capitulo 34

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reproducir- crazy in love,  para comenzar a leer 


Las palabras salieron de su boca de una manera sensual, suave y ronca. Silvia se estremeció y le fue casi imposible contenerse, lentamente llevo sus manos a uno de los tirantes rojos del vestido y lo bajo con lentitud.

Repitió lo mismo con el otro en el mismo movimiento, Jorge gruño y comenzó a quitarle el vestido, con rapidez, primero con sus manos y luego el resto con sus dientes. Cuando Silvia quedo solamente con sus tacones y bragas sintió su cuerpo dominado por una nueva ola de calor que luego se acumuló en sus mejillas, enrojeciéndolas.

-Así está mejor.

La recostó en la cama y la volvió a besar de aquella manera dulce que tan solo él podía hacer y acaricio su cuerpo como si fuera de porcelana. Cuando ella soltó un gemido el sonrió y bajo su mano hasta el centro de su placer. Ella lo detuvo y lo empujo a él en la cama, quedando ella encima de su duro abdomen.

-¿Qué estás...? -ella poso un fino dedo en sus labios.

-Es mi turno de tomar las riendas. -dijo Silvia robándole una carcajada.

Beso y mordisqueo su cuerpo por completo deleitándose cada vez mas de él. Bajo dejándole besos en su abdomen hasta su vientre, saco con rapidez su cinturón y pantalones para luego liberarlo. Se mordió el labio al observar su erección.

-¿Te gusta lo que ves?

Se inclino hasta el oído de Jorge y susurro, mandando olas de placer a su miembro. -No tienes ni idea, cariño.

Cuando lo tomo entre sus manos Jorge sintió que todo el aire de sus pulmones lo abandonaban dejándolo solamente con la excitación y sangre corriendo rápida y furiosamente por su cuerpo. Las manos de ella lo acariciaban de un modo que hacia su cuerpo arden en llamas dejándolo hecho cenizas.

La Ojiverde lo beso otra vez fogosamente sin dejar de acariciar su pene aun más. Abandono sus labios y dejo de acariciarlo para luego volver a posar su cabeza entre sus muslos. Jorge suspiro y sonrió al sentir su respiración sobre su longitud ya dura. Ya sabía lo que venía y estaba más que deseoso.

En ese momento cuando espero que Silvia lo tomara entre sus carnoso labios, ella rio y se alejo de un salto. El la miro perplejo cuando ella comenzó a coger su vestido y acercarse a la puerta.

-¿A dónde vas? -espeto él.

-A mi habitación, esta es mi venganza por lo del restaurante -le guiño el ojo- Que tengas dulces sueños.

Le lanzo un beso y abandono la habitación.

Se encontró a si mismo sonriendo como estúpido al conocer su lado juguetón y vengativo. En verdad lo había dejado duro y excitado. Maldita fuera esa mujer ¡lo estaba volviendo loco! Y no de una mala manera. Todo lo contrario y eso era lo que más temía. Si, cuanto antes el lograra sacar a Silvia Navarro de su vida las cosas no llegarían a complicarse.

un mes de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora