|Capitulo#17|

2.5K 179 17
                                    

Ellos habían salido, por lo que yo opte por quedarme. Me recosté en el sofá frente a la chimenea, me había cubierto con una manta, mientras escribía en mi libro. Borraba y escribía, hacia lo mismo repetidas veces, hasta que la hoja se rompía, y la arrancaba para volver a escribir. El grafito golpeaba la hoja, pero yo estaba distraída, pensativa. No estaba en mi zona, por alguna razón algo no me dejaba pensar. Respire hondo mientras cerraba el libro con el lápiz como separador, mirando en el suelo a un lado del sofá. Habían tres bolas de papel, las cuales habían sido recién creadas hacia varios segundos antes, con la esperanza de que por lo menos una idea fuera creada. Aunque fuera en vano.

Por lo que mire hacia la chimenea, el fuego me reconfortaba. 

Estaba sola, en silencio, todo estaba en paz, por lo que cerré mis ojos. A fuera nevaba. Y yo me relajo, o trato. Mis manos terriblemente frías, una posa sobre mis ojos, y me apoyo sobre el otro brazo, considero la opción de subir y dormir, pero me aferro a la idea de descansar frente a la chimenea, frente al hermoso fuego. Bostezo y en ese momento, en pleno momento de relaje, mis sentidos presienten un movimiento, por lo que abro mis ojos lentamente mirando hacia la puerta, y ahí estaba Helen, —¿desde cuando estaba ahí?— pienso mientras lo miro actuar como si nada en el momento en que lo miro. Se deja puesta su chaqueta azul y me mira como si no pasara nada. Tenia entre sus manos su libro verde, por lo que se sienta en el otro sofá. Yo no digo nada mientras lo miro respirar hondo y sentir el calor que emanaba de la chimenea.

—¿Que haces despierta a estas horas, Ann?— pregunto de manera misteriosa.

—Te preguntaría lo mismo, pero no quiero. Igual y no te incumbe, Helen— respondí.

Hubo un silencio, nuestras miradas estuvieron conectadas durante unos segundos, hasta que el fijo su mirada al fuego, de nuevo.

—¿Que es lo que haces exactamente en ese libro?— le pregunte. El me miro y yo señale su libro.

—¿Que haces tu en tu libro verde?

—Escribir...— respondí. Sonreí por un momento mientras lo miraba, el parecía haber estado en el frió durante mucho tiempo, su nariz estaba roja, así que supuse que aun estaba triste, para que aguantara estar debajo de la nevada durante mucho tiempo.

Mire hacia el fuego, hasta que el tomo una de las bolas de papel del suelo y la desdoblo. Realmente no me importaba en lo mas mínimo. El parecía curioso, por lo que cuando comenzó a leer lo que estaba escrito, me miro de imprevisto, parecía sorprendido.

—Es agradable...

—Pues, gracias, creo... 

—Es enserio, Ann.

—¿Puedo ver que tanto dibujas?

—No, no puedes— contesto.

El se puso de pie y se sentó en el mismo sofá en el que me encontraba,  note su rostro un poco nervioso y como apretaba los puños queriéndome decir que tal vez era algo malo lo que quería decir o hacer. 

—¿Que pasa Helen?— hable para romper el silencio tocando su hombro y poniéndolo un poco mas nervioso. Por lo que removí mi mano lentamente, mirándolo de manera que comenzaba a preocuparme.

—Q-Quiero decirte que— murmuro.

No entendía realmente lo que estaba pasando, pero estaba decidida a una respuesta de su parte.

—¿Que pasa? dime...— dije.

Tomo mi mano y respiro hondo cerrando los ojos al mismo tiempo, luego, los abrió para mirarme de una manera decidida, yo arquee una ceja mientras lo miraba.

Dibújame una sonrisa /Bloody Painter/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora