A la mañana siguiente, Silvia se removio en la cama cuando algunos leves rayos del sol traspasaron la tela de la cortina, haciendo que se posaran en el rostro de ella. Gruño y puso un brazo sobre sus ojos. Se había quedado dormida. Dios. Se sentía tan estúpida en aquel momento, ¿que habría pensado Jorge sobre ella? Sentía que todo su cuerpo estaba tenso y dolorido, como si hubiese corrido tres maratones. Levanto la sabana que cubría su cuerpo y vio que seguía desnuda. Sonrió al recordar la noche pasada, las nuevas sensaciones que Jorge había ayudado a descubrir y algunas cosas nuevas sobre el, como su lado tierno. Había jurado que ese lado lo había perdido por completo años atrás, pero anoche demostró que aun seguía ahí, no era muy visible o se mostraba mucho, pero sabia que lo tenia.
Se estiro, aun recostada en la cama y se dio cuenta que estaba sola. Solo había un espacio, frío y solo. La pequeña sonrisa en sus labios, pero claro...no podía esperar que el despertara a su lado y la saludará con un beso y un "Buenos días, preciosa" como solía leer en sus novelas románticas. Eso solo pasaba en películas y libros no en la vida real.
Silvia se levanto y camino hasta el baño para ducharse. Jadeo al verse en el espejo, su cabello estaba alborotado, sus labios seguían hinchado y sus ojos tenían un leve brillo en ellos. Podía hasta decir que aunque tenia un aspecto no muy agradable, se veía reluciente. Se sentía en parte feliz y complacida, y por otra avergonzada y extraña. Se ducho y se vistió para salir de su habitación. Cuando paso por la biblioteca unas vividas imágenes pasaron por su cabeza recordando como la había besado y desnudado ahí. Sintió estremecerse hasta que vio su ropa cerca del piano. Sus bragas estaban sobre el teclado al igual que su camisa. Sus mejillas se enrojecieron y se adelanto a recogerlas.
Como pudo olvidarse de ese detalle? Cualquiera podía haber visto sus ropas. Una vez que recogió todo salio de la habitación chocando contra alguien y haciendo que se cayera todo lo que tenia ella en brazos. Levanto la vista,y vio al hombre que la había recibido el día que llego, esta vez llevaba vaqueros negros y una camisa a cuadros, su cabello estaba desarreglado y pudo observar que era apuesto. El miro las ropas en el suelo y se agarró para recogerlo, Silvia se apresuró y puso todo en sus brazos. El joven la miro ceñudo.
-Si esta buscando la lavandería esta por este lado a la cuarta puerta que era el mismo hombre que la había recibido cuando llego. Solo que esta vez no tenia un traje mas pequeño que el sino unos vaqueros negros y camisa blanca, su cabello estaba desarreglado dandole un toque rebelde y Silvia pudo detallar que era apuesto. El joven se agacho para recoger la ropa y ella se apresuró en ponerla de vuelta en brazos.
Fruncio el ceño y la miro extraño.
-Yo..necesito lavar esto -señalo la ropa. El joven siguió mirándola dudoso.
-Tienes que subir las escaleras y veras una puerta blanca. También puedes dejarlo en la cesta de ropa que hay en tu cuarto, como quieras -se escogió de hombros y se fue.
: No soy la autora, esta novela es adaptada, nada es real, solo son personajes.
su regalo de dia de reyes
espero y les agrade besos
perdonen por no actualiarme
pronto
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un mes de placer
RomanceSinopsis La venganza suele ser dulce y aún más cuando el deseo está por el medio. Pero cuando la lujuria y la venganza se combinan. Puede llegar a ser un poco peligroso, pero también excitante.. jorge Salinas un hombre apuesto y más que dispuesto a...