Chapter 68: [Recuerdos de Cenizas]

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—Ann ¿cariño? si pasa algo puedes decirnos, ¿Ann?—escuche detrás de la puerta las voces de mis padres.

Pero seguía sin querer hacer siquiera un movimiento, no quería ni quitar la vista de la ventana mientras yacía recostada en mi cama, este dolor me estaba matando cada segundo del día, de la noche, y no había nada con que borrarlo, aun me seguía preguntando que era lo que había pasado.

—Solo déjenme sola, por favor— dije. Pero parecía inútil cuando abrieron la puerta,  —sabes muy bien que no te dejaremos sola... eres nuestra hija y no queremos que algo te pase, puedes decirnos si es que algo malo sucede cariño...— aclaro decidida mi madre, mi padre se acerco hasta donde estaba yo y se hinco en el suelo,  —Ann... ¿que pasa?... si es algo malo puedes decirnos, trataremos de ayudarte en lo que podamos... solo dinos— replico mi padre en un tono de lo mas triste que había escuchado en el, mi madre se sentó a un lado mio.

—No sucede nada papá, ese es el problema, que no paso nada, y s-solo necesito que me comprendan... que me siento mal... necesito estar sola—respondí, me senté en la cama y los mire, —solo por un momento, necesito resolver las cosas en mi cabeza, ¿bien? no se preocupen, todo estará bien— mencione poniéndome de pie, mi papá me abrazo en ese instante, mi mamá igual, —si es algo que hicimos mal... solo dinos hija— dijo mi madre, me miro preocupada, —no... no es nada de esto su culpa.. créanme—afirme.

Ellos salieron luego de la charla, me acerque a la ventana y cerré los ojos, suspire esperando lo que nunca llegaría, pero solo me di cuenta de que si me quedaba aquí, sin hacer nada no pasaría absolutamente... nada. No quería seguir sintiendo que de nuevo cosas malas estaban pasando y no había solución, y si la había, que se supone que seria, me sentía en un laberinto sin salida, solo le daba mas y mas vueltas al asunto.

Golpe una ves la pared con mi puño izquierdo, me recargue en la pared y me deslice en ella hacia abajo, finalmente termine sentándome en el suelo. Horas mas tarde mi madre regreso, —Ann... ¿podemos hablar?—pregunto, asentí sin mas y me levante del suelo, —quería decirte que... ya que faltaste a clases ayer en tu ultimo día de escuela... te inscribí a unas lindas clases de pintura... creo que te van a encantar, y si no pues, te sirven un poco para que conozcas nuevas personas—dijo, en ese momento mi corazón empezó a latir demasiado fuerte,  —¿clases de pintura?— murmure extrañada, —creo que te van a fascinar... —añadió, —¿cuando empiezan?—le pregunte, —mañana... iba a decirte ayer que salieras de clases, pero, creo que ahora es la mejor ocasión, ademas, se que estas pasando por un proceso y que mejor que el arte para expresarte— menciono, me quede en silencio unos minutos, —bien, esta b-bien... iré mamá—respondí, —no pienses que es por que sea mala... creo que es algo bueno para ti y como toda madre... quiero que estés bien y que te sientas bien... —dijo, pero yo no podría lastimar a mi madre ni mi a mi padre, —no mamá... cualquier cosa que tu hagas esta bien para mi... no te preocupes, no era mi intención lastimarlos de esa manera— dije, la abrace fuertemente en ese instante.

Una hora mas tarde, me llamaron para la cena.

En todo este tiempo, trate de actuar lo mas normal que pude, hasta que la media noche llego.

A la mañana siguiente, me arregle lo mejor que pude, pero mis ojos delataban horas de insomnio,  aun así me mantuve al margen.

Mi madre me dio mi bolso con todo lo que utilizaría en las clases de pintura, mis padres subieron al auto y yo los seguí, ambos me acompañaron hasta el instituto. Justo cuando llegamos me dedicaron unas palabras y baje, —¡te amamos hija!—menciono mi padre, —vendré por ti ¿si?— afirmo mi madre, —bien... los amo, adiós— me despedí y cerré la puerta del auto con pocas fuerza.

Apreté el tirante del bolso con demasiada fuerza.

Empuje las puertas y cuando estas se abrieron camine por el largo pasillo hasta el aula, cuando llegue, tome el ultimo asiento, el mismo que la primera ves.

Me quite el bolso y lo deje a un lado, minutos después llego la profesora, en realidad no prestaba atención.

—Estas en mi asiento— escuche una vos, su vos, la de el.

Durante todo este tiempo, era justo lo que buscaba escuchar...








Dibújame una sonrisa /Bloody Painter/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora