La multitud de gente en el centro de México era sorprendentemente espesa, las calles estaban transitadas por diferentes coches y las aceras llenas de personas por doquier. A Silvia no le hubiese sorprendido si alguien se desmayaba entre las personas. Jorge paso su brazo por los hombros de Silvia y la acerco mas a su cuerpo. Se sentía tan genial poder caminar con el y reír como si en verdad fueran una pareja. Ojála. Ella suspiro y le sonrío cuando él dijo algo, cerro un poco su chaqueta por el frío que empezaba a colarse por su piel dandole escalofríos.
-Hace frío -murmuro ella.
-Ni que lo digas, ¿quién diría que la ciudad de México estaría tan fría? Siempre pense que era mas un lugar cálido que frío.Ella asintio y señalo con su dedo un local.
-¡Mira, Starbucks! -dijo la ojiverde sonriente.
Jorge pellizco su mejilla y la llevo hasta el local.
-Pareces una niña pequeña emocionada por su muñeca -le dijo divertido.
-Te digo, nunca crei emocionarme tanto en encontrar un Starbucks acá. Siempre ha sido mi delirio y sin ofender, pero estar dos semanas encerrada en tu casa no me ayudaban en nada.
-Pero no pones resistencia alguna, sabes que te gusta cher -guiño su ojo y pidió un Moccacino y un café solo, junto a una magdalena de chocolate.Silvia le dio un mordisco a la magdalena y digusto su sabor.
-Hmm, no es tan buena como las de petra pero es algo.
-Nadie mejor que petra.
-Claro que si, cocinas como profesional -señalo- sería genial que pudiera llevarte a ti o a petra hasta mi casa -dejo escapar un suspiro y su sonrisa se torno en una mueca.Jorge solo la escucho, sin responder, acarició su mejilla y llevo un mechon de cabello detras de su oreja.
El también deseaba poder irse con ella.-¿Te gustan los caballos? -ella lo miro con un brillo en los ojos, eso le respondía a todo.
-Me encantan.
-Vamos, te mostrare algo -sonrío y sostuvo su mano.Caminaron unos cuantos minutos hasta llegar a un lugar donde había unos cuantos puestos donde había mujeres con sus tarjetas de Tarot y pinturas de artes, algunas tiendas de tatuajes y piercing y por último paseos en caballos. La cara de silvia se ilumino a ver los caballos atados a un carruaje, siempre le habían encantado los carruajes. Apreto la mano de Jorge en la suya y luego de haber pagado ambos se montaron en el carruaje. Cuando el caballo comenzo a andar ella miraba fascinada el paisaje. Aunque estaba todo un poco oscuro lograba ver gran parte. Sonrío. Jorge era tan considerado con ella, generoso, amable y además era un amor.
-Gracias -susurro y apoyo su cabeza de su hombro.
-No tienes porque agradecerlo, cher -sonrío.Estaba completamente enamorada de él, en su interior aquella declaracíon la hacía sentir tan cálida y a gusto con ella misma.
"Cuando se ama, el corazón es el que juzga" le había dicho una vez su profesora de Literatura. Se aseguraba que Jorge sentiría lo mismo y decidió dar el primer paso. Se lo diría. Así tal vez ambos podrian comenzar una vida...juntos.Cuando el caballo se detuvo Jorge la ayudo a bajarse, Silvia se le abalanzo encima y le dio un beso. El casi cae ante la sorpresa y respondio al beso pasando sus manos por su cintura.
-Debería darte un paseo en caballo mas a menudo -dijo divertido.
-Jorge...
-¿Si?Ella tomo aliento y se dio fuerzas para decir esas dos simples palabras. Todo cambiaria, de eso estaba segura pero esperaba que fuera para bien.
-Te amo.
ESTÁS LEYENDO
un mes de placer
RomanceSinopsis La venganza suele ser dulce y aún más cuando el deseo está por el medio. Pero cuando la lujuria y la venganza se combinan. Puede llegar a ser un poco peligroso, pero también excitante.. jorge Salinas un hombre apuesto y más que dispuesto a...