capitulo 12

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Silvia  quedo boquiabierta observando el pedazo de tela que Jorge le había regalado. ¿En serio el pensaba que se pondría aquello? Ni de coña.
Paso un fino dedo por la tela roja, que era casi transparente, del negligé y lo puso sobre la cama. Vio como había otras piezas. Una diminuta braga roja y un sostén de encaje que hacia juego.


Lanzo el resto de las cosas en la cama y termino su magdalena con un bocado. Idiota. ¿No podía esperar aunque sea una noche? O tan urgido se sentía para hacerla usar aquel atuendo.
Desvió su mirada hasta los objetos y levanto el negligé rojo para observarlo mejor. Lo puso sobre su pecho y se acerco a un largo espejo que estaba en un rincón. Una picara sonrisa se asomo en sus labios. Aunque pensándolo se le vería bien... Sacudió su cabeza y pestañeo quitando de su mente el pensamiento.
Le lanzo una mirada asesina al pedazo de tela y lo guardo de nuevo en la caja azul. De ninguna manera se pondría aquello, por nada en el mundo.

Mucho hacia al presentarse en aquel lugar para salvarle el pellejo a su viejo, como había dicho Jorge en la carta. Guardo la caja debajo de la cama y luego se sentó. Aun no entendía que podía ver Jorge  en ella, era algo que no se lo explicaba. No era exactamente una modelo o diosa. Sus senos no eran tan grandes como muchas mujeres y su cuerpo no era muy menudo o esbelto, tenía algunas curvas pero nada de que envidiar. ¿Qué le veía a ella? No podía ser que creía que tuviera alguna experiencia porque no era así. Más bien era una absoluta inexperta en el tema del sexo.

Escucho algunos pasos por el pasillo y su corazón se acelero. ¿Sería Jorge? Mordisqueo su labio y miro atenta esperando que la puerta se abriera. Nada. Los pasos se alejaron, pero su corazón seguía latiendo como loco. Soltó aire y camino hasta el cuarto de baño. Puso su mano en la fría pared y busco el interruptor, cuando las luces iluminaron el lugar, quedo sin aliento. Genial. Aquel baño parecía a aquellos que salían en las revistas y sin duda que era mejor que esos.

Observo la bañera, ducha y el jacuzzi con rapidez. A continuación, lavo su rostro y lo seco con una pequeña toalla. Apago la luz y cerró la puerta del cuarto de baño.

-Hola, mon cher* -dijo una voz totalmente masculina. Silvia se sobresalto.
-¡Carajo! -exclamo y se giro hacia la voz.

Jorge estaba en el umbral de la puerta viéndola, de brazos cruzados y con una sexy sonrisa en la cara. Su corazón automáticamente comenzó a latir con rapidez y se quedo sin aliento al verlo por completo. Santo dios, si diez años atrás el había llegado ser un hombre sexy, aquella palabra no llegaba a alcanzar en aquello momentos. Tenía una camisa azul que se ajustaba a sus músculos y unos pantalones negros que le quedaban de muerte. Su corte de cabello le daba el toque profesional y sus ojos color miel...aquellos ojos miel que siempre habían logrado hecho derretirle de joven la miraban con intensidad. Sin duda que no parecía a un hombre que fuese científico. Más bien parecía un modelo de Levi's. Ella se aclaro la garganta e intento ignorar el nudo que se formaba en su estomago.

-También es un gusto en verte, cher.

*Mon cher: Significa 'mi querida' o 'mi amor' en francés.

: No soy la autora, esta novela es adaptada, nada es real, solo son personajes.


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