- ¿Jason? – Dije sonriendo.
- El mismo. – Me abrazo.
- ¿Que haces aquí? Pensé que aún estabas en esa misión en Londres.
- Volví hace tres días y justo hoy me mandaron de refuerzo. – sonrió.
- Que buenos es volver a verte.
- Estas cambiada. – Dijo. – incluso muy linda... Bueno, siempre lo fuiste. – Agregó.
- Que no te escuché James porque te mata. – Reí.
- ¿Tendrías un tiempo para ir a tomar un café? – Preguntó.
- Claro. – Sonreí.Le avisé a James que iría con Jason a una cafetería.
- ¿Qué deseas tomar?
- Un café simple esta bien. – Sonreí.
Jason hizo el pedido.
- Cuéntame, en que misión estas ahora.
- Estoy con los Bautista.
- Oh, son muy peligrosos ________. – Dijo preocupado.
- Lo sé. – Hice una mueca. – Por ahora lo llevo bastante bien.
- ¿Y cual es tu plan? – Dijo bebiendo de su taza.
- Por ahora Soy "novia" de Mario Bautista. – dije. Jason escupió su café.
- ¿Qué? -Tosió. – Como que..
- Sólo es por la misión. – Reí.
- ¿James sabe?
- No. Ni debe saberlo... él piensa que sólo soy una Amiga que le saca información.
- No creo que sea buena idea... - Dijo serio.
- Estas celoso, dilo. – Reí.
- Creo que si... - Dijo avergonzado. – Sabes que nunca dejaste de gustarme.
- No sé que decirte.
- No hace falta. – Sonrió. – Dime que cuando termine todo esto me llamaras. – Tomó mi mano.
- Claro. – Sonreí.
- ¿______?
- ¡Mario! – Exclamé sorprendida.
- ¿Quien es él? – Dijo molesto.
- Él es Jason, Jason él es Mario, mi novio.
- Mucho gusto. – Extendió su mano. - _____ debo irme. – Guiño un ojo. – te veo luego.
- Claro. – Sonreí. – Adiós.
Mario lo fulminó con la mirada.- ¿Que hacías con él?
- Sólo vine por un café.
- ¿Acaso crees que no vi como te tomaba la mano? – Subió una ceja.
- ¡Ay por Dios Mario! – Bufé. – Sólo es un amigo. – salí de la cafetería.
- ________ vuelve. – Dijo saliendo del lugar.
- ¿Para que? Para que me hagas una escena de celos con tan sólo 2 días de novio?
- Sólo... - Suspiró. – Perdón. – Agachó su cabeza. – Creo que enloquecí.
- Si.
- Es que realmente siento cosas por ti y no tuve relaciones muy buenas...
- Se a que te refieres.
- ¿Me perdonas? – Sonaba sincero. Su rostro parecía le de un perrito mojado. No podía resistirme.
- Agh de acuerdo – Lo abracé.
- Te quiero. – Dijo besando mi frente.
- Yo igual.Caminamos juntos tomados de la mano hasta llegar a casa.
- _______ hay algo que nuca te pregunté... - dijo agachando la cabeza.
- ¿Que?
- Sobre... - Tartamudeó. – Tus.. Tus padres.
- Oh. – Cambié mi expresión.
- si no quieres, no digas nada...
- Ven. – Me senté en el cordón de la calle. – Te contaré la historia.Él se sentó a mi lado y me miró atentamente.
- Tenía 12 años cuando... - Comencé a relatar mi historia, Una vez más a revivir todos aquellos recuerdos, que lograron sacar varias lagrimas de mis ojos y un par de golpes en el corazón. – La policía nunca lo encontró.
- ¿y tu hermano y tú, que hicieron? – Preguntó con una expresión de pena en su rostro.
- Nos quedamos en casa de mi tía, mientras Mi hermano trabajaba en pequeños puestos de comida para ayudarnos y luego y luego presentó un curriculum en una empresa de técnicos de computador. Ahí pudo ganar un poco más... Consiguió novia y henos aquí. – Mentí.
- Wow. – Dijo. – Es una historia impresionante.
- Si, trato de recordar para no terminar quebrándome en llanto. – Limpié mis lagrimas.
- Perdón. – Dijo apenado.
- No te preocupes. – Sonreí. – De cualquier modo te ibas a enterar.
- Eres una chica increíble - me abrazó
- Gracias