v e i n t e

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Un rayo de sol atraviesa las cortinas y choca en mis ojos. Suelto un gruñido y me doy vuelta. Palpo el lado de Alex pero me doy cuenta de que no está.

—¿Alex?—pregunté en voz alta. Silencio. Volví a gruñir y me levanté. Recogí ropa limpia y entré al baño. Me dí una ducha corta y amarré mi cabello castaño en dos colas y las enrollé haciendo unos tomates. Amarré bien mi cabello y me maquillé ligeramente. Arreglé por última vez mi ropa y salí de la habitación. Guardé la tarjeta en mi bolsillo y tomé el ascensor. En unos segundos llegué al primer piso y atravesé el lobby hacia el comedor.

—¡Arianne!—exclamó Matt haciéndome señas al fondo del comedor. Estaba con Breana y Jamie. Yo sonreí y me acerqué a ellos.

Matt se levantó de su asiento y me ahogó en sus brazos.

—Discúlpame Ari, de verdad lo siento mucho—dijo apretujandome.

—No pasa nada Matt—dije separándome de él y sonriéndole. El me sonrío de vuelta y se sentó.

—Buenos días chicos—dije tomando asiento al lado de Jamie. Breana estaba a mi otro lado y me abrazó.

—Buenos días—me respondieron ellos.

—Me muero de hambre, iré a buscar comida—dije levantándome.

—Te acompaño—dijo Jamie levantándose. Caminamos juntos hacia la comida y mi estómago se revolvió de tanta comida.

—Dios, es tanta comida—dije quejumbrosa.

Jamie soltó una risa y asintió.

—Te entiendo, iré por los panqueques—dijo alejándose de mi. Yo me acerqué y analicé la comida. Había una fuente larga con muchas frutas, unas cuantas tortas, cereales, yogurth, jugo natural, agua mineral, bebidas, queques, muffins, helado, unos snacks, panqueques y al otro lado de todo eso había una cafetera con variedades de café encima, leche de diferentes sabores y una tetera, con una caja llena de diferentes tés. Me decidí por frutas, cereal con leche blanca, dos muffins, una torta de panqueque y un jugo de naranja. Cuando terminé con mi bandeja fui hacia donde Jamie que se servía muchísimos panqueques.

—¡Jamie!—exclamé riéndome fuertemente. —¡Piensa en los demás!—dije negando. El me miró y sonrío.

—Lo siento, los panqueques son mi debilidad—dijo riéndose y tomando un bote de salsa de caramelo y echándole un poco a sus panqueques. Examiné una pequeña estantería con salsas de chocolate, frutilla, caramelo y otros sabores que no me interesaban. Tomé el bote de chocolate y lo abrí.

—¿Lista?—dijo Jamie.

—Si, vamos—dije echando un poco de salsa de chocolate en la fruta y dejando el bote en su lugar. Volvimos a la mesa y nos sentamos.

Breana silbó al mirar mi desayuno.

—Saldrás rodando de aquí—dijo riéndose. Yo me encogí de hombros y comencé a comer mis frutas. Me detuve un poco.

—¿Alguno de ustedes sabe donde está Alex?—dije tragando mi fruta.

—Creo que fue al centro comercial con Nick y Kelly—dijo Jamie tomando de su café. —Katie está roncando en nuestra habitación—dijo burlón.

—Debe estar cansada de tanto que bailó ayer—dijo Breana riéndose mientras bebía su jugo de frutilla. Yo sonreí y seguí comiendo.

—Me encontré con Arielle—dije tragando un trozo de torta.

—¿Enserio?—dijo Matt mirándome. Yo asentí. —¿Cómo reaccionó Alex?—me presionó con la mirada.

—No dijo nada, Arielle se fué por si sola, pero Alex se enojó conmigo. De hecho, Arielle me salvó la primera vez del chico que casi me viola. Luego me ignoró y salí enojada del bar, ahí fue cuando me topé con el mismo chico y Alex me ayudó—dije encogiéndome de hombros.

—Dios santo—dijo Jamie tomando de su café.

Conversamos por un rato hasta que llegó Nick y Kelly.

—Hola chicos—dijo Kelly y se sentaron junto a nosotros.

—¿Qué tal el paseo?—dije comenzando a devorar mi helado.

—Había muchísima gente—dijo Nick soltando un suspiro.

—¿Y Alex?—pregunté.

—Está en la habitación, ya debería estar bajando—yo asentí. Nick y Kelly se fueron a servir desayuno y al rato llegó Alex.

—¡Alex!—exclamé lanzándome a sus brazos. El se rió y besó mi frente. Nos sentamos y Alex fué a buscar algo para comer. Yo seguí comiendo lo que quedaba de mi desayuno, lo cuál no era mucho.

—Ese hombre te tiene loca eh—dijo Breana levantándome las cejas. Yo solté un suspiro y asentí efusivamente.

—Tú lo tienes vuelto loco sabes, todos los días habla de ti, relaciona todo contigo y me ha dicho que ha comenzado a escribir canciones para ti—dice Jamie guiñandome un ojo.

—¿Es enserio?—dije dejando los cubiertos ordenados en mi plato vacío. Jamie asiente y no puedo evitar sonrojarme. ¿Alex escribiendo canciones para mi? El me dijo que terminada la gira se tomaría un descanso, pero, ¿para qué seguir escribiendo música? Sacudí mi cabeza y recogí mis platos y llevé la bandeja a la cocina. Puse mi bandeja en una cinta y la cinta se comenzó a mover hasta llegar a una pequeña ventanilla que supuse que era la cocina y me fui a sentar. Conversé un rato con los chicos hasta que Alex terminó de desayunar.

—¿Vienes conmigo?—me susurró Alex al oído. Yo lo miré y asentí.

—Provecho chicos, nos vemos más rato—dije levantándome. Ellos se despidieron de mi y tomé la mano de Alex. —¿A dónde vamos?—dije mirándolo atentamente y el me sonrió.

—Primero a la habitación, tengo un regalo que darte—dijo sonriente. Comenzó a guiarme a través de los pasillos y tomamos el ascensor.

—¿Qué es el regalo?—dije apretando su mano.

—Sorpresa—dijo cantarín mientras se abrían las puertas del ascensor. Caminamos hasta nuestra habitación aún tomados de la mano.

—Cierra tus ojos—me ordena Alex. Yo cerré mis ojos sin espiar. Sentí que Alex soltó mi mano y caminó a través de la habitación. Volvió unos segundos después y se acercó a mi.

—Extiende tus manos—me pidió Alex.

—¿Es una bomba?—dije riéndome mientras que Alex depositaba una ligera caja en mis manos.

—Te aseguro que no lo es—dijo riéndose. —Abre los ojos—me ordenó.

Abrí mis ojos rápidamente y parpadeé un poco. En mis manos había una pequeña caja celeste, con un lazo azul oscuro. Miré a Alex y le sonreí. El me sonrió de vuelta y dirigí la mirada a la caja nuevamente. Pasé mis manos suavemente por el material y llegué a un extremo de la caja y comencé a abrirla. Dentro había una cadena dorada y un broche con una flor blanca. La cadena tenía un pequeño colgante con un corazón plateado y con perlas pequeñísimas.

—Dios Alex, es hermoso—dije aún mirando las joyas.

—¿Te gustaron?—dijo sonriente. Yo asentí enérgicamente, dejé las joyas en una mesita de entrada y me lancé a los brazos de Alex. Lo besé suavemente y el sonrió en la mitad del beso. Lo volví a abrazar y apoyé mi cabeza en su pecho.

Lo solté y acerqué mis manos a la caja nuevamente, cerrándola.

—Para ocasiones especiales—le dije a Alex guardando la cajita en la mesita de noche. Me volví a acercar a él y tomé su mano.

—¿Salgamos?—dije mirándolo. El sonrió y asintió. Abrió la puerta y salió detrás de mi, cerrando la puerta. —Es nuestro último día en Brasil, hay que aprovecharlo—dije encogiéndome de hombros y pidiendo el ascensor. Entramos al ascensor y este comenzó a descender rápidamente.

Ando muy lenta para hacer capítulos, lo se que me pasa LLGFLÑNC

Do me a favour {Alex Turner}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora