|Capitulo#51|

943 88 8
                                    

—¿Aun piensas que haberlo dejado con ellos fue buena idea?

—¡Oh! vamos, Helen.... ¡son mis padres! ¿que puede pasar?

—No les tengo confianza... es todo...— respondió serio mientras se retiraba su chaqueta oscura de cuero y dejaba relucir su camisa blanca recien manchada de sangre.

Nos encontrábamos caminando por el bosque una fría tarde de Octubre, Helen y yo aun no teníamos pistas de aquellos sujetos, pero aun así estábamos en los alrededores cuidando.  De ves en cuando lo hacían los demás, pero regularmente nosotros eramos quienes nos encargábamos de todo. Era usualmente un hobbie que entre ambos nos iba muy bien poder llevarlo a cabo dado por la manía que poseíamos para estar el uno sobre el otro.

—Hace cuanto no caminábamos solo nosotros dos... — murmuro Helen pensativo.

Me tomo de la mano desprevenidamente y yo suelto una sonrisa sonrojada, —lo se... ya ha pasado tiempo, aun sigo creyendo que en cualquier momento me iré corriendo de aquí por cada uno de tus errores— dije.

Helen suspiro y evadió mi mirada, estreche un poco mas su mano y por dentro sentía que estaba a punto de perderlo. 

—Tienes miedo.... — soltó sin mas.

—Yo no tengo miedo—respondí firme, —un poco... pero solo de perderte— pensé.

—No, tu tienes miedo de algo y quiero que me digas ¿que es?

—¿En verdad quieres que te diga?

—Me gustaria...

Nos detuvimos y lo mire con una sonrisa, en verdad no queria mentirle, —es que... no se porque siento tanto miedo de perderte... — respondi.

Helen rió un poco y en segundos me beso, luego se separo y me abrazo. 

—No digas eso, yo no perdería lo único que me hace sentir bien—susurro. 

Aun me estremecía cuando hacia eso, me hacia sentir feliz,  tampoco puedo decir que sonrió sin sentido, cuando en verdad lo hago por un motivo, —¿sabes? hay que volver a casa— afirme mientras lo tomaba de la mano y caminamos por la vereda que llevaba al auto.

No se porque, Helen en determinado momento se detuvo y me miro algo preocupado.

—Prométeme que después de esto, harás todo lo que yo te diga— susurro en mi oído.

Lo mire y asentí.

—Bien, ahora huye.... hazlo... —murmuro mirando hacia atrás, allí estaban los mismo sujetos de antes.

—¡Ahora!

—P-pero ¡Helen... no!

—Prometiste que lo harias....

Dijo en un tono de completo resentimiento, los sujetos se acercaban poco a poco y la mirada de Helen  me consumia, que no tuve de otra mas que huir de alli, lo mas rapido que podia.

Helen lanzo las llaves del auto y logre atraparlas, cuando llegue al auto, —me tope con el sujeto que se llamaba ¿como? ah! si... Puppeter— pero ¿que demonios hago? pensaba y pensaba. 

—¿A donde crees que vas?— anuncio Puppeter. 

—Lejos de ti—respondí, lo golpee logrando entrar al auto con lapides y encendiéndolo.

Me fui de allí pensando en Helen, ¿como pudo haberme dicho eso? ahora, ya no puedo hacer nada, malditas promesas, no creo durar mucho con ellas, tarde o temprano la romperé.

Romper con los estigmas de la sociedad. Romper con las promesas que nunca cumplo porque dudo de mi, dudo de mi mente, de mi miedo, que gana batalla antes que la valentía. Siendo impulsiva como si no pasara nada malo con ello. Soy una idiota. 

Conduciendo a la nada. Pronto la oscuridad se hizo de mi y mis 20 kilómetros. Ni siquiera iba tan rápido, miraba entre los arboles aguardando por verlo, esperando que no fuera tan precipitado atropellarlo si salia de la nada en mi camino, se que aun tengo el pie puesto para frenar de golpe, solamente espero que la bolsa de aire de esta cosa funcione lo suficiente como para atrapar mi cabeza en este momento. Quiero darme de topes contra el maldito volante, esperando morir en el intento. 

La presión es igual que la misma que te da cuando hace calor. Calor de 40 grados, dentro del auto con las ventanas arriba. Horrible, ansioso, y de pronto comienzas a golpear con fuerza hacia las ventanas, esperando romperlas.

Si es que se podía.

Así me sentía ahora. 

Dibújame una sonrisa /Bloody Painter/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora