Silvia volvió a entrar a la oficina de Jorge pero esta vez se percato que no había nadie acompañándolo. Sus mejillas se sonrojaron al pensar en como entro. ¿Qué habría pensado el amigo de Jorge?
Como siempre Jorge estaba detrás de ese escritorio. Cerro la puerta y se sentó frente a el.
-Lo siento -se disculpo ella. El alzo una ceja, confuso.
-¿El qué? -Haber entrado gritando -bajo la cabeza- no sabia que tenias compañía.
Hizo una mueca y se mordisqueo el labio. El sonrío deleitándose de la tierna expresión de ella. Dios. Como podía parecerle tan jodidamente sexy pero a la vez tan inocente y tierna. Su inocencia le quedaba tan bien que extrañamente le ponía duro. Como siempre. Estiro su brazo y acaricio su mano.
-No importa. Solo tuve que intentar sacar los ojos de Tommy sobre ti -su estomago se encogió en volver a pensarlo- Eres muy hermosa, además dice que eres buena.
Sus ojos brillaron dándole otro toque de ternura.
-creo que el mundo entero debe de estarme buscando incluyendo a mis amigos pues nadie sabe que estoy aqui, solo lo sabe mi padre. Estoy oficialmente desaparecida -sonrío divertida.
-Si tan solo supieran que has estado haciendo -le devolvió la sonrisa con un tono pícaro. Ella se sonrojo- Me encanta cuando te sonrojas.
Ella volvió a sonrojarse aun mas. Jorge río por lo bajo.
-Eres demasiado hermosa. Se miraron por un momento y un silencio incomodo comenzó a crecer entre ambos. Ella pudo casi jurar que las miradas de Jorge eran de adoración.
-¿Por que estabas molesta? -pregunto el de repente. Ella tomo aire, soltó lo que contenía sus pulmones y comenzó a hablar sobre lo ocurrido quitando la parte sobre que mencionaba a la otra mujer en su vida, su estomago se encogía en tan solo pensarlo y por alguna razón no creía que era el momento para preguntarle quien era ella.
-Hablare con Markus luego, no tiene ningún derecho en insultarte -dijo con su mandíbula apretada y sus rasgos tensos. Estaba molesto. Silvia quiso sonreír al notar que la defendía y decidió cambiar el tema.
-¿Porque pasas tanto tiempo en esta oficina? -Jorge pasaba todo el tiempo en ese lugar y ya se preguntaba. El carraspeo buscando una respuesta. Nadie sabia en que proyecto trabajaba, era secreto.
Pero al mirar a Silvia sintió que podía confiar en ella, algo en Silvia hacia que se sintiera relajado como si estuviese de vacaciones. -Sígueme. Se levanto y se acerco hasta la puerta, casi escondida, que se encontraba en una de las esquinas de su oficina. Silvia frunció el ceño al ver como el ponía su mano sobre un pequeño aparato electrónico y en seguida la puerta se abría.
Siguió a Jorge por el pequeño pasillo y lo vio poner una contraseña haciendo que otra puerta se abriera. Silbo por lo bajo por lo que veía. Era como una pequeña ciudad tecnológica. Había aparatos por doquier, algunas cosas cubiertas con una manta encima, herramientas esparcidas por el suelo y computadoras. Definitivamente Jorge estaba forrado de dinero. Se volvió hacia a el y lo miro sorprendida.
-¿Esta es tu respuesta? -el asintió.
-Trabajo en un proyecto con el gobierno -señalo unos planos sobre una mesa. ¿Acaso eran...?
-¿Armas?
El paso una mano por su cabello.
-No cualquier arma, sino armas nucleares. Pueden parecer inofensivas a simple vista pero están creadas simplemente para destruir.
-Eres como un tony Stark.
Jorge rio ante la referencia del protagonista de Iron Man.
-Algo así.
-¿Para que el gobierno quiere armas?
-Guerra. Rusia y Estados Unidos están planeando una posible guerra y el gobierno me encargo de hacer armas nucleares mas potentes.
-¿Pero porque aceptaste hacer armas para guerras? -pregunto sorprendida.
Jorge se encogió de hombros.
-Soy un enfermo. Silvia rio.
-¿Sabes que esto no se lo puedes decir a nadie? Eres la primera en saberlo. -confeso. Los ojos Verdes de ella se abrieron, le estaba confiando algo a ella que nadie mas sabia. Un nuevo sentimiento de alegría creció en ella, haciéndola sonreír.
-No lo hare.
-Confío en ti -dejo ver una sexy sonrisa que derritió a Silvia por completo. Sin poder evitarlo estiro una mano y acaricio su pecho mientras se acercaba. El retiro su mano con delicadeza.
-No me provoques no puedo ensuciar mi lugar de trabajo - Silvia mordió su labio y froto su cuerpo contra el. Escucho su gruñido y rio- Estas jugando con fuego, Silvia.
Bajo una mano desde su duro abdomen hasta su entrepierna. Se inclino hacia el y planto un suave beso en su cuello junto a un mordisco, luego subió hasta su oído y susurro.
-Entonces deja que me queme.
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un mes de placer
RomanceSinopsis La venganza suele ser dulce y aún más cuando el deseo está por el medio. Pero cuando la lujuria y la venganza se combinan. Puede llegar a ser un poco peligroso, pero también excitante.. jorge Salinas un hombre apuesto y más que dispuesto a...