Do me a favour {Alex Turner}

v e i n t i d o s

tápese los ojos si es santo porfavor

Caminamos por el pasillo en silencio y llegamos a nuestra puerta. Alex sacó la tarjeta de su bolsillo y giró la manilla. Cerró la puerta detrás de el y yo me lancé a la cama.

—¿Cuándo nos vamos?—dije frotándome los ojos.

—En unas horas más—dijo sentándose en un pequeño sillón.

Yo me levanté y ordené mi maleta en unos minutos. Alex seguía sentado en el sillón mirando un punto fijo. Cerré mi maleta y me acerqué al sillón.

—¿En qué piensas?—dije rodeando su cuello con mis brazos y dejando un beso en su mejilla. El negó y yo lo solté, rodeé el sillón y me senté encima de él, mirándolo fijamente. El se acercó a mi y junto sus labios con los míos en un beso poco apresurado. Me sujetó de la cintura y yo puse mis manos en su pecho. La velocidad del beso se intensificó y la temperatura comenzó a subir. Alex quitó mi blusa y me dejó en sujetador. Moví mis caderas de adelante hacia atrás mientras sentía como crecía el bulto en su pantalón. Saqué su camisa y pasé mi mano por su marcado abdomen. Volví a besarlo y enredé mis manos en su cabello. El me levantó mientras nos seguíamos besando y me cargó hasta la cama. Me depositó suavemente y me atrapó entre sus brazos. Sacó mi ropa interior y la suya y entró dentro de mi. Se tiró sobre mi y comenzó a moverse. Yo gemía en su oído y el también. Gemí fuertemente y el salió de mi, desparramándose al lado mío en la cama. Ambos respirábamos agitados.

—Eso fue increíble—dijo entre jadeos.

Yo solo me reí. Me enderecé en la cama y lo miré. El me miró y sonrió.

—Te amo—le susurré. El estiró su brazo y me atrajo hacia el. Me rodeó con sus fuertes brazos y me apretó suavemente.

—Yo más, pequeña—dijo levantando mi mentón y besándome suavemente. Apoyé mi cabeza en su pecho y sentí sus acelerados latidos.

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—Hey—sentí que me agitaban. Yo gruñí. Alex comenzó a besar todas las partes de mi cara y terminó en mis labios con un beso suave. Abrí los ojos y me encontré con Al. Tenía el cabello con su típico peinado y estaba vestido. Puse mi mano en su cara y lo empujé mientras me enderezaba. Mire hacia afuera y estaba anocheciendo.

—¿Qué hora es?—dije frotándome los ojos.

—Las 7 de la tarde, tenemos avión a las 8—dicho esto me levanté de golpe y me vestí. Alex me miraba divertido. Corrí al baño y me retoqué un poco el maquillaje y me lavé los dientes. Mi teléfono comenzó a sonar.

—¡Alex! ¡Tráeme mi teléfono porfavor!—exclamé. Alex entró con mi teléfono en su mano. Lo tomé y le sonreí, el sonrió de vuelta y cerró la puerta. Miré el teléfono y era Jayce. Fruncí el ceño y contesté.

—¿Hola?—dije.

—¿Arianne? Oh Dios mío Arianne—lo notaba agitado, y algo se removió en mi estómago. El siguió hablando pero no entendía nada de lo que decía.

—Jayce, respira y explícame más lento lo que pasa—dije ya preocupándome.

—¡Es mamá! Está hospitalizada, tuvo un accidente y necesito que vengas a Nueva York enseguida—el teléfono cayó de mi mano en el momento que dijo tuvo un accidente. La puerta del baño se abrió de golpe y yo me arrodillé en el suelo. Comencé a llorar fuertemente. Sentí que Alex se arrodillaba frente a mi y sujetaba mi cara desesperado. Sacudía mis hombros y me hablaba, pero lo sentía muy lejano. Mi madre tuvo un accidente, y el sólo hecho de perderla me destrozaba. Debía dejar mi orgullo atrás y verla, necesitaba sostener su mano, necesito sus abrazos, esos que me calmaban cuando algo no estaba bien. Necesito un boleto.