|Capitulo#41|

1.3K 109 14
                                    

Una Semana Después 

—Tiene muchos privilegios aquí en esta institución, señorita Craig. Su madre estudio aquí y también colabora con la dirección de maestros. Es una mujer de confianza y demasiado dedicada, esperemos que usted vaya por el mismo camino, eso podría asegurarle demasiadas puertas abiertas para usted, tanto aquí, como allá afuera. 

—Prometo poner todo mi empeño. 

—Esperemos que sea así, nosotros somos muy flexibles con nuestro alumnado en cuestiones de becas y la situación económica en la que cada estudiante se encuentre, por lo que le aseguro que gracias a su papelería podremos agregarla al cuadro de becados. Tiene muy buenas referencias académicas, y su carta de conducta esta en orden.

—Muchas gracias, director Conner.

Habían pasado una semana luego de haberme mudado. Trataba de no mezclar mis problemas con los estudios, y aunque eso apenas representaba un problema, con ayuda de la música y salir, tuve para poder quitar y borrar todos esos malos recuerdos que hasta hace una semana antes, me dejaban demasiado derrotada. Ya estaba garantizado mi lugar en la universidad, y ahora lo único que tendría que hacer esperar a que el otoño comience, para esperar mi primer día de clases. 

No habían indicios de mi pasado por ningún lugar. Ahora comenzaría de nuevo. 

Regresando a casa, después de la entrevista, supuse que podría hacer algunas compras. Dejar de lado la ropa demasiado formal y usar solamente la blusa de resaque que tenia puesta debajo de la camisa de vestir color blanca, y dejarme los jeans oscuros. Estaba aburrida, pero me vendría bien algo de compras a las 3 de la tarde. Este maldito lugar era Portland, Oregon. Y vaya que había olvidado lo mal que podía ubicarme en una ciudad.

Podía sentirme con la libertad de conducir todo lo que quería, sin preocuparme de llegar temprano a casa. Por lo menos tenia opciones. En el centro comercial, tome el carrito mas grande que había y comencé a llenarlo. Escuchaba música con mis audífonos puestos, y sin la ayuda de una lista, solo tome lo que sabia que utilizaría, desde productos de limpieza, para el baño y personales. Para llenar la nevera, la alacena y mis cereales preferidos. Bebidas, y el café que era obvio que no debía de faltar. Mientras escuchaba Go Gina de SZA, pase por el pasillo repleto de dulces, panecillos y demasiados carbohidratos. Tome mis frituras favoritas y tome dos cajas de pañuelos minutos mas tarde. Tampoco me había olvidado de las frutas. ¿Era el día de lo básico?

Cuando pase a la caja a pagar lo que llevaba, coloque cosa por cosa mientras que la mujer que comenzaba a pasar articulo por articulo para escanear su código de barras, me miraba con curiosidad a mi y a mi carrito de compras. Yo la mire de reojo y sonreí de forma sarcástica. Mas tarde, mientras paseaba por el estacionamiento, comiéndome una barra de chocolate, llegue hasta mi auto. Y justo cuando estaba por abrir la cajuela, mi celular comenzó a sonar. Y rapidamente lo saque del bolsillo trasero, pero mi barra de chocolate que sostenía con las comisuras de mis labios, resbalo, esta cayo al suelo justo al momento en que mire de quien era la llamada. Y apenas pude soltar un suspiro, pronuncie su nombre.

—¿Helen?

Entrecerré los ojos y rapidamente deje caer el teléfono al suelo. Este seguía sonando, pero sin piedad comencé a pisotearlo, hasta quedo totalmente destruido, y la pantalla quebrada con miles de lineas que sobresalían del medio. Estaba enojada, y rompí mis audífonos, los destroce del cable y los deje tirados en el suelo. Entonces, abrí la cajuela del auto e introduje las compras dentro, cuando termine deje el carrito varado y me subí a mi auto. 

Dibújame una sonrisa /Bloody Painter/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora