quería volver a subir.
-luego volveremos, ahora hay que ir a comer- desde que habíamos bajado en ningún momento me soltó la mano y por mucho que me cueste admitir en el fondo yo no quería que él me soltara tampoco.
-estuve pensando en el tiempo que tenemos para volverte una romántica, opino que cada día fuera como si cumpliéramos un mes, así tu subconsciente lo tomaría como si hubieras estado conmigo por más de un año- la idea de harry no está tan mal, su lógica tiene sentido.
-de acuerdo, tú eres el experto aquí, ¿Qué hacemos ahora?- harry se encogió de hombros.
-lo que tú quieras, tú elijes esta vez- ¿yo, elegir?, nunca nadie me había dado elección, bueno ni si quiera mis padres, siempre teníamos que ir a donde ellos quisieran, y ni hablar de mis anteriores novios, siempre me llevaban a partidos de basquetbol, lo cual no me desagradaba, pero a veces me hubiera gustado caminar por la playa y ton.tear como las parejas de las películas.
-¿podemos ir a la playa y solo caminar?- harry asintió, el mesero trajo la cuenta y ambos sacamos nuestra billetera al mismo tiempo.
-yo pago- me contestó regalándome una sonrisa, por supuesto que no dejaría que pagara, tampoco soy tan abusona.
-no, yo pago, después de todo tú estás ayudándome- su mano hizo a un lado mi dinero y él puso el suyo dentro del folder que te dan para pagar.
-soy tu novio ¿o no?- el mesero se llevó el folder y nos levantamos para irnos, por lo menos yo dejé la propina.